Mateo a sus 45 años lo tenía todo lo que se requería para ser llamado un hombre exitoso era dueño de la empresa de publicidad más grande del país y combinado a eso se mantenía bien conservado a pesar de su edad era fornido, alto, tenía una brillante sonrisa blanca que iba a juego con su gran carisma e estilo.
Gozaba su vida por todo lo alto con viajes y otras excentricidades, sin embargo su mayor adicción eran las mujeres en especial las jovencitas debido a que las seducía rápidamente con su físico o su dinero, él pensaba que no había mujer que se pudiera resistir a sus encantos hasta que consiguió a su talón de Aquiles.Una noche salió su oficina llegada casi las 11 había tomado algunos tragos de whisky porque planeaba seguir la fiesta en alguna discoteca.Cuando intento encender su Mercedes-Benz hizo un ruido extraño y luego comenzó a echar humo, se bajó enojado azotando la puerta saco su teléfono para llamar a uno de sus choferes pero en el estacionamiento subterráneo no había nada de señal.— ¡Ash! maldición me lleva —. Entre sus refunfuños observó como una dama bajaba del elevador y se dirigía su camioneta.— ¡Eh! Señorita.La mujer lo miro de pies a cabeza y se detuvo. —Señora—.— ¿Cómo? ¿Disculpe?—Soy señora, no señorita.—Bueno señora, seria usted tan amable de regalarme una llamada, claro si es que su teléfono tiene recepción en este agujero.—Lo lamento pero mi teléfono esta sin batería le recomiendo mejor que se apresure a subir y use un fijo de las oficina.—Magnífica idea, ahora vaya y hágalo, tome en esta tarjeta se encuentra el número de uno de mis conductores dígale que venga por mí.— ¿Tiene acaso usted alguna incapacidad?— ¿Qué? Claro que no soy un roble, planeo vivir hasta los 101 años y morir como el dueño de playboy rodeado de chicas.—Si planea eso entonces no veo la razón por la cual no pueda ir usted mismo a llamar.— ¿Sabe quién soy?—No y realmente tampoco me interesa, así que adiós —. La dama siguió caminado a su coche.Mateo caminó rápidamente para bloquear su andar. — Miré discúlpeme si la ofendí, mi auto no quiere funcionar creo que se quedó sin corriente o algo, y por la hora no debe de haber nadie más que usted y yo en el edificio, así que por favor señorita digo señora —.La mujer se dio media vuelta, caminó hasta el Mercedes y abrió el capo.— ¿Qué está haciendo?— ¿Aparte de borracho también está ciego? qué no ve que estoy revisando el auto.—Cómo sabe...—Apesta a licor, ahora bien súbase e intenté arrancarlo.«Es dura de roer» pensó mientras hacía lo que ella le había indicado, milagrosamente esta vez el motor estaba funcionado sin problemas.—Impresionante, ¿Qué le hizo?—Tenía la correa floja, solo la acomode, servirá hasta que llegué a su casa pero le recomiendo que mañana lleve a este chico al taller para que la cambien y también le laven el motor antes de que por la suciedad empiece a fallar.Atónito con la elegancia de aquella mujer y su manera de hablar, Mateo en ese instante decidió que esa noche la metería en su cama a como diera lugar.—Gracias, que digo gracias; mejor déjeme agradecerle como se debe y acepté que le invite una copa.—Muy galante de su parte pero primer lugar no tomo y segundo jamás le aceptaría una copa a un perfecto desconocido.— ¡Up! Mi error mucho gusto soy Mateo Russo.Él le extendió la mano no obstante ella mostro sus palmas llenas de grasa dándole a entender que no le estrecharía la suya.—Karisi Maureen, diría que es un placer pero mentiría, ahora si ya no se le ofrece nada más me retiró.Metiendo las manos en los bolsillos Teo vio como esa extraña mujer que sabía de mecánica se fue.
Todavía estupefacto se montó en su Mercedes, recorrio un par de cuadras cuando por la distracción se pasó un alto y casi choca con varios vehículos entre ellos el de Karisi que sin pensarlo se bajó súper enojada a gritarle.
— ¡Uy de nuevo usted! ¡Ya presentía que por andar manejando alcoholizado iba a provocar un accidente!
Los otros conductores de desde su asientos estaban gritando y amenazando con llamar a la policía de tránsito.
—No fue por eso, es que sabía que esa señal estaba ahí—. Le respondió él vagamente para tratar de excusarse.
—Diga eso en una corte cuando mate a alguien para que vea cuando años de cárcel se gana.
—Está exagerando la situación,
— ¿Exagerando dice?
—Lo resolveré, ¿Vale? —. Camino al centro de donde estaban los coches y grito. — ¿Alguno está herido? —.
Un tipo de unos 30 años con barba frondosa abrió su puerta y se dirigió a él resoplando de la furia. — ¡Te arrepentirás de salir hoy! —.
—Calma amigo, lleguemos a un acuerdo les pagare a todos por el mal rato—. Sacando de su bolsillo una jalo de billetes aparto cinco mil dólares. —Tenga son para usted—.
Sin dudar el sujeto le arrebató el dinero de la mano y se detuvo a contar, en ese instante las otras dos chicas que también estaban involucradas en el que casi termina siendo un accidente se acertaron.
—Ellas también tendrás que pagarles—. Le exigió el hombre al terminar de contar.—Claro, como no—. Dijo Mateo sonriente y desgloso en partes iguales el fajo que quedaba en la mano.Una vez las chicas tuvieron el dinero en sus manos se alejaron sin embargo el hombre se quedó parado ahí determinado la sonrisa de Mateo fue entonces cuando sin contemplación lo agarró por el cuello de la camisa y lo golpeó repetidamente, al ver sangre en su puño lo soltó y enseguida Teo se desplomó.—Gracias por el dinero pero eso será una mejor lección para que dejes de conducir borracho, imbécil—. Dándose la vuelta el sujeto se dirigió a su auto y se fue.Karisi corrió así él y lo miro horrorizada. — ¿Puedes caminar? Tengo que llevarte al hospital pero no puedo cargarte hasta mi camioneta —.—Calma estoy bien, no es necesario puedo conducir a mi casa—. Escupió sangre a un lado y tambaleante consiguió ponerse de pie.Cuando Mateo ya llevaba poco más de un metro caminando comenzó a flaquear y a dar en zigzag.Ella al verlo fue a agarrarlo por el brazo. —Deja que te lleve al hospital estás desorientado—.—No me gustan los hospitales, iré a mi casa allá mi ama de llave me puede atender antes ella trabajo como enfermera.—Estás loco si crees que te voy a dejar conducir así.—No te preocupes por mí, enserio estoy bien.—Es que no estoy preocupada por ti, solo que yo si tengo conciencia y una buena base moral como para saber que está mal que te vayas de esa manera debido a que le puedes causarle un daño a alguien más o a ti mismo como ya acabamos de ver un claro ejemplo, así que ya basta de protestar y súbete a mi camioneta.—Pretendes que deje mi auto aquí.—Si tienes suficiente dinero para comprarse un Mercedes creo que tendrás lo suficiente para pagar una multa.Indignado por la autoridad con que le estaba hablando la dama, camino hasta subirse en el asiento del copiloto de brazos cruzados.—Dile tú
De ese modo se dirigió a la recepcionista de ese piso.—Buenos días, ¿Sabe por qué la señora Maureen no se presentó a trabajar?Sin contestar los buenos y sin alzar la mirada para ver quien le habla secamente la secretaria respondió. —Ella aviso que no podría asistir hoy por tuvo una emergencia médica y pasaría todo el día en la clínica—.Mateo tocio para llamar la atención de la chica, que al mirarlo quedo impresionada.—Don Mateo, ¿Qué hace usted por acá?—Hasta donde sabía esta era mi empresa, a menos que las cosas hayan cambiado de ayer para hoy y nadie me notificara—. Dijo él con arrogancia.—Oh no señor, disculpe mi falta de respeto no sabía que era usted, me agarro desprevenida y es una total sorpresa verle debido a que nunca viene al quinto piso.—Sí, mira tengo prisa me puedes decir donde está la señora Maureen.—Regáleme un momento, por normas de la empresa ella debió de haber enviado un correo con la justificación médica, en el sello podremos ver en que clínica esta—. Tecle
Mateo estaba en su oficina reorganizado sus ideas mientras daba vueltas es su silla.Alexis se anunció. —Señor disculpe por lo de esta mañana le prometo que no se volverá a repetir—.— ¿Te puedo preguntar algo, Alexis y me contestas con la verdad?—Si jefe por supuesto— ¿Qué es lo más loco que has hecho por amor?—Posiblemente dejar mi país para seguir y apoyar los sueños de mi esposo.— ¿Y tú esposo es agradecido contigo por el sacrificio que hiciste por él?—No es un sacrificio cuando realmente existe el amor señor y para contestarle su duda a profundidad mi esposo me demuestra todos los días que está feliz con la decisión que tome al elegirlo a él.—Ummm entiendo… ya te puedes retirar, vete a casa, sorprende a tú esposo con una linda cena romántica.— ¿En serio, señor?—Si es enserio, ahora lárgate.La frase “No es un sacrificio cuando realmente existe el amor” le quedo sonando a Mateo en la cabezaTanto que esa noche ni siquiera pudo dormir, se la paso mayormente fantaseando con
— ¿Qué tan grave esta?—Según su informe médico su condición esta contra las agujas del reloj lo doctores dudan que llegue, sin embargo es el número 150 en la lista de órganos y tiene un puesto relativamente optimista debido a que estuvo en el ejército.—Acabas de darme una fabulosa idea.— ¿Esperaras a qué fallezca?—No, haré algo mucho mejor porque odio esperar.El *toc* *toc* de Alexis no dejo que Mateo explicara lo que pensaba a hacer pues en cuanto lo vio se levantó le arrebato la bolsa donde estaba el anillo y se fue a la clínica.Pero en la puerta se encontraba un guardia de seguridad distinto al que soborno la última vez y aunque a este también lo intento comprar, el hombre se negó rotundamente.Recordando que tenía el número de la enfermera la llamo e hizo un trato con ella y de ese modo consiguió pasar.Cuando Karisi lo vio torció los ojos de inmediato y cruzo los brazos.— ¿A hora qué quiere? ¿Y cómo es que consigue acceder acá si específicamente pedí que no dejaran pasar a
Mateo no bromeaba cuando dijo que se encargaría, eso le quedo claro a Karisi cuando a primera hora de la mañana le llevaron los papeles de traslado y todas las autorizaciones que tenía que firmar para que el viaje con su marido se pudiera realizar.Cuando ella empezó a leer sus lágrimas corrieron puesto que al ver los montos en facturas se dio cuenta que ni reuniendo todo su dinero hubiera podido salvarle la vida a Frank y así mismo estaba cayendo en cuenta que ella no tenía escapatoria puesto que la única forma de con seguir esas cantidades era casándose con Mateo.—El día de nuestra boda pensé que envejecería a tú lado, juró que nos imagine tomados de la mano mientras estábamos en dos grandes mecedores y veíamos a nuestro nietos correr por el jardín, pero para verte envejecer tengo que unir mi vida a otro hombre espero que cuando despiertes no me odies por tomar esta decisión—. Lo beso en la frente luego se sentó en una silla que estaba en el rincón y calmadamente se dispuso a firma