— ¿Qué tan grave esta?
—Según su informe médico su condición esta contra las agujas del reloj lo doctores dudan que llegue, sin embargo es el número 150 en la lista de órganos y tiene un puesto relativamente optimista debido a que estuvo en el ejército.
—Acabas de darme una fabulosa idea.
— ¿Esperaras a qué fallezca?
—No, haré algo mucho mejor porque odio esperar.
El *toc* *toc* de Alexis no dejo que Mateo explicara lo que pensaba a hacer pues en cuanto lo vio se levantó le arrebato la bolsa donde estaba el anillo y se fue a la clínica.
Pero en la puerta se encontraba un guardia de seguridad distinto al que soborno la última vez y aunque a este también lo intento comprar, el hombre se negó rotundamente.
Recordando que tenía el número de la enfermera la llamo e hizo un trato con ella y de ese modo consiguió pasar.
Cuando Karisi lo vio torció los ojos de inmediato y cruzo los brazos.
— ¿A hora qué quiere? ¿Y cómo es que consigue acceder acá si específicamente pedí que no dejaran pasar a ninguna otra visita que no fuera yo?
—Antes de que me botes, necesito que me escuches te tengo un oferta… una en la cual tú amado marido se salvaría.
Dos lágrimas corrieron por las mejillas de Karisi. —No juegue con eso—.
—No es un juego, si te interesa realmente salvarle la vida al hombre que amas vamos a un lugar privado y te explicare la única condición que debes aceptar para que él viva.
De ese modo los dos se fueron al Oratorio, un lugar lleno de velas y una gran cruz para que la gente pudiera rezar que afortunadamente estaba solo por lo cual lo hacía perfecto.
—Dime rápido no puedo dejar a Frank mucho tiempo solo.
—Para expresar la oferta que vengo a proponerte primero tengo que explicarte quien soy, puede que no me reconozcas porque pocas veces voy a tú área de trabajo pero trabajas para mí, soy el dueño y mayor accionista de la compañía para la cual eres la jefa de recursos humanos.
—Eso me deja algo desconcertada, ábremelo dicho antes.
—No, ¿Para qué iba a hacer eso? Me hubieras tratado diferente y lo que amo de ti es que me ves como si fuera un ser humano normal.
— ¿Y es qué no lo eres?
—Sí, solo que la gente me trata diferente por mi dinero pero tú no.
—Será por qué a mí no me interesa su fortuna.
—Sé que no… el día que me rescataste puede ver en tus ojos que lo hacías desinteresadamente porque ni siquiera sabía quién era y eso me hizo amarte aún más.
—No diga que me ama por favor es grotesco que digas eso siendo que solo nos hemos visto un par de veces.
—Soy consciente de que no te interesan mis millones pero es justo eso lo que salvara a tú marido.
— ¿A qué se refiere? Hable claro de una buena vez.
—Si te casas conmigo, puedo conseguirle un corazón a Frank.
—Mi Frank jamás aceptaría un corazón comprado en el mercado negro así que olvídelo.
—De hecho ya me imaginaba eso porque investigue a tú esposo y resulta que suda agua bendita a diferencia de mí, pero prometo que todo es legal iríamos a un país donde la venta de órganos es legal, yo pagaría todo los gatos de la cirugía y la recuperación, por supuesto también asumiría el costo del órgano en cuestión.
— ¡Es un demente!
—Piénsalo… el viviría.
—Pero yo tendría que casarme con usted.
—No es un sacrificio cuando realmente existe el amor.
—No sé qué decir…
—Y como ya dije el viviría, si lo amas verdaderamente supongo que lo querrás ver sano así sea que no esté contigo.
—Lo de amarlo no lo ponga en duda, daría mi vida por él.
—Básicamente darás tú vida por él, solo que en vez de morirte para que el viva tendrás que entregarte a mí.
—Pero no me puedo divorciar de él para luego casarme con usted encontrándose él ese estado, ningún juez lo aprobaría.
—Yo me encargo del juez, el abogado y el divorcio, por eso no te preocupes, lo único es que tendríamos que esperar a que le realicen la cirugía porque la única manera que decidas sobre su cuerpo es mientras están casado.
Para este punto el rostro de Karisi estaba empapado de lágrimas. —Antes de aceptar quiero que tenga muy claro que esto lo hago porque lo amo a él y no porque tenga ningún interés en usted—.
—Tendrás toda la vida para aprender a amarme.
— Lo odio... —. Susurro la mujer.
En ese instante Mateo saco el estuche con el anillo y se arrodillo.
— ¿Te casarías conmigo? —. Pregunto mientras sonreía.
Karisi no respondió solamente extendió la mano, Teo aprovecho para quitarle sus viejos anillos de matrimonio y le puso el que él le había comprado.
— ¿Entonces aceptas? —. Le volvió a preguntar.
—Acepto…
—Ya verás te hare muy feliz.
—Eso lo dudo…
—Como muestra de buena fe inclusive te juro que no voy a tocarte hasta que tú me lo pidas,
—Tendrás toda la vida para esperar—. Dijo parafraseando la misma frase que había utilizado él.
Besándole la mano donde le había puesto el anillo se despidió, pero antes de poner un pie fuera del oratorio Karisi le volvió a hablar.
— ¿Puedes devolverme mis anillos?
—Esas cosas viejas y corrientes nunca más las volverás a ver en tú vida, de ahora en adelante esas preciosas manos angelicales solo portaran joyería de la más fina—. Le contesto con gran imponencia y se fue.
Dejando a Karisi en medio del llanto, con la única opción de secarse las lágrimas e ir al lado de su esposo. Sin embargo por mucho que intento tener la frente en alto se quebró cuando vio al ser que más había amado en este mundo postrado en una cama con cientos de tubos conectados.
—Pronto te vas a recuperar, amor de mi vida… yo me encare de todo por ahora tú solo descansa… te amo…
Al mirar el brillante anillo que le dio Mateo mientras le juraba amor eterno a Frank sintió un puyazo en su pecho.
Mateo no bromeaba cuando dijo que se encargaría, eso le quedo claro a Karisi cuando a primera hora de la mañana le llevaron los papeles de traslado y todas las autorizaciones que tenía que firmar para que el viaje con su marido se pudiera realizar.Cuando ella empezó a leer sus lágrimas corrieron puesto que al ver los montos en facturas se dio cuenta que ni reuniendo todo su dinero hubiera podido salvarle la vida a Frank y así mismo estaba cayendo en cuenta que ella no tenía escapatoria puesto que la única forma de con seguir esas cantidades era casándose con Mateo.—El día de nuestra boda pensé que envejecería a tú lado, juró que nos imagine tomados de la mano mientras estábamos en dos grandes mecedores y veíamos a nuestro nietos correr por el jardín, pero para verte envejecer tengo que unir mi vida a otro hombre espero que cuando despiertes no me odies por tomar esta decisión—. Lo beso en la frente luego se sentó en una silla que estaba en el rincón y calmadamente se dispuso a firma
Mateo a sus 45 años lo tenía todo lo que se requería para ser llamado un hombre exitoso era dueño de la empresa de publicidad más grande del país y combinado a eso se mantenía bien conservado a pesar de su edad era fornido, alto, tenía una brillante sonrisa blanca que iba a juego con su gran carisma e estilo.Gozaba su vida por todo lo alto con viajes y otras excentricidades, sin embargo su mayor adicción eran las mujeres en especial las jovencitas debido a que las seducía rápidamente con su físico o su dinero, él pensaba que no había mujer que se pudiera resistir a sus encantos hasta que consiguió a su talón de Aquiles.Una noche salió su oficina llegada casi las 11 había tomado algunos tragos de whisky porque planeaba seguir la fiesta en alguna discoteca.Cuando intento encender su Mercedes-Benz hizo un ruido extraño y luego comenzó a echar humo, se bajó enojado azotando la puerta saco su teléfono para llamar a uno de sus choferes pero en el estacionamiento subterráneo no había nada
Cuando Mateo ya llevaba poco más de un metro caminando comenzó a flaquear y a dar en zigzag.Ella al verlo fue a agarrarlo por el brazo. —Deja que te lleve al hospital estás desorientado—.—No me gustan los hospitales, iré a mi casa allá mi ama de llave me puede atender antes ella trabajo como enfermera.—Estás loco si crees que te voy a dejar conducir así.—No te preocupes por mí, enserio estoy bien.—Es que no estoy preocupada por ti, solo que yo si tengo conciencia y una buena base moral como para saber que está mal que te vayas de esa manera debido a que le puedes causarle un daño a alguien más o a ti mismo como ya acabamos de ver un claro ejemplo, así que ya basta de protestar y súbete a mi camioneta.—Pretendes que deje mi auto aquí.—Si tienes suficiente dinero para comprarse un Mercedes creo que tendrás lo suficiente para pagar una multa.Indignado por la autoridad con que le estaba hablando la dama, camino hasta subirse en el asiento del copiloto de brazos cruzados.—Dile tú
De ese modo se dirigió a la recepcionista de ese piso.—Buenos días, ¿Sabe por qué la señora Maureen no se presentó a trabajar?Sin contestar los buenos y sin alzar la mirada para ver quien le habla secamente la secretaria respondió. —Ella aviso que no podría asistir hoy por tuvo una emergencia médica y pasaría todo el día en la clínica—.Mateo tocio para llamar la atención de la chica, que al mirarlo quedo impresionada.—Don Mateo, ¿Qué hace usted por acá?—Hasta donde sabía esta era mi empresa, a menos que las cosas hayan cambiado de ayer para hoy y nadie me notificara—. Dijo él con arrogancia.—Oh no señor, disculpe mi falta de respeto no sabía que era usted, me agarro desprevenida y es una total sorpresa verle debido a que nunca viene al quinto piso.—Sí, mira tengo prisa me puedes decir donde está la señora Maureen.—Regáleme un momento, por normas de la empresa ella debió de haber enviado un correo con la justificación médica, en el sello podremos ver en que clínica esta—. Tecle
Mateo estaba en su oficina reorganizado sus ideas mientras daba vueltas es su silla.Alexis se anunció. —Señor disculpe por lo de esta mañana le prometo que no se volverá a repetir—.— ¿Te puedo preguntar algo, Alexis y me contestas con la verdad?—Si jefe por supuesto— ¿Qué es lo más loco que has hecho por amor?—Posiblemente dejar mi país para seguir y apoyar los sueños de mi esposo.— ¿Y tú esposo es agradecido contigo por el sacrificio que hiciste por él?—No es un sacrificio cuando realmente existe el amor señor y para contestarle su duda a profundidad mi esposo me demuestra todos los días que está feliz con la decisión que tome al elegirlo a él.—Ummm entiendo… ya te puedes retirar, vete a casa, sorprende a tú esposo con una linda cena romántica.— ¿En serio, señor?—Si es enserio, ahora lárgate.La frase “No es un sacrificio cuando realmente existe el amor” le quedo sonando a Mateo en la cabezaTanto que esa noche ni siquiera pudo dormir, se la paso mayormente fantaseando con