Julia.- Observo la hora en mi reloj, me sentía agotada, pero necesitaba ultimar los detalles para el proyecto de los Royal. Necesitaba un trago con urgencia. Justo cuando tomaba mis cosas para salir, la puerta de mi taller se abre de golpe. — Tengo noticias sobre el almuerzo de los Royal –entra mi hermana tendiéndome un sobre rojo con unas letras doradas muy hermosas–. será un baile de máscaras. — ¿Qué? ¿un baile? — Sí –dice con seriedad frunciendo sus labios –baile, vestuario de gala, muy elegante y máscaras–. puedo notar lo divertido que le resulta en sus ojos hay un brillo de emoción aunque intente ocultarlo a Cora le fascinan las fiestas temáticas, los disfraces.— Veo lo mucho que te encantará asistir — Iremos de compras y elegiremos unos bellos vestidos, habrá mucha gente influyente necesitamos ser el centro de atención hermana. Esas palabras ya me llenan de ansiedad “mucha gente influyente” ¿eso debería preocuparme? — Nos haremos un cambio de look para ese día –la veo
Julia.- Las palabras de Cora calaron profundo en mi pecho, me sentía culpable por ocultarle mi secreto, pero no sé porque piensa que puede ocultarme algo y que me va a hacer daño. Lo hablaremos luego. Habíamos llegado al hotel donde se realizaría el evento de los Royal, todo sea por el trabajo y porque negarlo, por el dinero también, los lujos de mi hermana no se pagan con chapas. — Esto sí que es lujo –Cora observa silbando. Con las máscaras ya puestas bajamos de la limusina, mi hermana les entrega a los anfitriones la invitación. Entramos acompañadas de dos apuestos acompañantes está demás decir que Cora llevaba una sonrisa enorme en sus labios y cambió rápidamente su postura de hermana tierna y cariñosa a una imagen de femme fatal muy seductora. Un mesero se acercó con dos copas de champagne que no dudé en tomar. — ¡Ey tú muy bien! Me alegra que estés dispuesta a divertirte –chocamos nuestras copas, Con la máscara puesta me sentí un poco más segura, veo como Cora le hace se
Julia.- Cora parpadeó rápidamente después de escuchar mi confesión y aún no le había dicho lo más impactante. — Me acosté con él, pero… Me quité el antifaz con desesperación, tenía que decirle. — Pero ¿Qué? si ese maldito te hizo daño te juro que lo castro ahora mismo y— Piensa que se acostó contigo –solté sin que me quedara nada por dentro. Su rostro palideció de inmediato, en esta ocasión no parpadeó, solo se quedó en silencio. — Sucedió hace seis meses, cuando estabas haciendo el posgrado en París, yo… ¡no lo sé! Quería saber que se sentía ser tú por una noche, además había bebido tres copas de vino y…Sentía que la saliva no pasaba de mi garganta, verla sin demostrar una sola emoción me estaba poniendo ansiosa, eso solo significaba una cosa que estaba a punto de explotar, pero ya no podía detenerme debía saber la verdad. — Fui a un pub de esos lujosos que tú frecuentas y… él estaba ahí, yo no sabía quién era, había escuchado sobre él, pero no lo conocía, lo vi tan apuesto
Brian.-Ahora veía con mucha más claridad lo ventajoso que es este compromiso con Maggie, logró conseguir que Costello me otorgara una nueva oportunidad para mostrarle mi propuesta, solo tengo una sola oportunidad y cuarenta y ocho horas para descubrir lo que las gemelas Nixon le ofrecieron. “¿Pero cómo me voy a infiltrar en esa oficina?” — Si esa mujer parece una gárgola custodiando su estudio –me refresco un poco con agua tibia el rostro–. voy a resolver esto así tenga que jugar sucio. Salgo del baño y soy interceptado por un mesero. — Señor King, esto lo dejaron para usted –mis ojos bajan al pequeño papel que lleva el chico en la mano. Lo tomo y al abrirlo solo hay un número de habitación “suite 874” firmado con una C, sonreí con la excitación de imaginármela de nuevo brincando sobre mí. — Allá voy hermosura. (…) Me detuve en la puerta marcada con el número que decía la nota, la llave estaba colgada en la manilla de la puerta, la luz en verde me hizo sentir la gloria, no vo
Ángelo.-Vuelvo al interior de donde se realiza la recepción, con una pereza increíble odiaba este tipo de eventos, pero solo el hecho de que Cora este aquí es lo único que hace que no me vaya. Al entrar observo que Maggie se encuentra sola bebiendo una copa de champagne junto a una mujer muy linda. Mis ojos enloquecen buscando a Brian y no está, tampoco las gemelas y es allí cuando el miedo se instala en mi estómago. “No, no pueden estar juntos” mi mente intenta convencerme, acelero mis pasos hasta llegar con Maggie. — ¿Dónde está Brian? –pregunto sin tratar de disimular mi ansiedad y mis celos. — ¡Ah, hola Ángelo! Pues… no se hace unos cuantos minutos dijo que iría al baño a refrescarse un poco, pero no lo he visto –se encoge de hombros restándole importancia. — ¿No crees que ustedes deberían estar siempre juntos? ¿Están comprometidos o no? –Maggie me observa confundida. — Claro que no, no soy de las mujeres que les gusta andar de llaveros junto a sus hombres. Sin despedirme
Ángelo.-Simplemente me quedé en shock, la confesión de Cora… esto le da un giro impresionante a toda esta situación. — ¿Ángelo? La voz de mi diosa me saca de mis pensamientos, de nuevo siento el aire entrar en mis pulmones. — Jamás pensé que me fueras a decir eso, nunca me lo imaginé –digo con sinceridad–. ¿Entonces no sientes nada por él? Gira sus ojos hacia arriba, da un paso hacia mí contoneando sus caderas provocativamente. — ¿De verdad tengo que responder a eso? –pregunta deslizando lentamente su dedo por mi torso, acelerando mi respiración. — Respóndeme otra pregunta entonces ¿Qué sientes por mi Cora? Baja la mirada mordiendo su labio y luego suelta un gran suspiro. — No sé qué siento Ángelo, no soy como mi hermana, no creo en el amor, no creo en el matrimonio, vestirme de novia…Su rostro se distorsiona en una mueca de asco. — Me da más ganas de vomitar que comer carne cruda…pero, eres el primer hombre en el que no dejo de pensar. Tomo su cintura pegándola a mi cuerp
Julia.-Por más que lo intento no puedo dejar de pensar en Brian y en esa noche, fue simplemente perfecta. Aunque mi huida estilo cenicienta no se puede incluir en esa perfección, si tan solo pudiera decirle que soy yo y no Cora. ¿Qué pensaría? ¿Me odiaría? Seguramente y aún sigo sin saber quién era la chica que lo acompañaba en ese baile. Me quito mis gafas tirándolas con un poco de frustración. — ¿Por qué tengo que ser tan cobarde? –apoyo mi frente sobre mi escritorio–. decirle no es una opción. Seguramente diría que lo hice para distraerlo y así aprovecharme de su debilidad por las mujeres. Esa es otra interrogante que siempre ha estado en mi mente ¿Yo seré una más? Desde hace un tiempo no se ha dejado ver con ninguna otra mujer, hasta esa noche. ¿Cómo pude enamorarme así? Solo con la primera vez… Pero, ¿El amor es una locura no? aunque ese primer encuentro Brian se mostró diferente, tierno, amable, no el típico seductor, esa noche en ese pub estaba vulnerable como si busca
Julia.-Elegí madrugar, era un nuevo día, tenía que dar un giro a mi vida desde hoy, no dudé en asaltar el closet de Cora, seguro ni se dará cuenta y en los últimos días la he visto estar en una nebulosa, seguro es por el hombre con el que anda saliendo, que sigue siendo un misterio. “Nota mental: ir de compras” Mientras escojo un vestido en color gris, es muy cómodo y se ajusta perfectamente a mi silueta lo que me hace preguntarme ¿En qué diablos pensaba al ocultar mi figura? (…) Veo que mi cambio de estilo impactó al primero, mi asistente no deja de mirarme, una parte me hace sentir alagada y satisfecha, pero hay otra que sigue haciéndome sentir algo incomoda. El sonido de mi celular causa que de un respingo sobre mi silla. — ¿Diga? Mi rostro palidece al escuchar a la mujer que me habla del otro lado, dándome una pésima noticia. — Disculpe, pero el señor Dilon acordó… ¿Una propuesta mejor? ¿Puedo saber de quién? Por lo menos tengo ese derecho Rain Bing Arch. Pero… La mujer