Início / Romántica / El Ceo y La Viuda / Capítulo 4: Lagrimas de una dama.
Capítulo 4: Lagrimas de una dama.

Mateo estaba en su oficina reorganizado sus ideas mientras daba vueltas es su silla.

Alexis se anunció. —Señor disculpe por lo de esta mañana le prometo que no se volverá a repetir—.

— ¿Te puedo preguntar algo, Alexis y me contestas con la verdad?

—Si jefe por supuesto

—  ¿Qué es lo más loco que has hecho por amor?

—Posiblemente dejar mi país para seguir y apoyar los sueños de mi esposo.

— ¿Y tú esposo es agradecido contigo por el sacrificio que hiciste por él?

—No es un sacrificio cuando realmente existe el amor señor y para contestarle su duda a profundidad mi esposo me demuestra todos los días que está feliz con la decisión que tome al elegirlo a él.

—Ummm entiendo… ya te puedes retirar, vete a casa, sorprende a tú esposo con una linda cena romántica.

— ¿En serio, señor?

—Si es enserio, ahora lárgate.

La frase “No es un sacrificio cuando realmente existe el amor” le quedo sonando a Mateo en la cabeza

Tanto que esa noche ni siquiera pudo dormir, se la paso mayormente fantaseando con el esbelto cuerpo de Karisi y su perfecta sonrisa.

«Necesito averiguar quién es su esposo y quitarlo de mi camino a cualquier costo»

A mitad de la madrugada llamo a su investigador privado.

—Necesito que hagas un trabajo para mí.

—Son las 3 de la mañana señor Russo, ¿Qué es tan importante que no puede esperar hasta que amanezca?

—Quiero que investigues al marido de una empleada su apellido es Maureen y mi empleada se llama Karisi Maureen, él por ahora está internado en la clínica San Buenaventura.

— ¿Algo en específico que deba buscar?

—Cualquier cosa con que lo pueda desprestigiar o hundir, quiero saber todo en que trabaja cuánto gana, si tiene una amante, algún error que lo persiga desde su adolescencia cuando digo todo me refiero a ¡TODO! Y quiero esa información sobre mi escritorio antes de mediodía.

—Por el poco tiempo que me deja para investigar la tarifa aumenta.

—Te daré un cheque en blanco si logras conseguir algo lo bastante fuerte como para que su mujer se quiera divorciar de él.

—Nos vemos a mediodía, señor Russo.

«Buscare el traje más elegante para celebrar la gran victoria que tendré hoy, a esta hora mañana debo de estar enrollado entre sabanas con la hermosa Karisi»

A las 7 am ya Mateo estaba en su oficina con una sonrisa de oreja a oreja.

—Alexis, necesito encargarte algo importante y espero que esta vez cumplas con lo que te pido.

—Por supuesto señor esta vez no lo defraudare.

—Toma mi tarjeta negra, vas a ir a Pandora y compras el anillo de compromiso más caro que consigas en el local, tienes hasta medio día para volver.

— ¿Tiene alguna medida o gusto en específico?

—No sé la medida pero te puedo decir que es para la mujer con las manos más finas y delicadas que jamás veras en tú vida.

—Entendido…

Pasado un buen rato de haberse ido el asistente entro (Leandro) el mejor amigo y socio de Mateo a su oficina hecho una furia.

— ¡Eres un irresponsable como es posible que ayer no te presentaras en la reunión con los Hotarus! ¡Los chinos ahora están muy ofendidos porque nuestro mayor inversionista y el dueño de la firma no asomo su cara en la negociación!

—Ayer tenía asuntos más importantes que atender—. Dijo con el tono más calmado, a pesar de que su amigo estaba gritando.

— ¿Qué es más importante que ese contrato que nos puede dejar millones de ganancia?

—El amor… Leandro, el amor es más importante.

— ¿Tú me estas jodiendo verdad? ¡Esto debe ser una m*****a broma! porque para que me digas que nos dejaste plantado por unas buenas nalgas debes de tener muchos huevos.

—Cuida tú lenguaje, ella para mí no es solo un par de nalgas, ella es la mujer de mi vida y al fin la conseguí.

— ¿Qué dices? ¿Cuándo la conociste?

—Si hablo muy enserio, hoy le pediré que sea mi esposa.

— ¿Cómo es qué yo no me había enterado de esto?

—Pasan muchas cosas cuando la gente se ausenta tanto tiempo.

— ¡Solo me fui de viaje por una semana! Imbécil.

El investigador interrumpió repentinamente la escena con su presencia.

—Leandro, necesito que te retires tengo un asunto importante que atender con este señor.

— ¿Me estás echando?

—Si lo quieres ver de ese modo…

El sujeto salió de la oficina aventado las puertas y tirando todo lo que consiguió a su paso.

—Disculpe por eso, ahora siéntese y dígame porque llego antes de lo acordado, ¿Ya consiguió lo que le pedí?

—Me temo que mi visita se adelantó justamente por eso—. El investigador aventó una carpeta encima de del escritorio de mateo. —Resulta que lo me pidió no existe—.

— ¿Cómo que no existe?

—Así como lo oye no existe, el hombre es casi un santo, sirvió en Irak, presto servicio de ayuda y rescate en Turquía, dona dinero a fundaciones caritativas cada tantos años además de que va a la iglesia todos los domingos.

— ¿Buscaste si le era fiel a su esposa?

—Lo es, va del trabajo a la casa todos los días, aparentemente son muy felices los dos o bueno lo eran antes…

— ¿Cómo qué lo eran?

—Antes de decirte eso tienes que decirme porque me mandaste a investigarlo.

—Eso no te interesa.

—Te lo preguntare una vez más como amigo, ¿Por qué le estas husmeando la vida? Venga Teo, me preocupas tengo años trabajando contigo y es la primera vez que me despiertas en medio de la madrugada hablando como un esquizofrénico.

—Pero luego me dirás porque dices que “Eran felices”.

—Trato hombre, que si pero dime.

—Es el actual esposo de la mujer que será mi esposa.

— ¿Cómo dices?

—Así como lo escuchas me voy a casar.

—Demonios no me esperaba eso, cualquier cosa que hubiera salido de tú boca te la hubiese creído pero ¿Casarte? Al menos deja que hombre muera tranquilamente antes de que le quites a la mujer.

— ¿Se va a morir?

—Sí, por esos dije que antes eran felices, antes de que se enfermara del corazón al punto de requerir un trasplanté.

Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo