A Emiliano, lo trasladaron a una habitación VIP, ahí los padre podrían estar al pendiente de él más cómodamente, el niño se apoyaba en ellos psicológicamente, se aferraba a su amor y su compañía, era tan solo un niño pequeño que los necesitaba, se le podía ver muy vulnerable

Valentino, estuvo cerca de él tomándole la mano y contestando a todas sus preguntas, esa era una afición del niño, preguntar sin parar, Isabella, le acariciaba los cabellos con mucho amor de madre, eso era justo lo que Emiliano, necesitaba, el amor de sus padres, verlos juntos, en pocas palabras una familia

Al fin el cansancio venció al niño, había estado tan estresado y angustiado que durmió tomado de la mano de sus padres, entonces en el silencio de la noche y observando a su hijo, el empresario habló

— Isabella, sé que me odias por todo lo que pasó con nosotros, no confié en ti, mis celos y mi gran furia por creer que me habías engañado me cegaron, el dolor me consumió, no me justifico, no me malentiendas, pero