Julia.-Como todos los días soy la primera en llegar a la oficina, soy una adicta al trabajo como dice Cora, pero no puedo evitarlo amo mi trabajo, me gusta mucho lo que hago, observo el calendario veo marcado el día de hoy. Turno de trabajo para mi asistente, me gusta trabajar sola, pero el chico ha demostrado que tiene conocimientos en el ramo. — Buen día jefa –interrumpe mis pensamientos entrando con dos cafés en la mano–. le traje uno –pone uno de los vasos sobre mi escritorio ofreciendo una sonrisa metalizada, hay algo de tierno en él, de inmediato me sacudo esos pensamientos. — Gracias Troy, siéntate me gustaría saber más de ti –se queda a medio camino de la silla, mirándome a través de las enormes gafas de montura negra–. ¿te molesta si te pregunto? — Uhm… no, pero no me gusta hablar de mi vida privada en el trabajo jefa –comenta algo dudoso–. además no hay mucho de qué hablar, para ser sincero. — De acuerdo, lamento haber preguntado, pongámonos a trabajar, necesito que f
Cora.- Paso por el lado del escritorio de mi asistente en absoluto silencio, Julia tocó una tecla que últimamente me sensibiliza. Azoto la puerta con fuerza. Camino de un lado a otro, cada vez que me mencionan a Angelo o mi situación con él mi día se ensombrece. — ¿Cora? –veo la cabeza de Penélope asomarse por la puerta–. ¿todo bien? Suelto un suspiro cargado de frustración, me tumbo en mi silla sintiéndome derrotada y agotada. — No, Penélope, quisiera perderme de aquí –hundo mi rostro sobre las manos. — ¿Discutiste con Julia? — No, es solo que me mencionó a Angelo y… sabes que con ese tema –ella me mira apoyando su codo sobre su rodilla–. ¿qué? — Pensé que lo resolverías tú misma, es más pensé que las cosas con Angelo Castiblanc no pasaría de unas noches de sexo candente. — Ni yo misma sé lo que pasa Pen, hay algo en él que… no puedo dejar de pensar en él, cuando lo conocí fue… como si todo a nuestro alrededor desapareciera, no necesitamos hablar, pero esta puta rivalidad d
Julia.- Observo la hora en mi reloj, me sentía agotada, pero necesitaba ultimar los detalles para el proyecto de los Royal. Necesitaba un trago con urgencia. Justo cuando tomaba mis cosas para salir, la puerta de mi taller se abre de golpe. — Tengo noticias sobre el almuerzo de los Royal –entra mi hermana tendiéndome un sobre rojo con unas letras doradas muy hermosas–. será un baile de máscaras. — ¿Qué? ¿un baile? — Sí –dice con seriedad frunciendo sus labios –baile, vestuario de gala, muy elegante y máscaras–. puedo notar lo divertido que le resulta en sus ojos hay un brillo de emoción aunque intente ocultarlo a Cora le fascinan las fiestas temáticas, los disfraces.— Veo lo mucho que te encantará asistir — Iremos de compras y elegiremos unos bellos vestidos, habrá mucha gente influyente necesitamos ser el centro de atención hermana. Esas palabras ya me llenan de ansiedad “mucha gente influyente” ¿eso debería preocuparme? — Nos haremos un cambio de look para ese día –la veo
Julia.- Las palabras de Cora calaron profundo en mi pecho, me sentía culpable por ocultarle mi secreto, pero no sé porque piensa que puede ocultarme algo y que me va a hacer daño. Lo hablaremos luego. Habíamos llegado al hotel donde se realizaría el evento de los Royal, todo sea por el trabajo y porque negarlo, por el dinero también, los lujos de mi hermana no se pagan con chapas. — Esto sí que es lujo –Cora observa silbando. Con las máscaras ya puestas bajamos de la limusina, mi hermana les entrega a los anfitriones la invitación. Entramos acompañadas de dos apuestos acompañantes está demás decir que Cora llevaba una sonrisa enorme en sus labios y cambió rápidamente su postura de hermana tierna y cariñosa a una imagen de femme fatal muy seductora. Un mesero se acercó con dos copas de champagne que no dudé en tomar. — ¡Ey tú muy bien! Me alegra que estés dispuesta a divertirte –chocamos nuestras copas, Con la máscara puesta me sentí un poco más segura, veo como Cora le hace se
Julia.- Cora parpadeó rápidamente después de escuchar mi confesión y aún no le había dicho lo más impactante. — Me acosté con él, pero… Me quité el antifaz con desesperación, tenía que decirle. — Pero ¿Qué? si ese maldito te hizo daño te juro que lo castro ahora mismo y— Piensa que se acostó contigo –solté sin que me quedara nada por dentro. Su rostro palideció de inmediato, en esta ocasión no parpadeó, solo se quedó en silencio. — Sucedió hace seis meses, cuando estabas haciendo el posgrado en París, yo… ¡no lo sé! Quería saber que se sentía ser tú por una noche, además había bebido tres copas de vino y…Sentía que la saliva no pasaba de mi garganta, verla sin demostrar una sola emoción me estaba poniendo ansiosa, eso solo significaba una cosa que estaba a punto de explotar, pero ya no podía detenerme debía saber la verdad. — Fui a un pub de esos lujosos que tú frecuentas y… él estaba ahí, yo no sabía quién era, había escuchado sobre él, pero no lo conocía, lo vi tan apuesto
Brian.-Ahora veía con mucha más claridad lo ventajoso que es este compromiso con Maggie, logró conseguir que Costello me otorgara una nueva oportunidad para mostrarle mi propuesta, solo tengo una sola oportunidad y cuarenta y ocho horas para descubrir lo que las gemelas Nixon le ofrecieron. “¿Pero cómo me voy a infiltrar en esa oficina?” — Si esa mujer parece una gárgola custodiando su estudio –me refresco un poco con agua tibia el rostro–. voy a resolver esto así tenga que jugar sucio. Salgo del baño y soy interceptado por un mesero. — Señor King, esto lo dejaron para usted –mis ojos bajan al pequeño papel que lleva el chico en la mano. Lo tomo y al abrirlo solo hay un número de habitación “suite 874” firmado con una C, sonreí con la excitación de imaginármela de nuevo brincando sobre mí. — Allá voy hermosura. (…) Me detuve en la puerta marcada con el número que decía la nota, la llave estaba colgada en la manilla de la puerta, la luz en verde me hizo sentir la gloria, no vo
Ángelo.-Vuelvo al interior de donde se realiza la recepción, con una pereza increíble odiaba este tipo de eventos, pero solo el hecho de que Cora este aquí es lo único que hace que no me vaya. Al entrar observo que Maggie se encuentra sola bebiendo una copa de champagne junto a una mujer muy linda. Mis ojos enloquecen buscando a Brian y no está, tampoco las gemelas y es allí cuando el miedo se instala en mi estómago. “No, no pueden estar juntos” mi mente intenta convencerme, acelero mis pasos hasta llegar con Maggie. — ¿Dónde está Brian? –pregunto sin tratar de disimular mi ansiedad y mis celos. — ¡Ah, hola Ángelo! Pues… no se hace unos cuantos minutos dijo que iría al baño a refrescarse un poco, pero no lo he visto –se encoge de hombros restándole importancia. — ¿No crees que ustedes deberían estar siempre juntos? ¿Están comprometidos o no? –Maggie me observa confundida. — Claro que no, no soy de las mujeres que les gusta andar de llaveros junto a sus hombres. Sin despedirme
Ángelo.-Simplemente me quedé en shock, la confesión de Cora… esto le da un giro impresionante a toda esta situación. — ¿Ángelo? La voz de mi diosa me saca de mis pensamientos, de nuevo siento el aire entrar en mis pulmones. — Jamás pensé que me fueras a decir eso, nunca me lo imaginé –digo con sinceridad–. ¿Entonces no sientes nada por él? Gira sus ojos hacia arriba, da un paso hacia mí contoneando sus caderas provocativamente. — ¿De verdad tengo que responder a eso? –pregunta deslizando lentamente su dedo por mi torso, acelerando mi respiración. — Respóndeme otra pregunta entonces ¿Qué sientes por mi Cora? Baja la mirada mordiendo su labio y luego suelta un gran suspiro. — No sé qué siento Ángelo, no soy como mi hermana, no creo en el amor, no creo en el matrimonio, vestirme de novia…Su rostro se distorsiona en una mueca de asco. — Me da más ganas de vomitar que comer carne cruda…pero, eres el primer hombre en el que no dejo de pensar. Tomo su cintura pegándola a mi cuerp