Inicio / Romántica / El Ceo que compró mi Virginidad / Capítulo 2: Recuerdos, anécdotas y un primer amor
Capítulo 2: Recuerdos, anécdotas y un primer amor

Había pasado dos días desde que Dalma estaba en el hospital cuidando de su madre, lo bueno es que lentamente ya se esta recuperando de esa anemia que cogio por los medicamentos que le quitaba de apoco el apetito, ya tiene más color sus mejillas y va recuperando de apoco su apetito y con respecto al dinero aún no sabía que hacer ni de donde sacarlo, su madre también estaba preocupada por su hija, por situaciones como esta, era que queria evitarle que supiera lo de su enfermedad.

Dalma pensando en una solución, le vino a la mente fue pedirle ayuda a la única persona que una vez prometió nunca buscar, su padre. Aquel hombre que un día se fue y solo se acordaba de ella en fechas importantes.

Su padre es conocido en la Alta sociedad por ser un político de renombre y estar casado con una de las modelos más bellas y famosa del país y diez años menor que él.

—¡Jamás! —grito su madre al oír lo que su hija le propuso —Prefiero morirme a pedirle ayuda al desvergonzado de tu padre, si es para ti no lo dudaría en dejar de lado mi orgullo, pero si es para mi primero muerta que aceptar su dinero.

Ella solo suspiro, no iba a ser fácil para Dalma convencer a su madre, así que por el momento dejaría de lado esa conversación, mientras seguía buscando otras opciones.

Después de dejar descansar a su madre, volvió a su casa por ropa limpia, al entrar fue como si esos años de niñez nunca hubieran pasado, a la mente le llegaron un sin fin de recuerdos y travesuras, hoy hace casi un año que no volvía.

Despues de un rato deambulando por la casa salió al jardín y observó con nostalgia la cerca que divide su casa de la de sus vecinos, se ríe de las veces que salto esa cerca para ir a jugar al jardín con sus amigos y las veces que fue regañada por su madre por no ir y pedir permiso y entrar como la gente educada por la puerta, pero ella era una niña rebelde y eso no lo podía evitar.

La familia Ferrero siempre fueron buenos con ella y cada que la veían en el jardín ya se imaginaban que se habría escapado de su madre, a pesar de tener un poco más de solvencia económica, nunca le hicieron notar en su trato hacia ella, nunca la hicieron sentir inferior al igual que sus hijos, siempre fueron buenos con ella como si fuera parte de la familia.

Los hijos de los señores siempre la trataron como a una hermana y la apoyaban en sus locuras, el mayor es llamado Francisco quien le llevaba cuatro años de diferencia, luego venía Emiliano quien le llevaba dos y luego esta Gabriel con quien tenía la misma edad.

A medida que crecían también lo hacia su amistad, los cuatro se volvieron más unidos, Francisco al ser el mayor siempre quería estar cerca de ellos por temor a que ellos terminaran metiéndose en problemas.

En cuantos los años pasaban los niños iban dejando de ser niños para volverse adolescentes y con ello nuevos sentimientos surgían.

Dalma al cumplir los quince se volvió una joven linda, dulce y dejo de ser tan rebelde como lo era en su niñez, había comenzado a albergar un sentimiento nuevo en su corazón, cuando descubrió de que se trataba decidió confesar su amor a Francisco, pero este le terminó rechazando, porque el no sentía lo mismo en cambio, era Emiliano quien estaba enamorado de ella.

Y desde ese momento los tres no fueron los mismo al igual que su amistad, poco a poco se fueron alejando, tomando caminos diferentes y comenzando a madurar.

El que primero se alejo fue Francisco, pues luego de lo que sucedio decidió ir a una universidad fuera del país, luego fue Emiliano, se habia quedado en el país, pero fue a una universidad alejada a su ciudad, quien quedó hasta lo último con ella fue Gabriel, hasta que ambos eligieron sus caminos y naturalmente se separaron por escojer diferentes profesiones.

Solo venia en vacaciones y poco tiempo estaba en la casa, al parecer evitaba encontrarse con algunos de los chicos.

Y ahora esta observando esa cerca que tanto recuerdo y anécdotas guarda.

Se vio tentada a asomarse, pero eso solo lo hacía la niña Dalma, ahora es una mujer y una persona educada.

No sabía si era un buen momento, pero sintió la necesidad de ir y saludar, después de todo los señores Ferrero siempre fueron buenos y de alguna manera hay que agradecer y que mejor manera que hacerles saber que siempre los recuerda.

Toco el timbre, luego de unos segundos una muchacha la atendió, la guió hasta el comedor donde se encontraban la señora Claudia, el señor Alfonzo y ¿Francisco? Su primera ilusión romántica, su primer amor también se encontraba ahí.

Después de tanto se volvieron a ver.

—¡¡Dalma!! —grita la señora de emoción sacándola de la ensoñación, no es novedad que la señora siempre la ha tenido un especial aprecio, será porque no ha tenido hijas mujeres.

—Seño...lo siento Claudia —rectifico al instante, al recordar que odia ser llamada señora

Se dieron un abrazo, luego el señor también se unió, cuando llegó a Francisco, pensó que sería un momento incómodo, y que toda la familia se daría cuenta, pero fue todo lo contrario, la abraso de una manera cariñosa que la hizo sentir nostalgia del pasado y quiso permanecer un rato más así.

—Que lindo que hayas venido a visitarnos —dijo Claudia cuando se dejaron de abrazar —aunque es una pena que sea en estas circunstancias, me he sentido sola desde que te fuiste, todos mis hijos decidieron irse y abandonarme.

—Madre, si no te diste cuenta tu hijo mayor se encuentra aquí, también he venido a visitarte.

—Claro que si me di cuenta no seas celoso —luego miro a Dalma nuevamente —¿Como esta tu madre? Ya me enteré de lo sucedido.

—Mejor, ahora vine por unas cosas que necesita y vuelvo con ella, después tendré que volver a la Universidad para terminar el asunto de mi matricula.

Después de hablar un rato, los señores se fueron porque tenían un asunto, dejando a Francisco y Dalma solos.

Francisco ya no era él mismo, en estos años se habían visto un par de veces, pero todos han sido encuentros fugaces o con más personas alrededor, no habían tenido la oportunidad de estar solos en todo el sentido de la palabra.

—Mucho tiempo, ¿verdad? —dice después de dejar de verla

—Si, la verdad ¿como has estado?

Por miedo del pasado, Dalma se había privado de poder tener una hermosa amistad como en los años de juventud, a pesar de que ya los dos sean adultos, todavía tienen esa chispa de complicidad y hasta podrían volverse a tratar como hermanos.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo