Navidad

Daniel.-

Navidad, una época que en los últimos años comencé a odiar, me he convertido en un grinch, la ciudad estaba adornada con una ligera capa de nieve mientras que el centro se alzaba con la majestuosidad del enorme árbol de la ciudad, el correteo de la gente de un lado a otro por obtener las últimas compras navideñas ocasionaban un colapso en las calles que me daba fastidio. He estado obligado a formar parte de la cena navideña de los Morgan sin derecho a réplica.

Conduzco dejando atrás el caos de la ciudad y me adentro en la soledad de carretera a las afueras donde se encuentra la mansión de los Morgan, acelero a 90 sintiendo la necesidad de un poco de adrenalina corriendo por mis venas.

(…)

Observo la enorme mansión adornada con luces brillantes y coloridas, las figuras navideñas dando la bienvenida en la entrada, suspiré intentando pensar en una excusa para no entrar allí, pero amaba ver el rostro de mis ahijados cuando les entregaba sus obsequios solo eso me motivaba a bajarme del auto.

Arrastré mis pies subiendo con paso lento cada uno de los escalones, antes si quiera tocar Anna me recibe en la puerta.

— ¿No se te ocurrió una buena excusa para huir? Después de los diez minutos pensé que buscaríamos tu cuerpo congelado.

— Uno no tiene ni un mínimo de privacidad en esta casa ¿No? –Pasé dejando un beso en su mejilla, Anna es una hermosa mujer castaña, los embarazos le han dejado un cuerpo de muerte, ella no lo sabe, pero una de las razones por las que Derek aceptó gustoso trabajar desde casa es para evitar las miradas lujuriosas de los empleados de la compañía, su esposa se había convertido en una mujer muy sensual y elegante, muy atrás quedo esa joven con aversión a la moda y de trajes anchos.

Un correteo de pasos pequeños llamó mi atención Bianca y Damián bajaban las escaleras corriendo directo hacía mí, me puse a su altura para recibirlos y abrazarlos a ambos.

— ¡Tío Daniel! –Con la fuerza con la que se lanzaron casi me tumban al suelo.

— ¿Cómo están pequeños monstruos? –La combinación en la apariencia de los hijos de Derek y Anna fue sincronizada por los mismos dioses, saben que Diana es la viva apariencia de su padre solo que en versión femenina, Damián tiene los rasgos de los Morgan, pero sacó el color de su madre y Bianca al igual que sus hermanas heredó la marea azul de Derek va a ser muy divertido cuando sus hijas capten la atención del género masculino por ser unas diosas de ojos azules y estaré en primera fila para burlarme. –Les traje unos obsequios –Les tendí las bolsas que me arrebataron dejando un beso en cada mejilla y corrieron alejándose. – ¿Dónde está tu marido, necesito hablar con él?

— Por favor no lo agobies con trabajo en navidad –Me suplica Anna tendiéndome un trago de whisky.

— Lo lamento, pero mañana parto a Vancouver por un caso que quieren que me haga cargo –Me giro dejándola sin habla y me pongo a buscar a Derek que ya sé dónde encontrarlo, la puerta de su oficina está abierta, él no me ve llegar por qué su atención está fijada en la hermosa niña de mejillas regordetas y rosadas que sonríe cuando su padre la llena de besos, los hijos de Derek no se alteran por sus cicatrices, no le generan temor, ellos de grandes sabrán que fueron hechas en una lucha por salvar la vida de su madre y la de Bianca que estaba en el vientre de Anna en ese momento.

— ¡Hasta que por fin llegas! Me debes cien dólares le aposté a Anna que este año si saldrías huyendo –La pequeña posó sus ojos sobre mí y estiró sus brazos en mi dirección suspiré extendiéndole el vaso a Derek y tomando a la pequeña en mis brazos que enfocó su atención a jugar con los enormes botones de mi chaqueta negra. –Te sienta bien –Me dice sonriendo.

— Debo decirte algo ¿Recuerdas a Vanessa Lorusso? –Frunce su ceño intentando recordar.

— ¿La italiana idiota que me odiaba y te seguía a todas partes? –El odio entre estos dos era mutuo, pero decidí ignorar el comentario de Derek y por supuesto de mis andanzas con Vanessa no estaba de humor para otro sermón.

— Me contrató para que llevara un caso en Canadá sobre un millonario acusado por abuso y acepté parto mañana en la tarde, hablé con Stella su esposo fue transferido nuevamente a D.C y está dispuesta a hacerse cargo de la empresa mientras yo viajo.

— ¡Wow! ¿Por cuánto tiempo?

— No tanto como quisiera, si el caso es como los tuyos será sencillo y rápido, no creo que la joven que demanda tenga lo suficiente para pagar a un buen abogado, sin embargo necesito un respiro de todo –Digo besando la pequeña manita de Clara.

— Ok si es lo que necesitas para volver a ser tú, te apoyo.

(…)

La despedida fue… complicada más por mi ahijados aunque no visitaba mucho la mansión Derek siempre los ponía al teléfono, Diana me llamaba al menos una vez al día, pero necesitaba alejarme de esa perfección de vida que me carcomía por dentro, no lo deseaba, pero era inevitable no sentir envidia por esa vida que yo tanto soñé para mí.

— No pensé que sintieras tanta nostalgia por irte –Los ojos verdes de Vanessa se clavaron en mí, su pie acariciaba mi pierna por encima del pantalón.

— Solo repasaba haber dejado todo en orden –No deseaba ahondar en mis emociones con nadie menos con Vanessa, ya éramos amigos con derechos, no quería que se estableciera una conexión confesando mis sentimientos y se fuera por el camino no es.

— Colton Lavoie estará esperándote en su mansión junto a mi amigo Jason un auto te estará esperando al aterrizar yo debo volver para encargarme de unos asuntos en Italia.

— Perfecto, no tengo problemas con eso.

— La estadía corre por cuenta de los Lavoie te darán un hermoso pent-house en el centro de Vancouver, el vuelo durara poco así que deberíamos aprovechar –se sentó ahorcadas sobre mi subiendo su vestido.

(…)

La reunión con los Lavoie fue más complicada de lo que esperaba, pensé que Jason Lavoie tenía el aspecto engreído de un millonario, pero no, me trató con educación sin arrogancia expuso los hechos como se suponen que sucedieron dejándome con una duda razonable y si yo dudaba el juez también lo haría, hice mis investigaciones es una familia poderosa y respetaba, aunque no todo estaba perdido, por alguna razón el abogado de Eugenia Suarez la mantenía oculta seguramente para protegerla, yo haría lo mismo.

Por otro lado será sencillo si podemos llegar a un acuerdo millonario aunque el viejo Lavoie desea tener la custodia de su nieto, si la prueba de ADN resulta positiva, me da asco ofrecer dinero para que una madre de en adopción a su hijo, pero por lo que me comentaron los Lavoie la chica es una inmigrante sin nada de dinero, haré todo en función del bienestar del pequeño.

Entro a la sala de audiencia, está vacía miré mi reloj noto que llego diez minutos antes, el lugar es frio, las paredes son de madera clara, al fondo el mesón del juez una bandera de Canadá al rincón, sonrío de medio lado no me había dado cuenta lo mucho que extrañaba esto.

— Te ves imponente y bello mío caro –La voz de Vanessa me hizo girar.

— ¿Qué haces aquí? Pensé que tus asuntos en Italia requerían tu presencia.

— Mi amigo necesita mi apoyo –Se acercó intentando darme un beso en los labios, pero fuimos interrumpidos por el personal que comenzaba a hacer acto de presencia, un hombre de mi edad con traje caro ingresó a la sala, Vanessa y yo nos miramos, esto no era lo que esperaba.

— Usted debe ser el abogado del demandado –Dice dirigiéndose a mí. –Remi Jones soy el representante legal de Eugenia Suarez.

— Daniel Mercer –Imité su movimiento, después de todo no sería tan fácil el caso ¿Cómo es que esta chica consiguió un abogado caro, porque el traje que lleva es visiblemente de diseñador. –Me ha sido difícil contactar la señorita Eugenia.

— Lo sé la hemos mantenida protegida –Vanessa suelta un bufido.

— ¿Protegida? Nadie la va a matar

— No, pero es mejor prevenir ya que los rumores cuentan que los Lavoie mantienen lazos con mafias extranjeras –Giré mi cabeza tan rápido hacía Vanessa que casi me da torticolis, pero mi mirada se enfocó en las hermosas piernas largas de una mujer que entraba a la sala, mis ojos fueron subiendo a su cuerpo con un traje negro que se ajustaba realzando sus curvas, pero el encanto terminó al ver el rostro de esa mujer.

— Emily –Susurré con la tensión en mi cuerpo a flor de piel.

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