Nexos Con La Mafia

Emily.-

El día ha sido ajetreado metida en los juzgados supervisando casos, buscando sentencias, agradecía que mi madre estuviera en casa ayudándome con Diogo, tengo una niñera y un buen equipo en mi bufete, pero tengo la necesidad de supervisarlo todo yo misma, es una manera de cubrirme las espaldas.

— ¿Emily Doman? –Doy un respingo al escuchar mi nombre, al girar una mujer joven de cabello negro corto y ojos color café me aborda en la salida del juzgado.

— ¿Quién la solicita? –Pregunto con desconfianza.

— Disculpe que la tome por sorpresa así mi nombre es Eugenia Suarez necesito de su ayuda –Dice con la voz entrecortada al borde del llanto.

— Ok, Uhm… ¿En qué puedo ayudarte? –Aunque la joven se ve afectada yo debo ser muy precavida, soy muy desconfiada con quien se acerca a mí, pero por lo que veo es una chica humilde viste unos jeans gastados, con una sudadera rasgada y una chaqueta negra que está a punto de deshilacharse por completo. –Vamos por aquí cerca hay una cafetería, te invito un chocolate caliente.

(…)

Observé el alivio que sintió la joven al poner sus labios sobre la enorme taza de chocolate que el dueño de la cafetería le sirvió a petición mía junto a un trozo de pastel hecho con masa de hojaldre exquisito relleno con espinaca y queso crema, que había sido devorado por ella en solo tres mordiscos.

— ¿Es que puedo ayudarte Eugenia? –Pregunté sin dejar de observar cada gesto en su rostro.

— Necesito que me ayude como abogada, me dijeron que usted es la mejor, fui abusada por uno de mis jefes mientras trabajaba como doméstica en la mansión de los Lavoie.

Me sorprendí al escuchar el apellido es una las familias más antiguas de Vancouver sin dejar de decir que de las más influyentes, se dedican al mercado de importación y exportación, también tienen una de las tres empresas de telecomunicaciones más grandes de Canadá, se dice que tienen fuertes influencias políticas y hasta hay rumores de nexos con la mafia.

— El abuso tuvo consecuencias –Baja las manos hacía su vientre, la miro sorprendida. –Cometí el error de decírselo al padre del joven Jason, el señor Colton amenazó con quitarme a mi bebe desde entonces me he escondido donde he podido, pretendían secuestrarme durante los nueve meses del embarazo, pero por suerte pude escapar. –Las lágrimas aparecieron de nuevo deslizándose por su rostro cansado. –No sé qué hacer, sé que no tengo el dinero para pagarle, pero puedo trabajar para usted y pagar sus honorarios haré lo que sea, pero por favor ayúdeme –Tomó mi mano con fuerza suplicándome.

— Ok Eugenia lo primero que ellos van a alegar es tu situación migratoria ¿Cómo entraste a Vancouver?

— Solicité asilo, la situación en mi país es un desastre, solo que aquí ha sido difícil avanzar, creí que con el trabajo en la mansión y el pago que me daban sería suficiente, pero todo se complicó –Suspiró con desgano. –El salario en la mansión no era tan grande como se esperaba, pero por lo menos me ahorraba el alquiler y la comida hasta que… el joven Jason regresó de su viaje y todo se volvió una pesadilla.

Sentí lastima por la joven, no podía negarle mi ayuda, pero tampoco deseaba captar el foco iniciando una guerra con una familia poderosa, sin embargo el caso podía resolverse de manera fácil, podría llegar a un acuerdo con su abogado con su abogado y ayudar a Eugenia a que se fuera a otro estado con su bebé.

— Ok si te voy a ayudar vas a tener que hacer todo lo que yo te diga, si te digo que tienes que ocultarte en un agujero lo harás ¿Entiendes? –Ella asintió limpiando sus lágrimas con su chaqueta. –Te ayudaré a que te vayas de la ciudad con tu bebé y…

— ¡No! –Me interrumpió mordiendo su labio. –El señor Colton está dispuesto a darle su apellido a mi hijo y yo estoy dispuesta aceptarlo

— Sí, pero eso es mientras él bebe se quede con ellos, no te darán dinero a ti Eugenia.

— Mi hijo tendría su futuro asegurado, por favor entiéndame usted tiene un hijo –Abrí los ojos sorprendida mi cuerpo se tensó de inmediato. –Lo escuché con una de las chicas del juzgado cuando pregunté por usted.

— ¿Sabes que estarías siempre cerca del hombre que abusó de ti? Se puede creer un hijo, sola sin la ayuda de nadie.

— Para usted sí, que tiene estudios y es una mujer elegante, preparada, para una inmigrante como yo…

— Está bien –Saqué de mi portafolios una tarjeta de una casa de acogida para mujeres en las afueras de Vancouver. –Este es un lugar donde te atenderán bien, le pediré a un taxi que te deje allí, estudiare tu caso y te visitaré mañana por la tarde ¿Te parece?

— Sí, se lo agradezco mucho señora Emily.

Conduje hasta mi casa pensando en Eugenia es algo inusual que una mujer acepte estar cerca de su agresor, normalmente mientras más lejos se vayan mejor para ellas debo pensar que es por situación de no tener documentos, estar en un país nuevo sola, busca lo mejor para su bebé, tengo que buscar la mejor manera de abordar este caso sin llamar mucho la atención, convertirme en la enemiga de los Lavoie no sería lo más inteligente en este momento.

Mis mayores temores se convertirían en realidad por un lado podrían investigar y sacar a relucir mi pasado como una chatgirl, aunque la aplicación desapareció hace años seguramente… Daniel se quedaría con los registros de mi usuario y por el otro el no saber de dónde proviene Diogo la manera en como lo abandonaron en ese lugar, sin que nadie lo haya reclamado todos esto años, es claramente un indicio de que fue enviado ahí a propósito solo que no se sabe ¿Con que fin? Era el único niño de su edad en ese lugar.

Creo que lo mejor será poner este caso en manos de alguien más, yo solo supervisaré, quiero ayudar a Eugenia detesto las injusticias, pero no puedo arriesgar la seguridad de mi hijo para salvar a otra persona, mi prioridad siempre será Diogo.

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