Lorenzo estuvo hablando cerca de una hora con Orlando.
Orlando también tenía presente a Paolo Simone y su historia.
-Era un hombre joven, yo lo crucé poco antes de que comenzara todo el lío, estaba con su esposa, una mujer joven y bella, bellísima, parecía que él besaba la alfombra por donde ella caminaba, es raro que demostrando tanto amor, se haya suicidado, eso siempre lo pensé.
-A lo mejor fue por vergüenza de no poder mantenerla con lujos, como evidentemente estaba acostumbrada.
-Pero no la dejaría en la ruina sin hacer nada, Facundo es un buen chico y responsable, pese a lo joven que es, fijate que habló con tres personas y pasando por alto a gente que estaba por encima de él.
-Lo ascendí.
-Me parece perfecto, se lo merece.
A Lorenzo le llegó un mensaje de su novia.
Ese día lo cansó.
-No puedo verte hoy, te llamo cuando me desocupe.
Le contestó por mensaje de W******p.
-No sé a donde m****a quiere ir, pero hoy que no cuente conmigo.
-¿Así te pensás casar?
-No sé, decímelo vos, que tenés dos divorcios.
-No hay nada como la soltería.
Dijo sonriendo divertido, al menos quiso serlo, pero en realidad a veces extrañaba a su primera esposa y ver a sus hijas todos los días, crecían tan rápido que sentía que a veces dejaba de conocerlas.
-Aunque te confieso que a veces extraño a mis hijas, las tuve muy joven y nunca fui el mejor padre, dejé todo en manos de su madre, sabiendo que Mónica es excelente en todo, me desligué muchas veces cuando no correspondía hacerlo.
-Siempre hablás con cariño de ella.
-Sí, si la hubiese conocido siendo un poco más grande, no la hubiese hecho sufrir tanto y tal vez seguiríamos juntos.
-Podés recuperarla.
-Lo pensé una y mil veces, pero ahora tiene pareja.
-¿Eso alguna vez te detuvo?
-No… pero con ella soy otra persona.
-Pareciera que estás esperando que te busque ella.
-Algo así, pero no creo que perdone mis infidelidades, aunque de ninguna otra mujer me acuerdo y a ella no la puedo borrar de mis sentidos, a pesar de los años que pasaron.
-Inventá algo… enfermate y que vaya a cuidarte.
-No sé, pero te juro que hay besos que no se olvidan, hay mujeres que nunca las podés borrar y Mónica es una de ellas.
-Nunca me pasó, digo, que alguna mujer deje huellas en mí.
-¿Y Majo?
-Digamos que es la correcta.
-No tenés la obligación de casarte con ella.
-No, es verdad, pero es algo que casi todos hacen.
-Pensalo, porque se me hace que Majo no te va a soltar fácilmente si luego decidís divorciarte.
-Puede ser, hoy me cansó, no dejó de llamarme ni de dejarme mensajes y encima no puedo sacarme de la cabeza el tema de Paolo Simone.
-Es una locura y de verdad, si conocés a la madre del chico, no podés creer esa decisión, yo creo que no se suicidó.
-M****a, voy a activar la investigación.
Lorenzo se levantó con decisión.
-Es que su hijo ni siquiera tenía miedo con mi ira y hasta el ingeniero, que es un tipo de 40 años, estaba temblando.
-Es verdad.
Le concedió Orlando.
-Voy a verlo.
Lorenzo entró en la oficina de Facundo, que era compartida con 10 personas más, aunque en ese momento había tres personas menos y dos de los que tuvieron que renunciar, tenían oficinas individuales.
-Facundo queda a cargo del sector.
Anunció.
Ni siquiera dos arquitectos, que tenían antigüedad trabajando allí, se atrevieron a decir algo, es que en ese momento no estaba el horno para bollos y si querían los dos puestos jerárquicos vacantes, lo iban a hablar al día siguiente y con la oficina de personal, si no, lo hablarían con Orlando, pero nunca con Lorenzo, es que el otro socio era un poco más accesible con el personal, al menos con los jerárquicos.
-Pibe, acompañame.
Sólo dijo esas palabras y todos estaban temblando.
Facundo se levantó sin que le repitiera la orden dos veces.
Se dirigieron a la oficina de Lorenzo y se les unió Orlando, porque estaba intrigado con el pensamiento de su socio y amigo.
Lorenzo comenzó a hablar, tomando por sorpresa a Facundo.
Orlando no se asombró, él conocía bien a Lorenzo y sabía que era impulsivo.
-Los dos conocíamos la empresa de tu padre y Orlando hasta conoció a tu padre, por lo que decidimos, si querés, investigar para saber si fue suicidio, pero no te prometemos nada.
-¿Piensan que lo mataron?
Facundo estaba asombrado.
-Yo lo crucé en un evento, estaba con tu mamá, demostraba un amor increíble hacia ella, se pudo haber suicidado, por supuesto, sólo que esa situación, a mí particularmente, en su momento me hizo bastante ruido.
-Yo no sé qué pensar, tenía 15 años cuando sucedió eso y mi mamá estaba destrozada, ella me tuvo muy joven… quedó embarazada al poco tiempo de conocerse y tenía 17 o 18 años cuando yo nací.
Ambos socios se asombraron de la edad de la madre de Facundo, su padre al día de hoy debería tener cerca de 40 años, realmente era joven, cada vez les resultaba más difícil pensar que ese hombre se pudo haber suicidado, pero eran sólo conjeturas.
-No sabemos qué sucedió y si la investigación fue hecha como correspondía, pero por tu coraje al corregir o intentar corregir un error que nos podría haber llevado a la ruina, te prometo que voy a abrir nuevamente la investigación.
Le prometió Lorenzo, sin saber que lo llevaba a hacer esa promesa, pero sí, estaba seguro de cumplirla.
Pese a lo que inspiraba en sus empleados, era un hombre muy agradecido, claro que cuando se trataba de comprar empresas que estaban en bancarrota, ellos no tenían piedad.
Tal vez por eso, se sentían en deuda con Facundo, los dos sabían que habían pagado mucho menos de lo que correspondía por la empresa de su padre.
Hablando primero entre ellos y luego con Facundo, Lorenzo pensó que era muy probable que lo hayan matado, pero quién lo realizó, fue muy cuidadoso y cubrió muy bien sus huellas.
-Gracias señor.
Facundo era un muchacho muy centrado y muy maduro para sus 18 años, es que la mayoría de los jóvenes de esa edad no vivieron lo que pasó él, lo difícil es asumir que su padre se suicidó y salir adelante, con la culpa, pensando en que podría haber hecho él para salvarlo y no hizo, algo así también le sucedía a su madre.
Él recuerda que sus padres siempre estuvieron muy enamorados y fueron muy felices, fue algo inesperado su suicidio, Paolo, su padre, estaba deprimido, pero nadie se imaginó que llegara a cometer semejante locura.
-Yo quise investigar, pero era menor y sólo pude recolectar algunos documentos.
Dice, con su voz quebrada.
-Hace poco encontré un segundo celular de mi padre, que no sabía que existía, lo usaba para trabajar y hay mensajes cifrados que no pude abrir.
-¿Lo podemos ver?
-Sí, mañana lo traigo.
-No, si querés te acompaño ahora hasta tu casa, no me gusta perder tiempo.
Le aclaró Lorenzo, él era impulsivo y su socio lo sabía, por eso no le llamó la atención que se ofreciera ir hasta la casa del muchacho, en ese momento.
Sabía que cuando se le ponía algo en la cabeza, relacionado con cualquier tema, Lorenzo no se quedaba tranquilo, era un hombre apasionado con todo lo que le interesaba, por eso Orlando no entendía porqué salía con Majo, se daba cuenta de que por ella no sentía lo que se suponía que se siente para casarse con una mujer, más bien era una relación casi fría, eso viéndolo desde afuera, por supuesto.
También se daba cuenta de que sin ningún motivo, la dejaba de ver o asistía a reuniones en donde no era indispensable su presencia y lo hacía sin ella.
Por eso, conociendo su forma de ser, le llama la atención esa casi frialdad que tenía a veces con su novia.
-Es que estoy en horario de trabajo, señor.
-Vas conmigo, es como seguir trabajando.
-Muchas gracias.
Facundo estaba aturdido, era un día totalmente inusual, tanto en la empresa como en su vida personal.
Pensaba que su padre había sido un gran hombre y ese error siempre le pareció raro, porque él estaba seguro que su padre debería haber revisado ese plano o alguien más, a lo mejor lo debería haber hecho y no sabía porque tanto agradecimiento de parte de sus jefes, aunque conocía muy bien las consecuencias de dicho error en los planos.
-¿Tenés auto?
Le preguntó Lorenzo para saber si lo seguía o viajaba con él.
-Nos quedó solo un auto y hoy lo necesitaba mi madre para hacer un trámite, esta mañana me alcanzó ella hasta el trabajo, ahora estoy a pie, señor.
-Vamos.
Durante el viaje, Facundo le detalló cómo fue que encontraron a su padre, hasta tuvo que contener las lágrimas, ese tema no lo iba a superar en su vida.
Luego, cuándo iban llegando Facundo, para tranquilizarse y que su madre no lo viera en ese estado, cambió de tema.
Lorenzo se sorprendió al ver que era una verdadera mansión en donde vivía Facundo, hasta el diseño era muy modernista, le gustó el frente de la casa y confirmó que Paolo había tenido un gusto excelente, al entrar, vio lo lujosa que era esa casa, aparte de confortable y cálida, un poco ostentosa, era verdad, pero en cada rincón denotaba suntuosidad.
-¡Mamá!
Llamó Facundo.
-Antes de ir al despacho de mi padre, le voy a avisar a mi mamá que estamos acá, para que no se asuste si escucha ruidos.
Facundo se dirigió a la cocina y al ver que no estaba, volvió al living, en donde lo estaba esperando Lorenzo.
-Debe estar en la piscina.
-¿Es grande el parque trasero?
Preguntó Lorenzo, por llevar una conversación porque, como ingeniero Civil, estaba calculando cuántos terrenos abarcaba el predio.
-Sí, si gusta pasar, acompáñeme.
-Gracias.
Cuando salieron al parque, se encontraron con un quincho enorme y una parrilla grande y cómoda.Giraron luego de unos metros y comenzó a escucharse música pop, de esa que suelen escuchar las mujeres, al menos eso pensó Lorenzo.Se acercaron a la piscina, cuando Facundo pega un grito fuerte, haciendo sobresaltar a su madre.-¡Mamá! ¡Estoy acompañado! ¿Por qué tomás sol desnuda?Lorenzo miraba a la hermosa y llamativa mujer, que por los gritos de Facundo se incorporó un poco, estaba acostada sobre una lonita, tomando sol… con los pechos al aire.-¡Perdón! Estaba sola y se supone que tenés que estar trabajando.Dijo cubriéndose el pecho con un brazo, pero Lorenzo ya había visto algo que le había encantado y no hizo ningún esfuerzo por dejar de mirarla, pero al estar medio paso atrás de su empleado, el joven no se dio cuenta cómo su jefe devoró con su mirada a su madre.-Estoy con mi jefe, venimos a buscar algo específico al despacho de papá.-Perdón, hijo, un gusto…-El gusto es mío, soy
Al día siguiente llamó a un investigador privado de su confianza, solían llamarlo para investigar a las empresas que iban adquiriendo, antes de hacerlo, por supuesto.Le informaron todo sobre el caso, y le dijeron que querían averiguar dos cosas, que posiblemente estuvieran relacionadas.Querían saber si alguien había saboteado la empresa, es decir, si luego del ok para el inicio de la obra, alguien había cambiado los planos, querían saber quién fue y en qué momento cambiaron los documentos y también querían saber si Paolo Simone fue asesinado.Oscar Yuri, el investigador, estaba asombrado, él mismo había investigado esa empresa, hacía algunos años, para ellos, antes de que la compren.-Simone Company les pertenece, la investigué yo mismo cuando fue a la quiebra.-Por supuesto, pero necesitamos saber qué sucedió realmente con la empresa y con su dueño.-Ok, comienzo por la empresa.-Por donde quieras.Ellos no le dijeron que tenían documentos que le aliviaría el trabajo, querían saber
Estando en su auto, recordó a su novia y decidió verla, ya que al día siguiente saldría con sus amigos.Cenaron en un restaurante de moda, pero Majo se quejaba de todo, exigía cosas inverosímiles, tal vez por eso recordó que Facundo le dijo que su madre no era exigente.No podía sacarla de su mente, parecía hechizado por esa mujer.Fueron a su mansión, no le gustaba demasiado terminar allí, porque Majo malinterpretaba todo y se creía dueña y señora de su casa, pero a esta altura tampoco iban a ir a un hotel alojamiento.-Tenés que tener una campanita para llamar al servicio doméstico.-¿Qué?A cada rato salía con tonterías.-Para que no estén pegadas a la puerta, pueden escuchar nuestra conversación.Pensó que mucho no importaba, ya que no hablaba de negocios con su novia y si necesitaba cerrar algún trato o algo importante, lo hacía desde las oficinas que tenía en sus empresas o en su despacho dentro de la mansión, de todos modos, no creía que las mucamas estuvieran escuchando lo que
Siguieron charlando durante la cena.Luego nombraron algunos edificios conocidos y Facundo dijo conocer al ingeniero civil que había hecho uno de ellos, lo nombró por nombre y apellido y con cierta familiaridad.-Fue compañero de facultad de mi padre y recuerdo haber compartido un día de campo con él y su familia.Los tres CEOS que estaban en la mesa lo conocían perfectamente.El resto de la noche hablaron de música, Facundo comentó que a su padre le gustaba Elton Jhon y que en una oportunidad, cuando estaban de vacaciones en Europa coincidieron con uno de sus shows y fueron a verlo.Los arquitectos de su equipo estaban asombrados, no tenían idea del nivel socioeconómico al que había pertenecido Facundo.Lorenzo pensaba que no podía ser que Edith se hubiera conformado cuando perdieron todo y enviudó.Si realmente era así, seguramente ella extrañaría la salida a los buenos restaurantes, a las fiestas empresariales, las vacaciones de súper lujo y a lo mejor, con invitarla a algún viaje,
Al irse, Facundo iba a tomar un taxi, pero Lorenzo le ofreció llevarlo.Durante el viaje trató de preguntarle con discreción, cosas sobre su madre.-Mamá estaba muy deprimida cuando falleció mi papá, pero a la vez también estaba enojada, porque decía que iban a salir adelante trabajando entre los dos, que ella no precisaba lujos, que solo quería estar con él, mis recuerdos me llevan a pensar que se adoraban, debe haber sido así, creo que fueron muy felices, mi mamá siempre cuidó de mí y también de mi papá, por eso ella estuvo muy mal, decía que no se merecía que él se hubiese suicidado, por eso nunca me voy a cansar de agradecerle a usted por seguir investigando.-Facundo, no te preocupes tanto, sos un hombre de bien y tu padre también lo era, tengo muchas referencias de eso… ¿Cómo salió tu mamá de la depresión?-Es que yo creo que en un punto sigue deprimida, siento que le falta el brillo en los ojos que tenía antes, pero un día vino su amiga y hablaron bastante, al día siguiente mi m
Fue a su camerino y estaba angustiada, una vez más se preguntó porque su marido había preferido suicidarse en lugar de seguir juntos.Ella casi hubiera preferido vender su casa y mudarse a un lugar más pequeño y tener un auto más modesto, pero no quiso despojar a su hijo de los dos únicos bienes que le habían quedado, ya habían perdido todo, no sólo económicamente, sino moralmente.Pasaba el tiempo y ella seguía sin entender por qué su marido no estaba más a su lado.Se miró al espejo del camerino, se sabía hermosa y con un cuerpo excelente, no era una niña, lo sabía, pero tampoco era vieja y tendrían mucho por que vivir y compartir con su amado Paolo, ahora muchas veces también odiado.Sabía que no le valía de nada su belleza y su cuerpo casi perfecto, su vida se desmoronó cuando encontraron el cuerpo sin vida de su esposo.Todo lo demás era efímero.No le quedó otra que salir a trabajar y no podía obtener muchos trabajos sin estudios universitarios, no los pudo seguir, es que quedó
No había dejado de pensar en Edith en todo el día, estaba obsesionado, en un momento creyó que iba a ser fácil pasar una noche con ella, incluso cuando ella, momentos antes, lo había rechazado. Cuando él le dijo lo que pretendía, pensó que era una postura y supuso que siempre era lo primero que decía para así poder aumentar su cayet, pero ahora, viéndola de frente, aunque disfrazada y vestida llamativa, tenía dudas.¿Quién era realmente Edith Donato?Volvió la camarera con los dos cafés y Lorenzo le abonó dándole una propina considerable, pero no le prestó ni un segundo de atención.Sólo tenía ojos para la bella dama que estaba sentada en su mesa.-Sacate los anteojos por favor.Edith, miró a su alrededor y con cierto pudor, se sacó los anteojos.-¿Qué hacés acá?-Trabajo.Lorenzo pensó que ese no era el lugar en donde quería hablar con ella.-Vamos a otro sitio, por favor, en donde no te tengas que esconder.-Acepté tomar algo con vos, sólo para implorarte que Facundo no se entere q
Edith no quería convertirse en acompañante y sabía perfectamente que ese hombre era lo único que buscaba, por otro lado, ella no pretendía ni quería tener pareja.Pero se dio cuenta que ese hombre, aunque ella no quisiera, la había llevado a la locura, quizás sintió tanto porque hacía más de dos años que su cuerpo no tenía una caricia encima.Sin embargo, en el tiempo en que ella hacía que estaba trabajando en Bunny Girl, varias decenas de cientos de hombres le propusieron que sea su acompañante y Edith, con una indiferencia impasible, siempre se negó.Nadie la pudo tentar, claro que con Lorenzo tenía una razón más que válida para acceder a tomar algo y charlar, sin embargo eso lo podría haber hecho en su lugar de trabajo.Edith no se explicaba porqué accedió a ir a otro lado y mucho menos se explicaba cómo terminó devolviéndole los besos permitiendo que las manos del hombre lleguen hasta su intimidad.Lorenzo supo seducirla y embriagarla de placer.Ella supo que se complicaría su vid