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Capítulo 3 ¿Por qué finges?

Narra Wendy Moon

Mi madre me mira más confundida que antes por mi comportamiento.

— Es Jessi, estudiaron juntos desde kínder… Tu mejor amigo, Wen — se ríe nerviosa haciendo que la mire más confundida que antes, miro al hombre que me analiza.

— No recuerdo tener un mejor amigo, madre, creo que estas confundida, como sea, saldré — salgo de la sala y subo a la segunda planta, camino a mi viejo cuarto y veo que nada ha cambiado, veo mi maleta en la cama abierta, veo a una sirvienta salir del closet, al parecer colocando mi ropa dentro, me siento en el sofá tomando mi bolso, no quiero ni saber que ropa empacó mi hermano, saco mi tablet y llamo por videollamada a mi estúpido hermano.

La llamada dura en ser respondida hasta que veo a mi hermano mediante la pantalla, me mira y solo puedo mirarlo con enojo.

— Mamá anda medio rara, apenas llegamos y me presentó a un supuesto mejor amigo que ni siquiera conozco, encima estaba en el aeropuerto, pensé que se trataba de un secuestrador o vendedor de drogas,  Willy — suspira y veo que la sirvienta es nueva ya que no recuerdo haberla visto cuando me fui, me pongo los audífonos para escucharlo con más privacidad.

— Wen-Wen, deja de ser tan paranoica, ese hombre es el vecino, solían ser mejores amigos o algo así, no sé, no recuerdo mucho — ruedo los ojos mirando una foto en la mesita de noche, miro a la pared en donde se ven muchas fotos con el tipo de abajo a lo largo de los años — ¿Wen? — regreso mi atención a mi hermano tratando de recordarlo.

— Como sea, solo espero que pasen los día para largarme de aquí, William — cuelgo la video llamada y me levanto, la sirvienta se va y entro al closet, observo que la ropa de la maleta esta aparte de la vieja ropa ya que puedo reconocer como me vestía ante y como me visto ahora.

Me cambio de ropa sin antes tomarme un baño caliente, me visto, salgo de mi cuarto encontrándome con Nico en el pasillo.

— Menos mal que te encontré, por poco me pierdo — me río un poco, suspiro mirando la puerta de mi cuarto sintiendo que algo falta o no me cuadra — ¿Qué sucede? — pregunta el rubio preocupado.

— Tengo que hacer una limpieza pero… ¿Te parece si salimos? — asiente a mi pregunta y bajamos por las escaleras, escucho a hablar a mi madre con el vecino saliendo de la sala, tomo de la mano a Nico para caminar más rápido.

— Wendy — me detengo por el llamado de mi madre, me volteo a mirarla — ¿A dónde… irán? — pregunta mirando de más a Nico y a nuestras manos juntas.

— Le mostrare la ciudad a Nico — respondo sin más, asiente.

— Vayan con Jessi, él conoce la ciudad — miro a la puerta volteando los ojos y la vuelvo a mirar.

— No es necesario, el señor debe estar ocupado — excuso jalando de la mano a Nico saliendo de la casa sin antes tomar las llaves de un carro, entramos al garaje y veo que es un mercedes nuevo, nos subimos abrochando los cinturones y arranco.

— Jessi… ¿Jessi Black? — pregunta después de unos minutos pensándolo y frunzo el ceño — Oh por Dios, tu madre trata de emparejarte con el Ceo más millonario y rico de todo Nueva York — muevo mi cabeza pensando en esa absurda teoría.

— Ah, con que es ese Ceo del que no parabas de hablar hace una semana pensé que era un secuestrador o alguien peligroso, daba hasta miedo como estaba cubierto, en serio, ¿tapaboca? Han pasado 5 años desde la pandemia por favor — parpadea sorprendido.

— Creo que no entendiste lo que dije, tu madre hace un momento quería emparejarte con él — suspiro deteniéndome en el central park, Nico mira todo con asombro.

— Yo no vi eso… como sea, hemos llegado — cambio de tema.

— Vaya, este lugar si está muy lleno — asiento mirando la calle, nos bajamos y comenzamos a caminar por todo el parque y puestos de comida.

(…)

Nos reíamos mientras entramos a la mansión, veo a mi padre salir de la sala y corro a abrazarlo, me recibe con mucho amor.

— ¿En qué momento llegaste? — pregunta mirándome a la cara. — Llegue y no te encontré — me río separándome de él.

— Había salido a mostrarle gran parte de la ciudad a Nico — digo y mi padre mira al rubio tras de mí — Nico, él es mi padre — se toman de la mano en modo de saludo.

— Pensé que vendría tu hermano — asiento ante de decirle algo pero mi madre nos interrumpe saliendo de la cocina.

— Llegaron, vengan a cenar — veo que Jessi está tras de ella vestido es traje pero sin su saco como si hubiera estado todo el día en mi casa.

— Nico y yo ya cenamos — excuso sin mentir — Gracias por… acordarte, madre — subo las escaleras, Nico me sigue despidiéndose, entro a mi cuarto y el rubio igual, me quito el abrigo, tomo la papelera y inicio a quitar cada foto y destrozarla como si tuviera un enojo atorado en el pecho.

— ¿Quemaras todo? — pregunta viendo la fogata y luego la caja y la papelera — Lindo jardín — mira alrededor, había terminado de sacar todo de mi cuarto y ahí nos encontrábamos en el jardín, puedo sentir la mirada de mis padres desde la casa — Hace frío…

— Quiero estar sola — digo cuando veo que mira unas fotos, lo miro y asiente dejando todo en la caja, se va, miro el fuego, comienzo a tirar todo sin pensarlo mucho, llevaba casi la mitad cuando alguien se aparece frente a la fogata, lo miro.

— ¿Por qué finges? — pregunta el ojimorados — Sé que finges no conocerme, Wen — miro la caja y tomo el marco con una foto del primer día de kínder al parecer es la primera de todas.

— En realidad no te conozco, señor Black — tiro el marco en la fogata, se empieza a quemar — Sea lo que sea que le haya dicho mi madre, más le vale alejarse de mí — tomo mi papelera y me voy mirando el cielo oscuro, entro a la casa.

Veo a mis padres cerca de las escaleras, mi madre con los brazos cruzados.

— ¿Qué has hecho? — pregunta.

— Quemando el pasado o algo así, Willa — respondo con obviedad parece no gustarle mi respuesta que se acerca a golpearme pero mi padre no la deja.

— Estas muy cambiada, Wen — asiento dándole la razón en eso, había luchado por 5 años a controlar mi temperamento, las pesadillas y los dolores de cabeza que no me dejaban en paz por no poder recordar ciertas cosas que al parecer son importantes recordar.

— Gracias por notarlo, con permiso, estoy cansada — subo las escaleras, llego a mi cuarto y veo que todo se ve diferente. Camino a la ventana para cerrarla y lo veo sentando en una silla dando la espalda a la ventana, cierro la ventana y suspiro para cambiarme y dormir.

(…)

Viernes, 18, diciembre, 2026.

Bajo las escaleras bostezando, son las 9 de la mañana, entro al comedor y veo a Nico organizar todo un festín, sonrío agradecida, veo que mis padres no están como siempre.

— Tu papá te dejó esto — tomo la caja plana y saco un vestido — Oh que lindo — es rojo y sencillo pero a la vez elegante y sexy.

— ¿Te parece si nos escapamos? Es que siento que van hacer una fiesta bien aburrida como todos los años — se ríe, me siento dejando la caja con el vestido en una silla.

— Me parece bien, pero después de la fiesta, quiero ver como son las fiestas de cumple al estilo americano — ruedo los ojos comiendo mi desayuno.

— Vale, aguantare hasta que me sienta harta, simplemente no me dejes sola — asiente sentándose.

— Prueba esto y esto — comienzo a comer lo que me señala y asiento agradecida por tenerlo.

— Te has superado, Nico, esto es realmente rico — se ríe sonrojándose.

— Cierto, no sé si te has dado cuenta pero revise y no hay boletos de regreso — escupo mi jugo de naranja. — Tu hermano solo me dio boletos de venida pero no de ida, me parece algo sospechoso — suspiro relajándome o intentando relajarme.

— Solo espera que lo llame — me levanto para ir a buscar mi teléfono y llamarlo.

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