Capítulo 42

Bianca.

Desperté en un asiento de avión con el cinturón puesto, no había nadie a mi alrededor así que supuse que estaban en otro lugar. Lo último que recordé fueron los besos de Don en mi piel ardiendo de deseo, y el puto orgasmo. Si hacia eso con sólo su boca y sus dedos, qué haría con su miembro.

¡Basta! Me reprendí por estar pensando en eso. Cerré los ojos de nuevo para dormir, seguro Don me había llevado hasta allí y ahora estábamos a punto de llegar a Sicilia, a esa mansión de alta seguridad.

—Necesito que al llegar tengas la localización exacta —escuché su voz ronca muy lejos —. No voy a permitir que esos mierdas se lleven a mi amigo, si quieren guerra la van a tener. Estoy hasta los huevos de que todo el mundo me tome por tonto.

—Mi Don, es

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP