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El Ceo que compró mi Virginidad
El Ceo que compró mi Virginidad
Por: Danna _univers
Capítulo 1: Mi madre no puede estar enferma

Dalma había despertado con un mal presentimiento martilleando su corazón, a decir verdad hace unos días que ha tenido este sentimiento de angustia oprimiendo su corazón, aún así se obligó a seguir su rutina diaria, decidió no darle importancia y fue a sus clases como todos los dias, cuando en medio de una de ellas recibió una llamada que hizo que su corazón se detuviera por un segundo y volviera a latir en el próximo con una mala noticia, una enfermera del hospital le había llamado para informarle que su madre está hospitalizada en estado grave, no dudo un segundo en salir corriendo dejando atrás la universidad, rumbo a su apartamento, no sabia que hacer, ¿a quien debería llamar?, se detuvo un segundo respiro profundo y busco un poco de sus ahorros esos que casi no tocaba y salió directo a tomar el primer autobús que la llevaría directo al hospital donde se encuentra su madre.

Ella había sacrificado mucho para que su hija pueda tener una mejor educación y no podría solo quedarse ahí tranquilamente, mientras la necesitaba junto a ella.

Unas horas después llegó y fue de inmediato al hospital, allí no le importó a quien llevaba por delante en su arrebato, solo quería llegar junto a su madre, pero la imagen que la recibió le rompió el corazón, había pasados unos meses que no se veian, su comunicación se basaba en llamadas, algunas videollamadas incluso mensajes de textos, a pesar de solo estar a unas horas de distancia, rara veces venia a visitar a su madre, y hoy de eso se arrepiente al entrar al cuarto vio a su madre casi irreconocible

«Qué tanto paso para que colapsara de este modo» se preguntó.

Se sintió mal por disfrutar, mientras a su madre la perdía poco a poco, ahora se encontraba dormida, pálida y más flaca de lo normal, lentamente se acercó a su lado y en forma silenciosa le dio un beso en la mejilla huesuda, al instante era mojado por las lágrimas que corría como un río sin fronteras por su rostro.

—Mami, ya estoy aquí, perdón por mi ausencia, perdóname por tenerte tan abandonada, por favor sigue conmigo, yo haré todo lo posible y por haber para que estés bien, por mí culpa te desgastaste tanto, que no te importo cuidar de tu salud.

Se sentía mal de verla así de demacrada, se preguntó qué y cuanto sufrió en silencio y todo para que pudiera cumplir su sueño.

—Hay mami, ¿porque tuviste que llegar hasta este punto? conociéndote seguro ni comías por ahorrar, qué ingenua fui. Como te escuchaba bien creí tontamente que así estabas, siempre te he dicho que mi sueño era estudiar en esa Universidad, pero no a costa de tu salud.

En eso entra el doctor mirando unos documentos y murmurando algo a la enfermera que lo acompañaba.

El hombre de aproximadamente unos treinta se sorprendió al ver tal escena, veía como la chica temía tomar las manos de la señora y le hablaba en susurros para que no se despertara, se acerco y le tendió un pañuelo.

—Disculpe señorita, ¿usted...es pariente de la paciente? —pregunta una vez que vuelve a su antigua posición

—Gracias...Sí soy su hija ¿cómo se encuentra ella? —dijo después de limpiarse las lágrimas con el pañuelo, tragandose el nudo que se formó en su garganta. 

—Ahora esta estable, pero su situación es de sumo cuidado, ahora me encuentro de ronda, pero cuando pueda pase por mi consultorio para explicarle todo acerca de su salud y el nuevo tratamiento que debemos de comenzar.

—¿Tratamiento? —pregunto de golpe.

—Sí, tratamiento para reducir ppel cáncer —respondió de inmediato, pero al ver la sorpresa en el rostro de la chica —No sabía qué su madre ¿está en tratamiento?

Solo negó en respuesta, luego el doctor salio para no seguir agobiandola.

El corazón de Dalma se apretujó con esa mala noticia. 

Se quedó un rato más junto a su madre esperando y asimilando por todo lo que ella pasaba acá en silencio, como si no tuviera una hija de quien aferrarse, queria preguntarle ¿porque lo hizo?, pero hoy eso seria imposible por lo que le dijo la enfermera, dormiría un poco más por el sedante.

Salió en busca aire fresco porque allí ya se sentía sofocada y de paso iría a buscar al doctor para que le cuente todo acerca de la salud de su madre, buscándolo por los pasillos, lo encontró hablando con una enfermera, la misma que esta atendiendo a su madre.

—Doctor, ya estoy aquí tiene tiempo para hablar todo acerca de la salud de mi madre.

—Pase al consultorio de la derecha, el que tiene el apellido Presley y tome asiento en un momento, estoy con usted —dijo con una voz tranquila.

Siguio sus instrucciones y al entrar tomó asiento y se iba a disponer a esperar tranquilamente, pero por naturaleza se puso a husmear a su alrededor, aunque solo llego a ver un par de títulos remarcados dispersados por todo el cuarto y cuando quiso ponerse de pie para ver un portarretrato, oyó como la puerta era abierta y volvió a apoyar su trasero en su lugar.

El doctor entró, acomodo su bata y luego tomo asiento frente a Dalma, mientras buscaba unos papeles.

—Su madre ingreso hace dos meses por fuertes dolores de cabeza y mareos continuos —le comenta cuando encontró su archivo —después de varios estudios le detectamos un tumor cancerígeno en el cerebro, hace como un mes ha empezado con la quimioterapia, pero hubo rechazo en su organismo y debemos de cambiar de tratamiento.

—Doctor me dice que hace dos meses mi madre se enteró de que tiene un maldito tumor ¿y por qué yo no estaba enterada de esto?

—Porque, la señora García me pidió que no le dijéramos nada a nadie, que ella misma lo haría en su momento y como política del hospital yo debo de respetar lo que mi paciente decida.

—Esta bien doctor no lo estoy culpando, pero igual me molesta el enterarme a estas alturas, me siento excluida siendo ella mi madre, ahora quiero saber algo que es más importante, ¿este tumor es operable?

—Si logramos reducir su tamaño, si. Hay una gran posibilidad de que todo sea un éxito y que tenga una sana recuperación.

—Entonces que están esperando, puede comenzar cuanto antes con el tratamiento, mi madre tiene que recuperarse.

—Lo haríamos señorita, pero hay un problema, su madre aún adeuda la mitad del costo de la anterior quimioterapia y si no paga no podemos comenzar con el nuevo tratamiento, que es aún más costoso por los medicamentos que aplicaremos. 

Eso sí era preocupante para Dalma de donde conseguiría tanto dinero en tan poco tiempo, apenas si subsistia día a día.

Después de hacerles más de mil preguntas al doctor, salió rumbo a la habitación en busca de su madre, al entrar la vio abriendo los ojos y sintió como su corazón volvió a latir, ver esa mirada que solo su madre le da es un mimo que quiere conservar por mucho tiempo más.

Ella ama a su madre más que a cualquier otra persona en el mundo, es por eso que le duele saber que esta enferma y ella sin recursos para ayudarla y peor que eso tan lejos de saberlo, su madre Carolina sabía muy bien que el día que su hija supiera la verdad la recriminaria de por vida por ocultarle, pero áun así ella lo volvería a hacer, lo único que quería era ver a su hija preocupada por cuestiones de la universidad, tener amigo y siendo una joven que disfruta de su libertad.

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