El CEO era mi mejor amigo
El CEO era mi mejor amigo
Por: Maya Briceño
PRÓLOGO

“Por la autopista 46 hubo un accidente entre un Chevrolet, un Mercedes y un camión de volteo, donde dejó tres muertos y un herido…”

Escucho el sonido de una máquina, siento el frio recorrer por mis venas, mi cabeza duele al punto de estallar, las voces suena cada vez más fuerte en mi cabeza haciendo que abra los ojos y la luz blanca me cegué haciendo que los vuelva a cerrar.

— Wen… — habla alguien, abro un poco mis ojos quejándome del dolor de cabeza — Gracias a Dios, estas viva — frunzo un poco mi ceño mirando unos ojos verde con cabello castaño, intento levantarme y el hombre me ayuda.

Lo miro un poco mejor notando que es mi hermano.

— ¿William? — pregunto y asiente, nos abrazamos, miro un poco la habitación, por la ventana nieva un poco, el televisor sigue encendido mostrando a una señora dar las noticias de un accidente pero este se apaga — ¿Qué hago en el hospital? — pregunto haciendo que me mire algo preocupado.

— Tuviste un accidente automovilístico… — miro que tengo una pierna enyesada — De camino a casa de la abuela al parecer recibiste una mala noticia — intento recordar algo pero solo me hace doler la cabeza — Ni lo intentes, te tuvieron que dormir dos veces porque no parabas de gritar, eh…

— ¿Estoy en Suiza? — pregunto y asiente — ¿Cómo llegue aquí? — vuelvo a preguntar.

— Lograste una beca, eso lo sabes… o ¿No recuerdas nada? — lo noto preocupado — Nico, llama al doctor — un rubio de ojos grises oscuros que no había visto se va de la habitación. — ¿Te duele algo? — toca mi mejilla algo mojada.

— Solo me duele aquí… — toco mi pecho — Pero no recuerdo porque me duele, Willy — traga saliva para luego salir de la habitación.

— ¿Que dijo el doctor? — escucho que pregunta mi hermano a alguien.

— Ya viene, ¿Le dirás a tus padres? — no veo a mi hermano — Tienes que decirle — no escucho más nada.

— No, es mejor que no sepan o se la llevan de regreso a estados unidos, es mejor que tenga una vida fuera del mundo del espectáculo — miro la puerta y un doctor moreno entra junto a mi hermano y el chico que se llama Nico.

— Bien, veamos esa cabeza — dice el doctor acercándose a mí, me analiza la herida quitándome la venda, la limpia haciendo que me duela — Vaya, 8 puntos es mucho… pero estarás bien, no recuerdas mucho, ¿no? — asiento — Bueno, puede ser algo temporal, ya saben luego de curarse puede recordar todo, en caso de que no sea así… al menos sabes quienes son ellos, ¿no? — asiento poco convencida.

(…)         

“¡Vete y no vuelvas nunca más!”

Me empuja sacado de un cuarto, empiezo a golpear la puerta con rabia pidiendo una explicación que no me quiere dar.

“¡Nunca te amé, Wendy, entiéndalo, nunca te veré como alguien más!”

Esa frase rompió mi frágil corazón de cristal, salgo de ahí corriendo, sin mirar atrás.

(…)

— Wen… — abro mis ojos mirando a mi hermano gracias a la luz de la mesita de noche — ¿Te duele algo más? — niego, toco mis mejillas viendo que he vuelto a llorar pero no entiendo porque si no recuerdo a esa persona que me lastimó.

Hoy es miércoles 15 de diciembre de 2021, tuve un accidente, no recuerdo gran parte de mi pasado, hay personas que no recuerdo del todo simplemente no sé qué son para mí o que fueron.

Pero al cerrar los ojos puedo visualizar unos ojos morados junto a unas cejas gruesas pero más allá no logro descifrar al dueño.

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