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Decir que estaba agotada y adolorida era poco para cómo se sentía Alicia en el momento en que abrió los ojos esa mañana. Con razón Vincet estaba como loco por tener sexo con ella, se lo había demostrado toda la noche… ¿cómo demonios se podía tener tanto lívido acumulado?

Porque sí.

Ella había pensado erróneamente que con solo hacerlo una vez había terminado todo. Se había sentido realmente bien, pero cansada y un poco adolorida, aunque si decía la verdad, después de la primera vez sentía que no estaba del todo satisfecha o era una sensación que no podía explicar.

Pero para eso no hubo problemas. Antes que se diera cuenta ya había estado boca abajo, cadera alzada y el miembro de Vincet de nuevo dentro de ella golpeando sus paredes sensibles y haciéndola gemir como loca contra la cama. Y así fue otra vez llevándola a la cumbre a derramarse en la cama, dejándole la espalda llena de marcas de beso y los hombros con mordidas que desaparecerían pronto, pero estaban allí.

Como que el Ceo era
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