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Capítulo 5 Feliz cumple a ti

Narra Wendy Moon

— Feliz cumple, Wen-Wen — me felicita apenas contesta la llamada pero mi cara hace que deje de sonreír. — ¿Qué sucede? — pregunta, lo miro pensando en lo que le diré.

— Los boletos de regreso, te suena, ¿no? — empieza a reírse con nervios — Como lo sabía, no debí venir, madre anda más agresiva y eso que apenas he tenido días aquí, William… pero ya siento que todo es un desastre... — respira para continuar hablando pero el solo mirar su expresión me quedo callada.

— Deja de quejarte, no has madurado lo suficiente ni estando aquí, Wen, me voy, estoy ocupado, solo aguanta todo hoy — se despide y cuelga, lanzo mi teléfono a la cama y miro mi viejo cuarto, de pronto la puerta de mi cuarto es abierta por dos personas y tras de ellos veo a Nico.

— Dicen que vinieron a prepararte para esta noche — miro que son el maquillista y la peluquera, respiro profundamente mientras el rubio deja el vestido que me regaló mi papá y se va con una sonrisa a boca cerrada.

Me siento frente al espejo y comienzan hacer lo que tengan que hacer mientras pienso en cómo me regresare a Suiza a pesar de que faltan dos semanas para año nuevo, no sé cuántas horas pasaron pero ya eran las 7 de la noche, tenía el vestido puesto que me quedaba pegado al cuerpo, puedo decir que la mujer en el espejo no la conozco ni reconozco para nada pero…

— Luces increíble — halaga Nico cuando salgo de mi habitación, lo veo vestido con un traje gris — Han llegado un montón de gente y el lugar se ve muy exagerado a como lo festejamos en Suiza, ya sabes — asiento dándole la razón, comenzamos a bajar y si, había un montón de personas que ni sabía quiénes eran como siempre, al terminar de bajar las escaleras noto que unos ojos morados no me ha quitado la mirada desde que baje.

Las personas comienzan a felicitarme mientras llego al jardín en donde es la gran fiesta, al llegar todos me aplauden como si fuera una celebridad que gana un Oscar haciéndome sentir incomoda en seguida, la música suena, mi padre se acerca para que bailemos como de costumbre y lo acepto.

Todo estaba tranquilo pero aun así me sentía incomodad ser el centro de atención de un motón de desconocidos que me miran hasta sentir la presión y las burlas de cómo me veo aunque ahora este mejor físicamente que antes, sigo teniendo esa inseguridad sobre mí.

La canción se acaba y me deja ir, me acerco a Nico quien me da una copa de champán, lo miro notando que carga un traje de mi hermano ya que le queda algo pegado, no me había dado cuenta que era de William por los nervios.

— No tenía nada que ponerme — río un poco sintiendo la mirada del supuesto mejor amigo pero no lo busco con la mirada porque no vale la pena.

— Caminemos — digo alejándome de la multitud que dudo que se dé cuenta si no estoy presente en mi propia fiesta de cumple, caminamos ya que el jardín es algo grande en sí pero no tanto como para perderse de la vista de la gente.

— No le veo nada malo a la fiesta — río un poco y suspiro, Nico me conoce desde hace 5 años pero no lo suficiente como para entender como me siento en realidad, creo que nadie sabe cómo me siento.

Nos sentamos en los columpios y miro el cielo estrellado, tomo aire y me tomo de valor para lo que me estaba preparando apenas inicio diciembre, decirle a Nico mis sentimientos hacía él.

— Nico… — lo miro y me mira — Hace un tiempo… yo he estado enamorada de un chico, bueno, no es un chico, ya es un hombre más bien — asiente poniéndome atención, miro mis manos.

— ¿Se lo has dicho? — pregunta y lo miro.

— Ese hombre… eres tú — suelto sonrojándome por la vergüenza, me mira sorprendido pero sonríe con una sonrisa cálida.

— Ya lo sabía, pequeña Wen… pero… no quería decirte esto por mi parte pero estoy enamorado de un hombre — no lo había imaginado y me pongo a pensar en todo y lo vuelvo a mirar buscando una respuesta a mi tonta pregunta — Si, es tu hermano a quien amo, nosotros…

Me levanto de golpe de dejando caer la copa al césped sin querer.

— Wen… — niego saliendo de ahí, entro por otro lado a la mansión y subo de prisa a mi cuarto, corro al baño y vomitar de solo pensar todo lo que acabo de descubrir.

Me miro al espejo y no me permito llorar salgo del baño, me quito el vestido, me pongo unos pantalones junto a una camiseta, tomo abrigo y me pongo las botas para después salir de la habitación encontrándome con Nico quien quiere decir algo pero niego.

— No quiero saber más, déjame sola — camino alejándome de su presencia, bajo las escaleras, entro al garaje y tomo las llaves del mercedes, me subo y alguien se sube, me volteo a mirar al pelinegro que no ha dejado de mirarme en toda la noche. — Sal del auto, idiota — escupo enojada.

Me mira con seriedad.

— Tu madre sabe que me he ido contigo, así que si no quieres llamadas ni que te busquen, arranca el carro, Wen…

— Como gustes — lo veo ponerse el cinturón de seguridad y aferrarse al asiento mientras salgo de la mansión a toda velocidad, logro salir de la residencia y llegando a la carretera lejos de todo, para mi mala suerte apenas eran las 10 de la noche y tenía hambre, suspiro buscando una puesto de hot dog ya que no cargo dinero encima.

(…)

No deja de mirarme pero tampoco dice nada cuando termino mi tercer hot dog, tomo de la gaseosa mirando a otro lado, suspiro y lo miro a la cara.

— No le dijiste nada a mi madre, ¿Verdad? — asiente, niego sin creer que le creí — ¿Mi madre anda planeando algo? Ya que tú dudo que estés aquí por gusto — no dice nada colmándome la paciencia — Señor Black, hable, por Dios —suspira metiendo sus manos en los bolsillos de la chaqueta.

— ¿Por qué fingió no conocerme? — pregunta, ruedo los ojos.

— No fingí, enserio no lo conozco de nada — sonríe con sarcasmo sin creer en mis palabras.

— Oh, por favor, señorita Moon, el fingir nunca le salió bien — saca algo de su abrigo y lo deja en la mesa, lo miro y luego a él — Feliz cumple a ti — veo la cajita y la regreso a su dirección.

— No acepto regalos de desconocidos, señor — me levanto, también se levanta tomándome del brazo, mete la caja en mi abrigo y sin soltarme caminamos a una tienda sin antes pagar por los hot dog que me comí — Oye, suéltame — digo intentando soltarme.

— Espera aquí — entra y luego de unos minutos regresa con unas toallitas húmedas, empieza a sacarlas — No te muevas y cierra los ojos — apenas puso la toallita en mi cara cerré los ojos — Listo — abro mis ojos y veo que lanza dos toallitas a un pote de basura, comienza a caminar y me veo en el vidrio de la tienda.

Noto que me ha quitado el maquillaje, suspiro y lo sigo al carro confundida por su comportamiento, aunque mi madre me dijo que es mi mejor amigo y el ver que tenía muchas fotos con él y el ver todo eso no entiendo porque no lo recuerdo. Entramos al carro y me quedo mirando al frente sin encender el carro.

— Llora todo lo que necesites llorar — lo miro mirar al frente sin decir más nada, lloro en silencio sin entender porque me duele el pecho, no sé si es por Nico o como me sentí en mi fiesta, pongo mi frente en el volante mientras me quito el peinado dejando libre mi cabello. Respiro profundo y me siento bien mirando al frente para luego ver un  pañuelo y tomarlo para limpiarme la cara que por suerte y gracias a Jessi no me veo peor si tuviera el maquillaje.

— Gracias… pero aléjate de mí, sea lo que sea que mi madre te haya dicho, cancélalo, no quiero saber nada — digo.

— Lo mismo diría si no fuera porque estamos comprometidos desde antes de que nacieras, encima tu padre está gravemente enfermo — trago saliva y no sé si volver a llorar o no creer en lo que dice.

— ¿Compromiso?, ¿Mi padre enfermo? — me mira a los ojos.

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