Brian.-
Estaba en el despacho de mi abuelo. Ambos estábamos en silencio; su postura distante con la mirada perdida claramente me decía que no estaba bien… y había un deje de decepción en su expresión. — Abuelo, vamos a salir de esta mala racha –intenté darle seguridad a mis palabras, pero fallé porque mi voz apenas salió en un hilo ahogado. Sí le temía a mi abuelo, no quería defraudarlo. — ¿Mala racha? –Se gira para verme con la mirada encendida–. Esto no es solo una mala racha Brian. ¡Tú has preferido prestarle atención a acostarte con cuanta mujer se te cruce al frente! –Me señala con su dedo, acusándome. El tono de su voz se elevó dos decibeles–. Estar metido en bares, discotecas, clubes de strippers, ¿crees que no lo sé? Eso no estaba mal mientras cumplieras con ¡TU OBLIGACIÓN! –Golpeó con fuerza su escritorio–. Ahora estamos en números rojos. ¿Qué le diremos a los accionistas cuando no reciban su transferencia este mes? ¿Qué le vamos a decir a los empleados que tendremos que despedir? ¡HABLA! Me paralicé al escuchar el enojo y la decepción de mi abuelo. Ni siquiera yo mismo podía decirle qué diablos pasaba conmigo, ni siquiera sé en qué momento perdí el rumbo… yo solía tener el control de todo… ¿En qué momento me perdí? — No puedo permitir que la empresa siga cayendo en desgracia. Tú seguirás al mando solo en imagen, yo retomaré el control de la empresa. Tengo un amigo que regresó a Las Vegas para invertir en una empresa sólida de construcción, su capital nos ayudará mucho. Pero, para mantenerlo tranquilo y sin sospechas, vamos a pactar un compromiso. Me incorporo en mi asiento por que el rumbo que está tomando esta conversación no me está gustando para nada. — Tiene una hija, que se acaba de graduar de la universidad. Te vas a casar con ella –las palabras se repitieron en mi mente una y otra vez. — ¿Qué? No puedes obligarme a casarme ¿Para qué? — ¿Para qué? Ese hombre es un multimillonario no voy a dejar que invierta un gran capital en nuestra empresa sin darle una garantía de algo. ¡Tenemos que recuperarnos porque por tu culpa estamos por perder todo! Se pone de pie apoyando sus nudillos sobre el escritorio inclinándose peligrosamente sobre mí. — Nos estamos quedando sin opciones… así que vas a poner en práctica con esa chica todas tus técnicas de seducción y te comportaras como el príncipe azul que toda mujer desea. Su tono dejaba claro que no era una petición si no una orden. Y cuando Adrián King ordenaba algo no había objeción que valiera. Pero ya esto era demasiado. Comprometerme con una mujer que ni siquiera conozco… no es que yo creyera en el amor o el romance, pero tampoco deseaba unirme a un matrimonio solo por capricho. Necesitaba sacar del camino a Valley Company o mi abuelo se encargaría de convertir mi vida en absoluto infierno. (…) — ¿Qué harás? –Observo a la mujer que se sube al tubo abriendo sus piernas, mientras queda de cabeza. — No lo sé, pero no voy a casarme. Tengo que conseguir algo que desacredite a Julia Nixon… ella me lo está quitando todo Angelo y ahora seré solo un CEO de papel nada más. Veo que mi amigo se hunde el rostro entre sus manos, me mira fijamente. Conozco esa mirada… va a decirme algo que puede ser muy bueno, pero al mismo tiempo muy malo. — ¿Qué pasa? –Lo insto a hablar. — Hoy me llegó una notificación de una de las páginas de empleo. Valley Company está buscando un asistente para Julia Nixon –desvió mi mirada hacia la mujer que se contonea en el escenario. — Interesante –digo y los engranajes de mi cerebro comienzan a girar rápidamente–. Tengo que infiltrar a alguien en esa empresa. — ¿Estás loco? Aún si lo logras no podrías sacar información, ¿crees que esas mujeres no se saben cuidar la espalda? Lo miro confundido al escucharlo hablar con tanta certeza. Sin embargo lo ignoro. Tamborileo mis dedos en el vaso observando como los cubos de hielo se mueven sobre licor y una idea de inmediato cruza por mi mente. Sonrío con malicia y Angelo se tensa a mi lado con la mirada horrorizada. — Por favor Brian, no vayas a cometer un estupidez, que tú para eso tienes un master. –Lo miro de reojo. — Yo mismo me infiltraré en esa empresa –suelto con determinación absoluta–. No dejaré que Valley Company acabe conmigo ni con la compañía de mi familia. Todo me vale m****a voy a destruir a las hermanas Nixon, así tenga que morir en el intento… ¡Me harté de esas pueblerinas! Una parte de mi pensaba en la mujer que me hace suspirar. Pero la sentencia de mi abuelo… él está por encima de cualquier mujer así que debo encontrar la manera de conseguir ese puesto. Es la única oportunidad que tengo para acabar con ella y librarme del mentado matrimonio. Desde ahora las cosas van a cambiar. Volveré a tener el control de la empresa y seré implacable en mi propósito. “No importa a quien tenga que llevarme por delante.” (…) Veo a Angelo caminando de un lado a otro, de vez en cuando niega y pasa la mano por su rostro con frustración. — Esto es una mala idea… una muy mala idea… una muy, muy, muy mala idea –repite como si fuera un mantra. — ¿Quieres calmarte y sentarte? Le vas a abrir un hueco al piso, tu actitud no me ayuda en nada –detiene su andar girándose bruscamente y poniéndose frente a mí. — Estamos hablando de una identidad falsa, si te llegan a descubrir… –ruedo los ojos con fastidio. — No lo harán. Soy muy buen actor y si tu ex es tan buena maquilladora como dices menos. Relájate será divertido. Ambos desviamos la mirada al ver entrar a una chica pelinegra y bajita, muy linda, pero con demasiado maquillaje para mi gusto. — Jamás pensé que te volvería a ver Angelo y menos con una petición tan particular –comenta con un poco de nerviosismo. — Un placer, soy Brian, la petición es para mí –le sonrío de manera encantadora y eso hace que su desconfianza se aminore. — ¿Y bien? ¿Qué es lo que estás buscando? –me señala la silla que se ubica frente a varios espejos con luces led. Me siento y ella se coloca detrás de mí mirándome fijamente. — Quiero verme diferente, que nadie me reconozca. Necesito un maquillaje muy, pero muy convincente… y no te preocupes por tu paga. Si haces un buen trabajo, serás muy bien recompensada. Pero tengo que parecer otro.Brian.-— ¡Por dios! –Angelo me mira asombrado mi reflejo y luego a mí con los ojos abiertos de par en par –Katrina eres… increíble. Si no supiera de quien se trata te aseguro que no lo reconocería en lo más mínimo –luego suelta una carcajada–. Pareces el propio nerd, te ves como un idiota. — Muchas gracias por los halagos a mi desempeño –comenta Katrina con orgullo–. ¿Qué te parece Brian? Me miro nuevamente en el espejo, ciertamente Katrina cumplió con la exigencia principal de ser otro. Miro en mis dientes los accesorios plateados una simulación de una ortodoncia casi perfecta. Nadie imaginaria que no fueron hechas por un profesional… Aunque este cambio tiene sus sacrificios, miré al piso y unos mechones de mi hermoso cabello reposaban tristes y desvalidos. Mi bello cabello ahora estaba impregnado por completo con gel para el cabello, muy aceitoso para mi gusto, en un peinado con una raya de lado. Pareciera que una vaca hubiese pasado su lengua por él hasta peinarlo por completo.
Julia.-Me encontraba en mi oficina haciéndole unos pequeños ajustes a la maqueta del proyecto de los royal cuando el click de la puerta captó a mi atención. De inmediato la voz de Cora irrumpió con fuerza en mi refugio silencioso y solitario, sonreí negando acercándome a ella. — Hermanita –comenta con cariño y una sonrisa que más que amorosa es como… si fuera a cometer una travesura–. Traigo a tu nuevo asistente Troy Gros. Es lo mejor que pude conseguir…Gira su cuerpo sonriendo con sus manos entrelazadas, mi mirada va de ella al chico que tiene a su lado. Y pues… si su apariencia deja mucho que desear; cabello extremadamente aceitoso, la corbata doblada, sacada de lo que parece de los años ochenta, gafas enormes, ortodoncia en toda su dentadura… En fin… yo me visto… algo cómoda, pero por lo menos mi ropa combina. ¿De dónde habrá salido este chico? — Troy te presento a tu jefa, Julia Nixon –nuevamente la voz de mi hermana me saca de mis pensamientos, noto como el chico abre los oj
Cora.- Estoy en el bar bebiendo mi martini expreso. Tomo mi celular para avisarle a Julia que no me espere para cenar. Le miento diciéndole que me voy a de disco… “ella sabe que no le digo que no nunca a una disco.”Mi teléfono vibra y en la pantalla aparece el mensaje de un “ok, diviértete.” Sigo degustando mi trago. Fijo la mirada nuevamente en el aparato y la culpa aparece. No suelo ocultarle nada a mi hermana, es mi mejor amiga. Somos las únicas hijas del matrimonio de mis padres, siempre nos enseñaron a ser muy unidas, a contar siempre la una con la otra y eso hemos hecho. “Pero esto… no puedo contárselo, me odiaría por eso.” — Hola hermosa –escucho la voz que hace que todo mi cuerpo se estremezca. Aunque, obvio, no se lo hago saber. Desvío mi mirada hacia él y al verlo la culpa de inmediato desaparece. — Hola guapo –le devuelvo la sonrisa con picardía, acariciando el dorso de su mano donde reposa su costoso Rolex–. ¿Un trago? Mos miramos fijamente y me pierdo en esos ojos m
Brian.-Salgo de la ducha secando mi cabello con la toalla. Me miro en el espejo suspirando aliviado. — Qué bien se siente ser yo de nuevo. –Salgo a la cocina para revisar la estufa. Mi mirada se detiene en el folder azul, en él está mi contrato y el acuerdo de confidencialidad. Julia Nixon sí que sabe cuidarse la espalda. No necesita a Cora para ser terrorífica, sabe cómo intimidar. Es mucho más astuta de lo que imaginé, seguramente me pondrá a prueba para garantizar que soy confiable. — La desgraciada es peligrosa, si cometo un solo error por más mínimo que sea va a destruirme como una cucaracha. Apago la estufa dejando la cazuela a un lado, hasta el hambre se me quitó. Ya no puedo dar marcha atrás. Por suerte solo estaré en Valley Company tres días por semana intercalados, así no levantaré sospechas en mi empresa. Ahora que solo soy un Ceo de papel no importará si desaparezco unos días. El sonido de mi teléfono se saca de mis pensamientos.— Abuelo –de inmediato mi mandíbula s
Julia.-No puedo dejar de sentirme un poco… intimidada ante la mirada de mi nuevo asistente. Es como si tratara de descifrarme por completo con solo mirarme. Hay algo en sus ojos que, no sé porque, pero me resulta familiar. Niego sacando esa idea de mi cabeza. Soy demasiado desconfiada con la gente y eso debe cambiar un poco. No, totalmente. Entro a mi casa y nuestro cuidador, le digo así porque detesto la palabra mayordomo, me recibe en la entrada con una enorme sonrisa amable. — Vito buenas noches –rápidamente se acerca para ayudarme con todo lo que cargo encima.— Buenas noches señorita Nixon. –A pesar que Cora y yo le hemos dicho con confianza nos puede llamar por nuestros nombres, él sigue resistiéndose. Es un hombre mayor británico, muy educado al igual que su esposa que es chef profesional y trabaja para nosotras–. Déjeme ayudarla.— Gracias Vito, ¿mi hermana está en casa? –No me tuvo que responder. Al pasar el umbral de la puerta un olor exquisito me invadió; tarta de nuez
Brian.-— No seas idiota –sigo bebiendo el cuarto trago de la noche sin apartar la vista de mi futura esposa, mientras escucho la voz de mi conciencia; Angelo–.¿No se supone que vas a enamorar a Julia Nixon? Detengo el vaso a mitad de camino, mirándolo con enojo, pero eso me dura poco, le sonrío con malicia. — Hablas como si de verdad quisiera enamorarla, solo será un juego para quitarle sus ideas, vengarme y ponerla a su hermana en su contra, Cora…Noto que el rostro de Angelo se desencaja más, tensando su mandíbula, ya comienza a ser fastidioso.— Esa mujer está cada vez más linda, aunque no sé porque la vi diferente, en fin… debo ir a presentarme con mi prometida –me ajusto el traje dejando el trago en la mano de Angelo que se ha quedado en silencio, así que lo ignoro. Camino entre los invitados hasta llegar a donde se encuentra mi abuelo, un hombre casi de su misma edad, pero un poco más acabado por la vida. — Buenas noches –saludó con todo el encanto que me caracteriza, ganán
Julia.-Como todos los días soy la primera en llegar a la oficina, soy una adicta al trabajo como dice Cora, pero no puedo evitarlo amo mi trabajo, me gusta mucho lo que hago, observo el calendario veo marcado el día de hoy. Turno de trabajo para mi asistente, me gusta trabajar sola, pero el chico ha demostrado que tiene conocimientos en el ramo. — Buen día jefa –interrumpe mis pensamientos entrando con dos cafés en la mano–. le traje uno –pone uno de los vasos sobre mi escritorio ofreciendo una sonrisa metalizada, hay algo de tierno en él, de inmediato me sacudo esos pensamientos. — Gracias Troy, siéntate me gustaría saber más de ti –se queda a medio camino de la silla, mirándome a través de las enormes gafas de montura negra–. ¿te molesta si te pregunto? — Uhm… no, pero no me gusta hablar de mi vida privada en el trabajo jefa –comenta algo dudoso–. además no hay mucho de qué hablar, para ser sincero. — De acuerdo, lamento haber preguntado, pongámonos a trabajar, necesito que f
Las Vegas.-Brian.-Camino de un lado para otro, froto mis manos sudadas, la espera es abrumadora, no puedo perder esta licitación, este proyecto es muy importante porque. “¡No puedo volver a perder de nuevo frente a Julia Nixon!”Esa mujer sí que se ha esforzado por quitarme a mis mejores clientes y mis proyectos.Lo peor de todo es que la muy desgraciada no da la cara siempre envía a su hermana “¡Dios, su sexy hermana!” Creí conseguir algo durmiendo con Cora, pero resultó ser muy leal y ¿Cómo no? los proyectos que me han robado son los más grandes ganarán miles de millones de dólares al construir esos hoteles y ese casino. Me aflojo la corbata, siento como comienzo a transpirar, con cada minuto que pasa se pone peor la espera, necesito lograr esto, me esforcé mucho para crear este proyecto. La puerta de la sala de juntas se abre y mi corazón se paraliza, mi socio y mejor amigo Angelo sale y no me gusta su seriedad, en silencio niega y maldigo para mis adentros, me doy vuelta si