Al día siguiente llamó a un investigador privado de su confianza, solían llamarlo para investigar a las empresas que iban adquiriendo, antes de hacerlo, por supuesto.
Le informaron todo sobre el caso, y le dijeron que querían averiguar dos cosas, que posiblemente estuvieran relacionadas.
Querían saber si alguien había saboteado la empresa, es decir, si luego del ok para el inicio de la obra, alguien había cambiado los planos, querían saber quién fue y en qué momento cambiaron los documentos y también querían saber si Paolo Simone fue asesinado.
Oscar Yuri, el investigador, estaba asombrado, él mismo había investigado esa empresa, hacía algunos años, para ellos, antes de que la compren.
-Simone Company les pertenece, la investigué yo mismo cuando fue a la quiebra.
-Por supuesto, pero necesitamos saber qué sucedió realmente con la empresa y con su dueño.
-Ok, comienzo por la empresa.
-Por donde quieras.
Ellos no le dijeron que tenían documentos que le aliviaría el trabajo, querían saber adónde llevaría una investigación si comenzaba de cero.
Por otro lado se reunieron con un ingeniero amigo de ellos, que era experto en telecomunicación, para desbloquear los mensajes y los audios cifrados de uno de los celulares de Paolo.
Eso iba a llevar un par de semanas.
Lorenzo estaba ansioso, por lo que apuró a su amigo.
-Nada es mágico.
Le respondió Leonardo, su amigo.
-Lo entiendo, pero apurate, por favor.
-Le voy a dar prioridad, ya lo llevo a los técnicos.
-Tratalo con cuidado.
Le recomendó Orlando.
-Estoy totalmente intrigado ¿De qué se trata?
Los socios se miraron, confiaban en Leonardo, por eso le estaban entregando el celular, tenían una amistad profunda con él.
Habló Lorenzo.
-Tiene que ver con Paolo Simone.
-¿El que se suicidó?
-Creemos que no se suicidó, ese celular le pertenecía, estamos investigando y creemos que lo mataron.
-No entiendo qué tiene que ver con ustedes ni porqué tienen su celular.
Leonardo estaba totalmente confundido.
Le explicaron lo sucedido los últimos días.
-Yo conozco a su mujer, es hermosa, en realidad los padres de ella vivían cerca de la casa de mis padres, de adolescente nos dejaba a todos suspirando cada vez que pasaba.
-Sigue siendo así, te juro que te saca el aire, en cuanto tenga oportunidad, me la tiro.
Lorenzo le dijo muy claro a su amigo, que la tenía en la mira, por si se cruzaban, no quería tener que disputarse a esa mujer con Leonardo, realmente él estaba impactado por la belleza de esa mujer.
Leonardo se largó a reír, le causó gracia como Lorenzo marcó su territorio, habiéndola visto una sola vez.
-Te comió la cabeza.
Le dijo esperando que su amigo lo negara.
-Sí, totalmente.
Acto seguido, Lorenzo le preguntó a la oficina de personal los horarios de los empleados del sector de Facundo, ni siquiera le pidió a su secretaria que lo comunicara.
Leonardo y Orlando lo miraban incrédulos.
-Cuando salga el pibe, voy a coincidir con él y lo llevo a su casa.
Dijo muy decidido.
-Perdiste la cabeza.
Le dice Orlando.
-Todavía no, después de cogerla, te digo.
-Estás delirando.
Lorenzo se reía, pero pensaba que sí, que así había quedado, deliraba por tener a esa mujer.
Se tenía que zambullir en ese culo y en esas tetas.
Quedaron con su socio y con su amigo en salir a cenar al día siguiente.
Cuándo fue la hora de salida de Facundo, Lorenzo se dirigió a la salida del edificio, estaba dentro del auto, con su chofer, esperando que saliera su empleado, el chofer no entendía porqué no arrancaban.
A los 20 minutos, Lorenzo ve salir a Facundo y le indica al chofer que le toque bocina, mientras él bajaba la ventanilla.
-Hola Facundo, justo salía y te vi.
-Buenas tardes, señor.
-Subí que te llevo.
-No quisiera molestarlo.
-Subí que te informo lo que estamos investigando.
Facundo subió dubitando.
Estaba pensando qué interés podría tener el hombre que tenía a su lado, en hacer justicia por su padre.
Él no era ingenuo y sabía que empresarios tan poderosos como Orlando y Lorenzo no se preocupaban tanto por el prójimo, sabía que los intentó salvar de una catástrofe, pero con el ascenso ya era suficiente, aunque también entendía que los documentos que les brindó, no sobre la investigación de la muerte de su padre, sino sobre el dichoso error, eran importantes para ellos, hay errores que no se tendrían que repetir jamás.
Lorenzo pensaba bajarse en el domicilio del joven, moría de ganas por ver a su madre.
No podía dejar de pensar en esa mujer.
No habló demasiado en el viaje, por lo que Facundo creyó que lo tendrían que hablar en la intimidad de su hogar, hasta lo veía lógico, porque era un tema muy delicado.
Cuando estaban llegando, el joven sacó la alarma de su bolsillo y abrió un portón, para que el chofer entrara el auto.
Así lo hicieron, estacionó en el garaje descubierto, había lugar para 5 autos, cierta culpa pasó por la mente de Lorenzo, ya que el valor que le había pagado por la empresa a Paolo Simone fue bastante inferior de lo que valía realmente y en este momento hasta se sentía, en parte, responsable, no de su muerte, pero sí de la situación general.
Entraron a la mansión y fueron directamente a la oficina de Paolo.
-¿No le avisás a tu madre que llegaste?
Le preguntó como al descuido.
-No, ella a esta hora ya se fue a trabajar.
¡Mierda!
Pensó Lorenzo.
Sin embargo, por el momento no hizo ningún otro comentario.
Le informó a quienes había conectado, lo hizo por arriba, no le quiso dar toda la información, con la idea de pasar en otro momento y en otro horario, quería ver a esa mujer.
-Creo que tendríamos que hablar con tu mamá, para explicarle que estamos investigando todo nuevamente.
-Es que no sé si es conveniente, ella sufrió mucho con la muerte de mi padre, realmente se adoraban.
A Lorenzo no le gustó escuchar que ella adoraba a su difunto esposo, no supo porque tuvo una sensación rara con respecto a eso.
-De todos modos, lo tendría que saber.
-Si a usted le parece, entonces lo hablaría.
-Es un tema delicado, tendría que estar presente, por si pregunta algo en concreto.
-No lo quisiera molestar, está haciendo demasiado por mí, por nosotros.
-Facundo, no tenés idea de lo importante que fue que vieras el error.
-Sí, bueno, en realidad no sé, pero sé las consecuencias que ese error, en su momento, le trajo a mi familia.
-Me imagino ¿De qué trabaja tu madre?
Le preguntó, queriendo parecer sólo cortés.
Facundo no le contestó enseguida, él estaba avergonzado por no poder mantener a su madre y no poder ser el que con sus ingresos la tuviera como a una reina.
En ese momento no tenían ni personal de servicio, ya no quedaba nada del esplendor que tuvieron en otro momento.
Lo peor es que encima ella salía a trabajar, para mantener la casa.
Lorenzo vio la cara apesadumbrada de su empleado.
-Es… camarera en fiestas privadas.
Confesó con mucha vergüenza.
El Ceo se sorprendió y algo le molestó aún más.
-Son eventos de categoría, tiene una amiga, que cuando se separó el marido la dejó prácticamente en la calle, le ofreció trabajar con ella… le pagan bien y hasta que me reciba y pueda mantener la casa y tenerla como una reina, tenemos que arreglarnos.
-Lo lamento, de todos modos creo que tu madre debe preferir que estudies y te recibas, formándote profesionalmente y mientras tanto, ocuparse ella de la casa.
-Sí, ella es maravillosa, trabaja sin quejarse y siempre tiene una sonrisa para mí.
Lorenzo pensó que aparte de su físico y su cara, era una gran mujer y quería ser el dueño de sus sonrisas, al menos de las sensuales, las que debía hacer cuando seducía a alguién.
Es joven y hermosa, sería fácil para ella conseguir un candidato que la mantenga, a ella, a su hijo y a la casa.
Pensó que no debía ser económico mantener la casa y el auto, en ese momento no recordaba de qué marca era el auto que le había comentado que tenían, pero sí que era de primera línea.
Se preguntó cómo con un empleo de camarera podía mantener esa casa y el auto.
No comentó nada, pero la duda le quedó.
-Decime en qué momento podríamos hablar con tu madre.
-Si no es molestia podría ser el día sábado… no sé sus horarios, mi madre no suele levantarse muy temprano, es que trabaja hasta tarde.
-No te preocupes, no tengo problema, yo muchos sábados tampoco me levanto temprano.
-Muchas gracias, realmente no sé cómo agradecerle… ¿Gusta una cerveza, o un café?
Lorenzo iba a rechazar la invitación, pero quería saber más de esa mujer que le estaba robando horas de su vida, por pensar en ella.
En ese momento le suena el teléfono, era su novia.
-Perdón.
Dijo atendiendo el celular.
-Hola Majo.
-Hola amor, hace tres días que no nos vemos.
-Tengo mucho trabajo, todavía estoy en la oficina.
Facundo estaba escuchando, sin querer, la conversación, o mejor dicho la mentira que estaba diciendo su jefe.
-Quiero vete, vamos a cenar.
Le reclamó Majo a Lorenzo.
-Te llamo, depende a que hora termine, hablamos cuando salgo.
Cortó pensando que ese día ya no tenía escapatoria, porque Majo era insistente.
-Mujeres, ok, te acepto una cerveza.
Facundo estaba confundido, parecía que era su novia y le mentía descaradamente.
El joven fue hasta la cocina y volvió con dos latas de cerveza.
-Tengo cerveza negra, si lo prefiere.
-Está bien así, gracias.
Lorenzo se sentó, acomodándose en el sillón.
La casa era acogedora, pero no dejaba de ser una mansión, seguía pensando cómo hacían para mantenerla.
-Mi madre prefiere la cerveza negra, pero compra la más suave.
Le gustó recibir esa información.
-Las mujeres suelen tomar cervezas suaves.
-Es verdad, ella es así para muchas cosas, le gusta la música pop, aunque cuando entrena escucha música disco.
-¿Qué entrena?
Preguntó curioso, pero siguiendo la conversación.
-Baila, pero ella dice que entrena.
Facundo sonríe recordando a su madre.
-El gimnasio está bien equipado, mi padre no escatimaba en gastos para mi madre, aunque ella nunca le pedía nada, por suerte no es exigente, porque sino, le hubiese costado mucho más salir a trabajar de camarera.
Algo le estaba haciendo ruido en su mente, Lorenzo no creía que con un sueldo de camarera cubriera todos los gastos.
Charlaron un rato más hasta que el ceo se retiró.
Estaba pensando en investigar también a Edith Donato, sólo porque necesitaba saber más de ella.
Estando en su auto, recordó a su novia y decidió verla, ya que al día siguiente saldría con sus amigos.Cenaron en un restaurante de moda, pero Majo se quejaba de todo, exigía cosas inverosímiles, tal vez por eso recordó que Facundo le dijo que su madre no era exigente.No podía sacarla de su mente, parecía hechizado por esa mujer.Fueron a su mansión, no le gustaba demasiado terminar allí, porque Majo malinterpretaba todo y se creía dueña y señora de su casa, pero a esta altura tampoco iban a ir a un hotel alojamiento.-Tenés que tener una campanita para llamar al servicio doméstico.-¿Qué?A cada rato salía con tonterías.-Para que no estén pegadas a la puerta, pueden escuchar nuestra conversación.Pensó que mucho no importaba, ya que no hablaba de negocios con su novia y si necesitaba cerrar algún trato o algo importante, lo hacía desde las oficinas que tenía en sus empresas o en su despacho dentro de la mansión, de todos modos, no creía que las mucamas estuvieran escuchando lo que
Siguieron charlando durante la cena.Luego nombraron algunos edificios conocidos y Facundo dijo conocer al ingeniero civil que había hecho uno de ellos, lo nombró por nombre y apellido y con cierta familiaridad.-Fue compañero de facultad de mi padre y recuerdo haber compartido un día de campo con él y su familia.Los tres CEOS que estaban en la mesa lo conocían perfectamente.El resto de la noche hablaron de música, Facundo comentó que a su padre le gustaba Elton Jhon y que en una oportunidad, cuando estaban de vacaciones en Europa coincidieron con uno de sus shows y fueron a verlo.Los arquitectos de su equipo estaban asombrados, no tenían idea del nivel socioeconómico al que había pertenecido Facundo.Lorenzo pensaba que no podía ser que Edith se hubiera conformado cuando perdieron todo y enviudó.Si realmente era así, seguramente ella extrañaría la salida a los buenos restaurantes, a las fiestas empresariales, las vacaciones de súper lujo y a lo mejor, con invitarla a algún viaje,
Al irse, Facundo iba a tomar un taxi, pero Lorenzo le ofreció llevarlo.Durante el viaje trató de preguntarle con discreción, cosas sobre su madre.-Mamá estaba muy deprimida cuando falleció mi papá, pero a la vez también estaba enojada, porque decía que iban a salir adelante trabajando entre los dos, que ella no precisaba lujos, que solo quería estar con él, mis recuerdos me llevan a pensar que se adoraban, debe haber sido así, creo que fueron muy felices, mi mamá siempre cuidó de mí y también de mi papá, por eso ella estuvo muy mal, decía que no se merecía que él se hubiese suicidado, por eso nunca me voy a cansar de agradecerle a usted por seguir investigando.-Facundo, no te preocupes tanto, sos un hombre de bien y tu padre también lo era, tengo muchas referencias de eso… ¿Cómo salió tu mamá de la depresión?-Es que yo creo que en un punto sigue deprimida, siento que le falta el brillo en los ojos que tenía antes, pero un día vino su amiga y hablaron bastante, al día siguiente mi m
Fue a su camerino y estaba angustiada, una vez más se preguntó porque su marido había preferido suicidarse en lugar de seguir juntos.Ella casi hubiera preferido vender su casa y mudarse a un lugar más pequeño y tener un auto más modesto, pero no quiso despojar a su hijo de los dos únicos bienes que le habían quedado, ya habían perdido todo, no sólo económicamente, sino moralmente.Pasaba el tiempo y ella seguía sin entender por qué su marido no estaba más a su lado.Se miró al espejo del camerino, se sabía hermosa y con un cuerpo excelente, no era una niña, lo sabía, pero tampoco era vieja y tendrían mucho por que vivir y compartir con su amado Paolo, ahora muchas veces también odiado.Sabía que no le valía de nada su belleza y su cuerpo casi perfecto, su vida se desmoronó cuando encontraron el cuerpo sin vida de su esposo.Todo lo demás era efímero.No le quedó otra que salir a trabajar y no podía obtener muchos trabajos sin estudios universitarios, no los pudo seguir, es que quedó
No había dejado de pensar en Edith en todo el día, estaba obsesionado, en un momento creyó que iba a ser fácil pasar una noche con ella, incluso cuando ella, momentos antes, lo había rechazado. Cuando él le dijo lo que pretendía, pensó que era una postura y supuso que siempre era lo primero que decía para así poder aumentar su cayet, pero ahora, viéndola de frente, aunque disfrazada y vestida llamativa, tenía dudas.¿Quién era realmente Edith Donato?Volvió la camarera con los dos cafés y Lorenzo le abonó dándole una propina considerable, pero no le prestó ni un segundo de atención.Sólo tenía ojos para la bella dama que estaba sentada en su mesa.-Sacate los anteojos por favor.Edith, miró a su alrededor y con cierto pudor, se sacó los anteojos.-¿Qué hacés acá?-Trabajo.Lorenzo pensó que ese no era el lugar en donde quería hablar con ella.-Vamos a otro sitio, por favor, en donde no te tengas que esconder.-Acepté tomar algo con vos, sólo para implorarte que Facundo no se entere q
Edith no quería convertirse en acompañante y sabía perfectamente que ese hombre era lo único que buscaba, por otro lado, ella no pretendía ni quería tener pareja.Pero se dio cuenta que ese hombre, aunque ella no quisiera, la había llevado a la locura, quizás sintió tanto porque hacía más de dos años que su cuerpo no tenía una caricia encima.Sin embargo, en el tiempo en que ella hacía que estaba trabajando en Bunny Girl, varias decenas de cientos de hombres le propusieron que sea su acompañante y Edith, con una indiferencia impasible, siempre se negó.Nadie la pudo tentar, claro que con Lorenzo tenía una razón más que válida para acceder a tomar algo y charlar, sin embargo eso lo podría haber hecho en su lugar de trabajo.Edith no se explicaba porqué accedió a ir a otro lado y mucho menos se explicaba cómo terminó devolviéndole los besos permitiendo que las manos del hombre lleguen hasta su intimidad.Lorenzo supo seducirla y embriagarla de placer.Ella supo que se complicaría su vid
A Lorenzo le había ganado la ansiedad, por lo que no pudo evitar ir hasta el lugar en donde trabajaba Edith.Nuevamente fue solo, es que no le había comentado a sus amigos lo que descubrió, no sabía porque se estaba comportando como un idiota, porque se sentía así.Nuevamente se acercó al escenario, cuando sabía que ella iba gateando hasta ese rincón.-Vení a mi mesa.Le dijo cuando ella lo miró, lo hizo sin querer ser imponente, aunque lo fue.Edith pensó bien qué hacer, aunque la noche anterior lo buscó entre el público, sabía que lo mejor era no volver a cruzarse con él.Sin embargo, al terminar su segundo show, le avisó a su amiga que la espere, que se volvían juntas, pero que iba a tardar unos minutos y le dijo la razón.Mimí la animó a disfrutar un poco más de la vida y de la compañía de ese apuesto caballero.La madre de Facundo no estaba tan convencida en cuanto a tener la compañía de Lorenzo, era un hombre que la atraía, ya no podía seguir negándolo y eso la asustaba.Él no l
Edith sentía un vacío bastante grande, sentía pena de la situación, de ella y de Paolo, sin embargo aunque muriera de pena, habían pasado casi tres años de la muerte de su esposo.Era verdad, tenía que reponerse, podía volar libre, dejando de lado esa culpa de estar viva y de disfrutar un poco de sexo.Lorenzo se puso el bóxer.Ella lo miró pensando en el cuerpo perfecto que tenía ese hombre, los abdominales los tenía marcado, al igual que los brazos.Lorenzo ya estaba pegado a ella, mareándola con sus besos y su exquisito aroma.La estaba besando con desesperación, ni él se explicaba todo el deseo que le provocaba esa mujer.Terminaron en el sillón, besándose desesperados, la boca de Lorenzo estaba enterrada en el pecho de Edith, preguntándose si se podía sentir tanto placer en otro lado.Los gemidos de ambos envolvían la habitación.Edith pensaba que, a pesar de todo, sentía muchas ganas de tener sexo con Lorenzo, le gustaba demasiado, nunca otro hombre, aparte de su esposo, le habí