Me desperté porque sentí la humedad en mi rostro, un fuerte dolor en todo mi cuerpo me atacó, pero aquello desapareció a medida que abrí los ojos, fue reemplazado por el pánico que sentí al recordar que Lucius estaba a mi lado, que yo lo estaba tomando.Todo había sido demasiado rápido, no sabía si él había caído conmigo, se me había borrado el mundo antes de averiguarlo. No pude evitar la mezcla de sentimientos que me abordó al darme cuenta de que mi jefe estaba ahí, mirándome, que no podía justificar lo sucedido, que ni siquiera le podía decir en dónde estaba su sobrino.…Me calmé un poco en cuanto me dijo que él se encontraba bien, fue demasiado amable y compresivo ante la situación, tanto que me atacó un sentimiento de culpa brutal, si no me hubiera distraído tanto en el trayecto, esto ni siquiera hubiera pasado.El suceso me hizo pensar en que no estoy ni siquiera preparada para cuidar de un niño, como se supone que voy a cuidar de mi hijo, si ni siquiera voy puedo hacerme cargo
Hice exactamente lo que me había pedido Dahlia, llevé a los niños al apartamento de regreso, parte del trayecto fuimos detrás de la ambulancia, ninguno de los dos dijo absolutamente nada, por supuesto que luego tendría que hablar con mi hermana y comentarle lo acontecido, pero ahora no era exactamente el momento.Tuve que esperar hasta que llegara la niñera y mientras tanto les pedí a los niños que fueran a darse un baño, desde el punto más amable, sobre todo porque Dahlia había dejado en claro que quería ser ella quien pusiera el castigo de Lucius, aunque debo de admitir que tenía muchas ganas de ser yo quién se lo pusiera.Cuando la niñera llegó me fui tan pronto como pude al hospital, no sin antes darme una ducha, yo también, estaba impresentable en todos los aspectos de la palabra. Al llegar me encontré con que Dahlia ya se había dado un baño, estaba con una de las batas de Hospital, en una silla de ruedas y una de las enfermeras estaba a punto de llevársela de la habitación.—¿A
Me había estremecido un poco el hecho de que Isaac hubiera decidido decirle aquello al doctor, era algo que realmente no esperaba y que me tomó por sorpresa. Ahora mismo me encontraba con una revolución de sentimientos por dentro, no sabía como tomarme aquello que me había dicho.En mi mente se encontraba la duda de si luego se terminaría por arrepentir de todo esto, si realmente podría con la responsabilidad de ser padre, porque todos sabemos que eso no es una tarea para nada fácil y por eso al final había decidido hacer algo que antes no me hubiera planteado nunca.Es decir, yo no quería deshacerme de esta vida que poco a poco comenzaría a crecer más y más, pero tampoco quería traerla a este mundo a sufrir, a pasar por lo mismo que podría llegar a pasar Itan en un futuro.Porque no será fácil estar entre dos padres que se odian a muerte, es por eso que también quiero conseguir la custodia de Itan por completo, no quiero que tenga que ver mientras crece nuestro odio, sobre todo el de
Aunque no quisiera admitirlo, la realidad es que sus palabras, la constante duda de Dahlia sobre lo que podría llegar a suceder en un futuro, me causaba un enorme dolor, porque por primera vez en la vida, por primera vez quería realmente hacer las cosas diferentes y mientras ella más me negaba la credibilidad, más me provocaba deseos de demostrarle que sí puedo con esto, con esto y mucho más.De repente entró otra llamada, me sentía irritado, no tenía la menor gana de responder, pero vi que se trataba de mi madre y no pude negarme a tomarla, después de todo no era algo realmente constante eso de comunicarnos.—Mamá, ¿qué sucede? —le pregunté en cuanto respondió a la llamada.—Cariño, cielo —dijo con una leve risa a modo de saludo— Cuanto añoraba escuchar tu voz, quería saber si estás libre esta noche, tu padre me comentó que no apareciste por la empresa, así que nos gustaría que vinieras a cenar para que podamos tener una conversación, también porque tengo muchas ganas de ver a mis do
Me estaba muriendo de los nervios, después de haberle implementado aquel castigo a Lucius que a decir verdad me había dejado un toque de satisfacción, no me había podido sacar de la mente el resto de la tarde la cena que tendríamos.No era algo que había planeado hacer muy pronto, de hecho quería evitar lo más que pudiera el relacionamiento con su familia, luego de haber visto lo que sucedió con la familia de Lowen, lo que menos quería es tener que volver a pasar por un momento tan incómodo o terrible como en aquellos tiempos.Pero cuando había escuchado a la madre de Isaac tan triste, tan deseosa de verle, pensé en mí, pensé en Itan, en los deseos que sentía todos los días de darle un fuerte abrazo y no lo sé, se apoderó de mí la fuerza materna.Me probé varios vestidos para que Isaac que conoce a su madre, me dijera cuál podía ser más de su agrado, quería ir acorde a lo que ella acostumbra, como un gesto de paz, quería empezar con el buen pie. Él me dijo que me pusiera el más sencil
Todo se fue de control, de un momento a otro estaba dejando caer la furia que sentía desde hace días por mi padre. Me sentía frustrado porque creía conocerlo, creía saber quién era, que a pesar de las discusiones que siempre había tenido con mi madre nos quería, pero ahora todo en mi pensamiento había cambiado.—No vuelvas a meterte en mi vida, no te metas en mis decisiones —le empujé el pecho con mi dedo a tan solo unos milímetros— No voy a permitir que me hagas con mi vida lo mismo que estás haciendo con la de Jules.—¿Qué sucede con Jules? —preguntó mi madre con un gesto de aflicción.—Sucede, que su esposo la está engañando, estaba con otra mujer en un restaurante en el que estuve la otra noche, se lo dije a mi padre, pero parece que se empeña en defenderle —pongo una sonrisa llena de tristeza y niego— Le está obligando a mantener ese matrimonio, un matrimonio que se cae a pedazos.—Cierra la boca Isaac, no sé por qué te empeñas en tratar de arruinarlo todo —me levanta el tono de
No quería dejar solo a Isaac, había hecho mi esfuerzo por venir, sabía que su padre estaba planeando algo, que iba a buscar la manera de desmoronarlo, o eso era lo que había pasado por mi mente antes de verlo pasar por aquella puerta.Había plantado su mirada sobre mí por algunos segundos, era una mirada que solamente le había visto a una persona en mi vida, a mi exsuegra, esa mujer me miraba de ese modo, como si estuviera a punto de hacer algo perverso.Sentí un escalofrío recorrer por todo mi cuerpo cuando habló y junto con aquellas palabras las piernas me quedaron flojas. Comencé a escuchar como si me hubieran sumergido debajo del agua, como si estuvieran las voces en la lejanía, me quedé mirando un punto fijo, incluso sentí como si se me hubiera olvidado como se respiraba.¿Por qué? ¿Qué era eso tan horrible que había hecho en la vida para que me sucediera una desgracia tras otra? Me quedé con un nudo en la garganta cuando vi su rostro, luego no recuerdo que sucedió-Cuando abrí l
Me senté en la sala de espera en el hospital, las piernas me temblaban, aun en medio de aquel inmenso silencio podía escuchar el sonido de mi corazón latir y mi mente no dejaba de sobre pensar las cosas.De repente vi a mi madre entrar, le había pedido que llamara a la niñera y viniera, no estaba listo para enfrentar lo que fuera que sucedería. No es hasta ahora que me doy cuenta de que soy un completo cobarde, que no estoy listo para lo que significa la vida de un adulto.Todo este tiempo había pensado que ser un adulto implicaba responsabilidades tan básicas como ir a trabajar todos los días, no me había dado cuenta de que ser adulto también es afrontar la vida misma, que es hacerse responsable de cada acto, tal vez eso es lo que deberían de enseñar en los colegios.Nos sueltan al mundo sin estar preparados para las adversidades,