En el camino de regreso a la mansión Lombardi, el ambiente era tan incómodo, el rostro oscurecido de Valentino y su mirada perdida, hacían que el asistente James, se preguntará cuál sería su siguiente paso, si creería en las palabras de su enemigo o si creería en la inocencia de Isabella

Esa noche fue una de las más oscuras y más largas que Valentino, hubiese podido pasar en su vida, no había nada más que hacer, el gerente le había aceptado en la cara que era el amante de su mujer, él tenía que dejarla ir

A ella no le había importado traicionar su amor y lastimarlo, se había entregado a la pasión con ese hombre sin pensar que le destruiría la vida a él y a su hijo, incluso Teodoro la extrañaba tanto

— Si no me ibas a amar por el resto de tu vida, ¿por qué me lo prometiste? — dentro de la habitación de su pequeño, Valentino dejaba caer lágrimas ardientes de dolor puro, no solamente los inmensos celos casi lo enloquecían, si no el saber que jamás iba a volver a ser feliz al lado del amo