Decir que estaba agotada y adolorida era poco para cómo se sentía Alicia en el momento en que abrió los ojos esa mañana. Con razón Vincet estaba como loco por tener sexo con ella, se lo había demostrado toda la noche… ¿cómo demonios se podía tener tanto lívido acumulado?Porque sí.Ella había pensado erróneamente que con solo hacerlo una vez había terminado todo. Se había sentido realmente bien, pero cansada y un poco adolorida, aunque si decía la verdad, después de la primera vez sentía que no estaba del todo satisfecha o era una sensación que no podía explicar.Pero para eso no hubo problemas. Antes que se diera cuenta ya había estado boca abajo, cadera alzada y el miembro de Vincet de nuevo dentro de ella golpeando sus paredes sensibles y haciéndola gemir como loca contra la cama. Y así fue otra vez llevándola a la cumbre a derramarse en la cama, dejándole la espalda llena de marcas de beso y los hombros con mordidas que desaparecerían pronto, pero estaban allí.Como que el Ceo era
Alicia no podía esconder la sonrisa de su rostro… pues estaba realmente feliz. Miraba entre sus manos las tres hojas con los resúmenes de notas del año de las tres asignaturas que cursaba, y con ellas había ganado, además del título de oro, la posibilidad de poder entrar en un buen trabajo. No podía decir lo mismo de mucho de sus compañeros que algunos tenían las caras largas, bueno… ella se había esforzado a pesar de su situación y este era el resultado.-Te ves feliz- la voz a su lado la hizo estremecerse y giró su rostro. La sonrisa que tenía se desvaneció.-Cristian- murmuró.-Quiero hablar contigo cuando termine la clase- le dijo él para recibir una negativa de la cabeza de ella que le hizo fruncir el ceño.Alicia habló en voz baja pues no quería hacer una escena.-Lo siento, pero no tenemos nada de qué hablar y mucho menos solos- ya ella sabía muy bien cómo habían terminado todas esas veces.No le gustó el brillo oscuro que agarraron los ojos de Cristian que se inclinó en la mes
Alicia terminó de cocinar la cena y miró afuera de la cocina en dirección a la escalera. Esa tarde Vincet había regresado con el ceño dolorosamente fruncido y simplemente le había dado un beso rápido en los labios antes de desaparecer en su oficina. Lukas le había hecho señas de que no le hiciera caso para después también desaparecer él en la oficina.Un rato después había escuchado el sonido de algo de cristal quebrándose en la planta superior y ella se estremeció. Incluso palideció y a su cabeza vinieron recuerdos que no quería. Cerró los ojos y se pegó contra la pared de la cocina respirando agitada.Entonces recordó las terapias junto a Juliana y cómo le había indicado que intentara controlar ese tipo de ataques. Apretó las manos en su pecho e intentó respirar profundo y detener el temblar en su cuerpo. Le fue complicado al inicio, pero poco a poco se fue calmando quedando agotada.Sabía que Vincet no le haría nada, aún si estaba molesto, pero a pesar de saberlo y las terapias los
-¿Ya estás más calmada?- fue la pregunta del Ceo al sentir como los latidos del corazón de Alicia eran mucho más tranquilos que antes. Y esperaba que si porque no le había gustado para nada la expresión de miedo que ella le había reflejado. Alicia se demoró en responder hasta que varios segundos después se incorporó con los ojos rojos al igual que las mejillas. Los parpados ligeramente hinchados. Vincet le acarició la mejilla limpiando la humedad que estaba en esta. -Acaso pensaste que te iba a hacer algo- le preguntó en tono bajo y sonriendo ligeramente. Alicia negó lentamente. -Lo siento. -No tienes que disculparte. Debí tener más cuidado- la violencia de cualquier tipo desataba ese tipo de episodios que nada buenos eran- Viniste a avisarme sobre la cena ¿verdad? Esta vez Alicia asintió. -Pues vamos a comer. Vemos una película o si quieres podemos tener sexo- ante sus palabras las mejillas de ella se sonrojaron y él le dio un beso rápido en los labios ante la no negativa de el
Alicia apretaba sus manos en la camisa de Vincet mientras su boca lo hacía contra la tela de su hombro en un intento de sofocar los gemidos que salían de su boca. Al carajo los planes de ver películas. Ella sabía que él se calentaría en cuanto aceptara tener sexo con él… por eso en cuanto terminaron de comer él esperó a que la mesa estuviese limpia para apagar la tele y llegar a ella para agarrarla de la cintura y sentarla sobre esta. Y ahora estaban allí, con sus piernas a cada lado de su cuerpo y la cadera de él moviéndose entre sus muslos. Y con cada embestida le hacía soltar un gemido y estremecer por completo. Las manos del Ceo acariciaban los costados de su cadera, subían por su cintura y se colaban por debajo de su blusa para amasar sus senos entre sus manos. -Espera- ella alzó la cabeza cuando apretó sus dos pezones a la vez, lo que aprovechó él para apoderarse de su boca enredando su lengua con la de ella. Alicia simplemente podía dejarse llevar. Y no podía negar que esta
Alicia había notado que Vincet estaba raro últimamente. Se mantenía reservado en muchas cosas, pasaba mucho tiempo en su oficina y se quedaba pensando con la mirada perdida a lo lejos. Le hubiera gustado saber que le pasaba para ver su podía ayudarlo, aunque no creía tener la confianza de poder hacer mucho, pero estaba preocupada. Aun así, su trato con ella no había cambiado y se notaba que tenía cuidado para no alzar la voz o molestarse. Al parecer se había asustado mucho con su reacción ese día. Y después de pensarlo y recordarlo a ella misma le daba vergüenza haber tenido miedo de él. Vincet hasta el momento nunca había sido violento con ella y mucho menos la había tratado mal. Por el contrario, había tenido una paciencia increíble y hasta la había metido en tratamiento para mejorar. Suspiro dejando caer sus hombros. Debía ser más fuerte y no dejarse vencer por sus miedos. No podía estar arrastrando toda su vida lo que le habían hecho en el pasado. -…ita, …señorita- la voz de la
Alicia escuchaba el sonido del reloj de la sala como si fuera un taladro en su cuerpo que solo la helaba más. No quería sacar conclusiones apresuradas. Seguro que Vincet le explicaría la situación, aun así, no podía sacarse aquellas palabras de la mente. Comprometido… con aquella mujer… que tenía a su hijo en su vientre. Tragó de nuevo con mucha dificultad sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas las cuales secó rápido. No las derramaría. No serviría de nada. Sin embargo, por dentro algo se estaba quebrando. Al menos le hubiera gustado enterarse por la boca de él no por esta mujer la cual no conocía. Lo peor, no había podido contactar con él aún. Su celular estaba apagado y los minutos seguían pasando. Cerró los ojos y se recostó contra la pared de la cocina fuera de la vista de la mujer que se encontraba incómoda en la sala. Verla solo le hacía estar más consciente de todo aquello. Su celular sonó y lo agarró rápido viendo que había entrado un mensaje. Se ilusionó, pero des
Vincet había tenido que apagar su celular desde temprano y había ordenado a Lukas que hiciera lo mismo. Estaba obstinado de a insistencia de su familia, incluso de los clientes y negocios. Le hubiera gustado ir con Alicia y probarle el mismo el vestido para su graduación, bien sabía él lo importante que era ese evento para ella, sin embargo, estaba allí abrumado con sus problemas y además la preocupación de su situación. No sabía cómo decírselo a Alicia… porque ni el mismo comprendía como había pasado. Solía tener cuidado cuando se acostaba con las mujeres. Él mismo tenía sus propios condones para evitar este tipo de situaciones y que precisamente su abuelo moviera sus piezas, por lo que le parecía absurdo que hubiera una mujer embarazada de él. Y además que lo hubiera comprometido así sin más. Simplemente le habían mandado el anuncio y el anillo por correo. Como siempre para su abuelo solo era una pieza que podía manipular a su antojo. Él se había negado por supuesto y hasta devuel