Daniel.-Me quedé sin palabras ante la acusación de Emily ¿Vanessa? ¿Ella se refería a Vanessa? No, no, eso era imposible, vi como la mujer que tenía frente a mi sonreía disfrutando el momento.— Jamás pensé que fueras a caer tan bajo, después de todo lo que pasó tu amigo, ese que vienes a intentar ¿Qué? ¿Proteger? Vienes a mi oficina a intentar intimidarme cuando eres tú el que pone en riesgo a todos los que están a tu alrededor, lárgate de mi oficina y no vuelvas –Se giró entrando a su oficina y azotó la puerta frente a mi rostro.Quedé como un estúpido, Vanessa una mafiosa, me retiré de ese lugar con la mente echa un caos, mis sospechas sobre los rumores de los nexos de los Lavoie con la mafia, su interés particular en este caso, ¡Maldita sea! Emily tiene razón estoy perdiendo facultades, vi la hora en mi reloj tenía que reunirme con el abogado idiota, definitivamente no podía seguir con este caso.Emily.- Había llegado de Montreal justo para la hora de la cena, cuando llegué a mi
Daniel.-Cinco minutos, cinco minutos llevo parado frente a la puerta del pent-house de Vanessa, antes de comunicarme con los Lavoie y entregarles mi renuncia al caso recibí una llamada suya informándome que había regresado y quería noticias sobre el caso, no había comprendido su interés en esto, ahora lo comprendo todo, inhaló con fuerza antes de enfrentarme a ella por última vez, con duda presiono el timbre.— Daniel –Me sonríe coqueta. –Adelante, perdón por la demora en Italia se complicaron un poco las cosas, pero dime ¿Cómo va el caso?— ¿Por qué me mentiste? –Apreté los dientes intentando mostrar una calma que sé que no llegaba a mis ojos.— ¿Mentirte? ¿En qué? –Respondió con tranquilidad.— ¿Sabes que es lo que más odio en esta vida? –Abrió la boca para responder sin embargo no la dejé. –Que me mientan, que intenten vera la cara de idiota, a ver Vanessa ¿Cuándo pretendías decirme que eres una reina de la mafia? –Su calma se desvaneció dándole paso al asombro.— ¿Cómo? –Apenas p
Emily.-Luego del encuentro con Daniel le di órdenes a Remi de abandonar el caso de Eugenia no quiero que nadie esté involucrado en nada que nos ponga en riesgo, lo siento mucho por esa chica debió haber vivido un infierno, pero la mafia involucrada esto es más de lo que yo puedo afrontar.Luego la llamada de Anna, sonrío al recordar la conversación no había querido aceptar lo mucho que la extrañaba, sé que hice mal al alejarme en como lo hice ella no se lo merecía, aceptó el chantaje de Derek para protegerme nunca le agradecí el gesto, me alegra que ahora sea una mujer feliz.— Mami ¿Estás bien? –La luz de mis ojos entra en la estancia viéndome con sus pequeños ojitos llenos de preocupación.— Sí, mi amor ven aquí –Se sentó en mis piernas y lo abracé con fuerza, era lo único que me reconfortaba.— Te ves triste— No, solo recordaba a una vieja amiga a la que no veo mucho.— ¿La extrañas? –Preguntó con inocencia.— Un poco sí— ¿Y por qué no la buscamos? Tal vez ella también te extrañ
Emily.- — ¡¿Cómo te vas a Seattle con ese tío?! –Remi caminaba de un lado a otro enojado.— Por ahora debemos cuidarnos de que Vanessa Lorusso no haga nada, además el esposo de mi amiga sabe muy bien cómo actúa la mafia, sabrá protegernos, la familia Morgan es una elite en Estados Unidos.— No me parece Emily, Daniel Mercer nos metió en esto –Fruncí mi ceño con enojo. – ¿Cómo puedes volver a confiar en él? Después de cómo te trató, nada más porque Diogo esta embelesado con él, te dejas manipular por esas nimiedades— ¡MUCHO CUIDADO REMI! –Alcé la voz mostrando mi autoridad. –Ten mucho cuidado por cómo te expresas de mi hijo, por supuesto que no se me olvida, pero no voy a andar tan tranquilla estando allá afuera una mafiosa peligrosa, lo que a ti si se te olvida es que ¡MI HIJO! Está por encima de todo incluso por encima de mi misma aceptaré cualquier protección venga de quien venga con tal de mantenerlo a salvo y no tengo porque darte explicaciones.— Lo… siento Emily de verdad, es
Emily.- Observo desde la ventanilla la forma de las nubes blancas y el azul mezclándose con los rayos del sol ocultándose en el horizonte, la ansiedad por volver a Seattle aumenta, son tantos recuerdos con lo que tendré que enfrentarme.Reencontrarme con Anna mi vieja y leal amiga que no dudó ni por un segundo en brindarme su protección aun cuando la abandoné por cinco años sin una despedida, todo es abrumador, capto el movimiento frente a mí que me hace girar, Diogo dormido sobre Daniel casi hace un berrinche para que Daniel lo tomará en sus brazos y tuve que permitirlo, pero tengo que poner un límite y lo haré ahora.— Puedes dármelo, para que estés más cómodo –Me acerqué para cargar a Diogo, pero Daniel lo rodeó con su brazo.— Estoy bien –Sonrió de medio lado mientras acariciaba el cabello de mi pequeño. –No tienes idea de la infinidad de veces que serví de niñera para Derek y Anna, tres bebés durmiendo sobre ti en una cama enorme –Sonrió con nostalgia.— No te encariñes con mi h
Daniel.-Las risas en el comedor resonaban por toda la mansión, los hijos de mi amigo con sus ocurrencias alegraban la cena olvidando el desastre y la tensión de lo que ocurría en el exterior, no dejaba de observar al pequeño Diogo que parecía disfrutar de la calidez que ofrecía la familia de Derek, pero también la incomodidad de Emily que solo probó no más de dos bocados y sonreía cada tanto de manera mecánica y sincronizada para que no lo notaran.— ¡Bien hijos míos! –Anna alzó la voz y con un aplauso firme y autoritario ordenó. –Es hora de ir a la cama a cepillarse los dientes y ponerse los pijamas.— Iré a buscar a Clara a casa de mis padres ¿Me acompañas Daniel? –Derek invitó poniéndose de pie.— ¡Yo también voy! –Saltó de la silla su hija adolescente quien ahora llevaba el cabello con mechones morados, contuve la risa al ver el gesto de Derek mirándola con disgusto.Los tres salimos con abrigos, la lluvia había cedido, pero el frío era implacable cortándonos el aliento.— Me gus
Emily.-Salí corriendo hacía el jardín y solo quería alejarme, mis lágrimas descendían congelándose con el frío que me golpeaba directamente en el rostro, Diogo había conectado con Daniel en un abrir y cerrar de ojos, por mucho que lo evitara él ya se había ganado su corazón y una parte de mí se sentía enojada e impotente, quería agarrar a mi hijo y alejarme, pero su seguridad para mi es lo principal.— Creo que necesitas un poco de esto –Giré y a mi lado estaba Anna con una botella de tequila y dos shots, suspiré con una media sonrisa.— Derek me matara si hago que su esposa se embriague— En exactamente cinco minutos no sabrá de él y dormirá igual que nuestros hijos –Sonrió, traía una manta que colocó el césped frío y húmedo, imité su movimiento. –Bebe, así podrás contarme. –Le acepté el trago y lo bebí de un solo golpe sintiendo como el líquido ardía pasando por mi garganta.— Diogo conectó con Daniel –Solté sintiendo el peso doloroso en esas palabras. –Por más que traté de impedir
Daniel.-Amanecí con un humor de perros después de lo anoche ¿Cómo pude caer? Lo peor es que esos besos removieron todos mis sentimientos por Emily, pero esas imágenes de sus conversaciones, sus fotos simplemente no me dejan avanzar y menos olvidar ¡Maldigo tener tan buena memoria!— ¿Tengo que buscar un extintor? –Giró para ver a Derek. –Digo está a punto de salirte humo de la cabeza— Anoche besé a Emily –Le solté, de reojo vi cómo me miraba apartando la vista de su celular.— ¡Ok! ¿Y? –Preguntó con curiosidad.— Y nada, solo fue un beso además estaba ebria— ¡Uy sí! Como nunca te has acostado con una ebria –Soltó con un profundo sarcasmo. –Lo llevas haciendo los últimos cinco años, me parece.Salimos del ascensor dirigiéndonos a la oficina de Jacob Morgan, los recuerdos invaden mi memoria, mi respiración se vuelve densa, la primera vez que conocí a Emily, que nos besamos, que la invité a salir, todas esas veces en que hicimos el amor en mi oficina.— Colín buen día, tu jefe nos esp