Julia.-Como todos los días soy la primera en llegar a la oficina, soy una adicta al trabajo como dice Cora, pero no puedo evitarlo amo mi trabajo, me gusta mucho lo que hago, observo el calendario veo marcado el día de hoy. Turno de trabajo para mi asistente, me gusta trabajar sola, pero el chico ha demostrado que tiene conocimientos en el ramo. — Buen día jefa –interrumpe mis pensamientos entrando con dos cafés en la mano–. le traje uno –pone uno de los vasos sobre mi escritorio ofreciendo una sonrisa metalizada, hay algo de tierno en él, de inmediato me sacudo esos pensamientos. — Gracias Troy, siéntate me gustaría saber más de ti –se queda a medio camino de la silla, mirándome a través de las enormes gafas de montura negra–. ¿te molesta si te pregunto? — Uhm… no, pero no me gusta hablar de mi vida privada en el trabajo jefa –comenta algo dudoso–. además no hay mucho de qué hablar, para ser sincero. — De acuerdo, lamento haber preguntado, pongámonos a trabajar, necesito que f
Las Vegas.-Brian.-Camino de un lado para otro, froto mis manos sudadas, la espera es abrumadora, no puedo perder esta licitación, este proyecto es muy importante porque. “¡No puedo volver a perder de nuevo frente a Julia Nixon!”Esa mujer sí que se ha esforzado por quitarme a mis mejores clientes y mis proyectos.Lo peor de todo es que la muy desgraciada no da la cara siempre envía a su hermana “¡Dios, su sexy hermana!” Creí conseguir algo durmiendo con Cora, pero resultó ser muy leal y ¿Cómo no? los proyectos que me han robado son los más grandes ganarán miles de millones de dólares al construir esos hoteles y ese casino. Me aflojo la corbata, siento como comienzo a transpirar, con cada minuto que pasa se pone peor la espera, necesito lograr esto, me esforcé mucho para crear este proyecto. La puerta de la sala de juntas se abre y mi corazón se paraliza, mi socio y mejor amigo Angelo sale y no me gusta su seriedad, en silencio niega y maldigo para mis adentros, me doy vuelta si
Julia.- Me observo en el espejo, suelto un suspiro de alivio al verme en mi conjunto cómodo de algodón, me recojo el cabello en un moño despeinado, procedo a quitarme los lentes de contacto. “¡Los odio!” Pero, Cora no usa gafas, sí queremos ser convincentes cuando cambiamos de lugar tenemos que fijarnos en esos pequeños detalles. Me tumbo en mi cama pensando en las palabras de mi hermana, somos gemelas idénticas, pero ella es más extrovertida, su trabajo como publirrelacionista lo hace excelente y pese a lo que dice gracias a ella nuestra empresa ha crecido por todos los contactos que ha conseguido. Mi hermana y yo siempre hemos sido muy unidas juntas nos embarcamos en esta aventura al venir desde Oregón un pequeño pueblo llamado Rogue Valley crecimos en una granja, éramos muy felices amábamos los animales, nuestros padres que ahora se encuentran en un merecido crucero por el mediterráneo, nos enseñaron el valor del trabajo, esforzarnos duro. Amamos la vida de campo, pero Cora
Julia.- — Definitivamente tienes cero sentido de la moda hermana –ruedo mis ojos con fastidio. –Dios te ha regalado una enorme belleza ¿por qué? ¿por qué intentas ocultarla bajo esos trajes de sastre tan horrendos? ¿Y con tallas más grandes se te ven enormes? Mi hermana protesta mirando con desprecio mi atuendo haciendo un berrinche. — ¡Por dios mocasines, mocasines! ¿Quién en su sano juicio usa mocasines de abuela? –fija sus ojos en mi calzado color marrón oscuro haciendo una mueca de asco. — Deja de criticarme Cora, así me siento cómoda no necesito mostrar un gran escote para trabajar, eso te lo dejo a ti Señalo el precioso vestido azul marino ajustado que deja mucho a la imaginación sobre todo en el área del escote. — A mí no me gusta llamar la atención –frunce el ceño y los labios mirándome con enojo. –estuve pensando en lo del asistente ¬–solté para tranquilizarla. –tienes razón se nos viene un trabajo enorme con el casino que debemos construir para los Royal y no puedo
Brian.-Estaba en el despacho de mi abuelo. Ambos estábamos en silencio; su postura distante con la mirada perdida claramente me decía que no estaba bien… y había un deje de decepción en su expresión. — Abuelo, vamos a salir de esta mala racha –intenté darle seguridad a mis palabras, pero fallé porque mi voz apenas salió en un hilo ahogado. Sí le temía a mi abuelo, no quería defraudarlo. — ¿Mala racha? –Se gira para verme con la mirada encendida–. Esto no es solo una mala racha Brian. ¡Tú has preferido prestarle atención a acostarte con cuanta mujer se te cruce al frente! –Me señala con su dedo, acusándome. El tono de su voz se elevó dos decibeles–. Estar metido en bares, discotecas, clubes de strippers, ¿crees que no lo sé? Eso no estaba mal mientras cumplieras con ¡TU OBLIGACIÓN! –Golpeó con fuerza su escritorio–. Ahora estamos en números rojos. ¿Qué le diremos a los accionistas cuando no reciban su transferencia este mes? ¿Qué le vamos a decir a los empleados que tendremos que de
Brian.-— ¡Por dios! –Angelo me mira asombrado mi reflejo y luego a mí con los ojos abiertos de par en par –Katrina eres… increíble. Si no supiera de quien se trata te aseguro que no lo reconocería en lo más mínimo –luego suelta una carcajada–. Pareces el propio nerd, te ves como un idiota. — Muchas gracias por los halagos a mi desempeño –comenta Katrina con orgullo–. ¿Qué te parece Brian? Me miro nuevamente en el espejo, ciertamente Katrina cumplió con la exigencia principal de ser otro. Miro en mis dientes los accesorios plateados una simulación de una ortodoncia casi perfecta. Nadie imaginaria que no fueron hechas por un profesional… Aunque este cambio tiene sus sacrificios, miré al piso y unos mechones de mi hermoso cabello reposaban tristes y desvalidos. Mi bello cabello ahora estaba impregnado por completo con gel para el cabello, muy aceitoso para mi gusto, en un peinado con una raya de lado. Pareciera que una vaca hubiese pasado su lengua por él hasta peinarlo por completo.
Julia.-Me encontraba en mi oficina haciéndole unos pequeños ajustes a la maqueta del proyecto de los royal cuando el click de la puerta captó a mi atención. De inmediato la voz de Cora irrumpió con fuerza en mi refugio silencioso y solitario, sonreí negando acercándome a ella. — Hermanita –comenta con cariño y una sonrisa que más que amorosa es como… si fuera a cometer una travesura–. Traigo a tu nuevo asistente Troy Gros. Es lo mejor que pude conseguir…Gira su cuerpo sonriendo con sus manos entrelazadas, mi mirada va de ella al chico que tiene a su lado. Y pues… si su apariencia deja mucho que desear; cabello extremadamente aceitoso, la corbata doblada, sacada de lo que parece de los años ochenta, gafas enormes, ortodoncia en toda su dentadura… En fin… yo me visto… algo cómoda, pero por lo menos mi ropa combina. ¿De dónde habrá salido este chico? — Troy te presento a tu jefa, Julia Nixon –nuevamente la voz de mi hermana me saca de mis pensamientos, noto como el chico abre los oj
Cora.- Estoy en el bar bebiendo mi martini expreso. Tomo mi celular para avisarle a Julia que no me espere para cenar. Le miento diciéndole que me voy a de disco… “ella sabe que no le digo que no nunca a una disco.”Mi teléfono vibra y en la pantalla aparece el mensaje de un “ok, diviértete.” Sigo degustando mi trago. Fijo la mirada nuevamente en el aparato y la culpa aparece. No suelo ocultarle nada a mi hermana, es mi mejor amiga. Somos las únicas hijas del matrimonio de mis padres, siempre nos enseñaron a ser muy unidas, a contar siempre la una con la otra y eso hemos hecho. “Pero esto… no puedo contárselo, me odiaría por eso.” — Hola hermosa –escucho la voz que hace que todo mi cuerpo se estremezca. Aunque, obvio, no se lo hago saber. Desvío mi mirada hacia él y al verlo la culpa de inmediato desaparece. — Hola guapo –le devuelvo la sonrisa con picardía, acariciando el dorso de su mano donde reposa su costoso Rolex–. ¿Un trago? Mos miramos fijamente y me pierdo en esos ojos m