Julia.-
Me observo en el espejo, suelto un suspiro de alivio al verme en mi conjunto cómodo de algodón, me recojo el cabello en un moño despeinado, procedo a quitarme los lentes de contacto. “¡Los odio!” Pero, Cora no usa gafas, sí queremos ser convincentes cuando cambiamos de lugar tenemos que fijarnos en esos pequeños detalles. Me tumbo en mi cama pensando en las palabras de mi hermana, somos gemelas idénticas, pero ella es más extrovertida, su trabajo como publirrelacionista lo hace excelente y pese a lo que dice gracias a ella nuestra empresa ha crecido por todos los contactos que ha conseguido. Mi hermana y yo siempre hemos sido muy unidas juntas nos embarcamos en esta aventura al venir desde Oregón un pequeño pueblo llamado Rogue Valley crecimos en una granja, éramos muy felices amábamos los animales, nuestros padres que ahora se encuentran en un merecido crucero por el mediterráneo, nos enseñaron el valor del trabajo, esforzarnos duro. Amamos la vida de campo, pero Cora y yo queríamos más mucho más y sabíamos que en Oregón no íbamos a cumplir nuestros sueños y metas, siempre estaremos agradecidas con nuestros padres por el apoyo que nos brindaron y aquí estamos yo forjé mi camino como arquitecta y mi hermana como la mejor relacionista pública de las Vegas, en dos años hemos construido un imperio, dudo mucho que lo haya podido lograr sin ella. — Espero que no me odies, cuando sepa lo que hice hace unos meses. Es la primera vez que le oculto un secreto a mi hermana, siempre nos hemos contado todo, pero esto, no puedo… es la razón por la que me oculto detrás de su imagen, porque en el momento en el que él me descubra y sepa toda la verdad… todo va a ser un caos. — ¡No! nunca nadie lo va a saber y espero que Cora pueda perdonarme. Brian.- Bebo un sorbo del tercer trago antes de enfrentarme a mi abuelo. — ¿Crees que ebrio facilitará las cosas? –escucho detrás de mí la voz de Angelo. –creo saber lo que estás pensando, no conseguiste nada seduciendo a la hermana de Julia Nixon y quedaste prendado de ella. — ¡No digas estupideces! –me giro mostrándole todo mi desdén a sus palabras. –lo que me molesta es, uno, no haber conseguido el contrato con los royal y dos no lograr que Cora se pusiera en contra de su hermana, es como si tuvieran un pacto entre hermanas, yo crecí en esta ciudad, me críe aquí, acompañé a mi abuelo a reuniones de trabajo Me tumbo en la silla hundiendo el rostro entre mis manos dejando libre toda la frustración que me invade en este momento. — Esas pueblerinas han conseguido en dos años lo que mi familia consiguió en décadas, lo que yo debí conseguir ¿Cómo es eso posible? — No puedes negar que trabajan duro, se escucha mucho de la imagen egocéntrica que muestra Cora Nixon, pero le ha servido y no quiero darte más problemas, sabes que confío en ti amigo –inhala profundamente con una expresión muy seria. –invertí toda mi herencia en esta compañía y estoy perdiendo dinero, Brian no puedes seguir dándole prioridad a tus fiestas y a tus mujeres, estamos a nada de caer en números rojos. Veo la preocupación en su mirada y no solo eso puedo ver un deje de desconfianza en mí y si me siento de la patada con él, con mi abuelo será mil veces peor. — Tu familia tiene el negocio de bienes raíces manejado por tu hermano, pero yo no tengo nada más. — Lo sé Angelo, lo sé y quiero pedirte disculpas, me confié en que mi familia era la única en esta ciudad y que nuestros clientes serían leales, te prometo que pensaré en una solución, si tan solo supiéramos que es lo que ofrece Julia Nixon, nunca nos permiten ver los proyectos de la competencia, pero si yo tuviera la mínima posibilidad de ver que tienen esos planos, las construcciones que ya inició increíblemente están blindadas nadie que no trabaje allí puede entrar es frustrante no saber. — Tal vez sea eso –lo miro confundido. –tiene nuestra edad o eso parece puede que sea la hermana mayor de tu amor platónico, pero si es una chica joven seguro muestra innovación, nuestros diseños siguen siendo del pasado, tienes que decirle a tu abuelo que deje de opinar, tú no has sacado tu madera como arquitecto, tus ideas siempre son desplazadas por esos viejos de la junta, debes ponerte firme Brian eres quien está a cargo de lo contrario estaremos arruinados. Veo a mi amigo salir de mi oficina cabizbajo, derrotado la herencia que le dejó su abuelo la invirtió por completo en mi empresa como socio minoritario, mi abuelo se opuso, pero logré convencerlo y ahora le estoy fallando. Lo peor de todo es que el idiota de mi hermano cuando se entere se burlara de mí. Él siempre quiso hacerse cargo de esta empresa que es la más grande, pero mi abuelo insistió en que yo era el más capacitado y le dejo dirigir la empresa de bienes raíces el muy miserable la ha hecho crecer, justo en el ventanal más grande de mi oficina hay una gran pantalla con su rostro y el nombre de la empresa. — ¡Lo odio! Es por esa razón que no puedo entender esa lealtad ciega que tiene Cora con su hermana, mi hermano y yo siempre hemos competido por demostrar a nuestro padre quien es el mejor de los dos, nunca nos hemos llevado bien, siempre ha sido una guerra desde que nacimos, él piensa que yo soy el consentido y yo pienso que es él, el preferido. — ¿Y si Cora o Julia tienen un secreto? Tal vez Julia le conoce algún secreto a su hermana y por eso ella… –de solo pensarlo me enfurece que pueda ser chantajeada aunque no me sorprendería, Dilon estaría más que complacido por descubrir algo que me pueda perjudicar, no dudaría en hacerme su esclavo con tal de tener una ventaja sobre mí. Definitivamente tengo que averiguar algo más sobre esas hermanas y descubrir la razón por la que Julia Nixon nunca da la cara, aunque una razón puede ser la desgraciada sea más fea que un ornitorrinco deforme, a como dé lugar tengo que meterme en esa empresa, necesito saber qué es lo que esconde y cuando lo descubra enviaré a esas pueblerinas a donde pertenecen, lo siento mucho querida Cora, pero tendré que sacrificarte.Julia.- — Definitivamente tienes cero sentido de la moda hermana –ruedo mis ojos con fastidio. –Dios te ha regalado una enorme belleza ¿por qué? ¿por qué intentas ocultarla bajo esos trajes de sastre tan horrendos? ¿Y con tallas más grandes se te ven enormes? Mi hermana protesta mirando con desprecio mi atuendo haciendo un berrinche. — ¡Por dios mocasines, mocasines! ¿Quién en su sano juicio usa mocasines de abuela? –fija sus ojos en mi calzado color marrón oscuro haciendo una mueca de asco. — Deja de criticarme Cora, así me siento cómoda no necesito mostrar un gran escote para trabajar, eso te lo dejo a ti Señalo el precioso vestido azul marino ajustado que deja mucho a la imaginación sobre todo en el área del escote. — A mí no me gusta llamar la atención –frunce el ceño y los labios mirándome con enojo. –estuve pensando en lo del asistente ¬–solté para tranquilizarla. –tienes razón se nos viene un trabajo enorme con el casino que debemos construir para los Royal y no puedo
Brian.-Estaba en el despacho de mi abuelo. Ambos estábamos en silencio; su postura distante con la mirada perdida claramente me decía que no estaba bien… y había un deje de decepción en su expresión. — Abuelo, vamos a salir de esta mala racha –intenté darle seguridad a mis palabras, pero fallé porque mi voz apenas salió en un hilo ahogado. Sí le temía a mi abuelo, no quería defraudarlo. — ¿Mala racha? –Se gira para verme con la mirada encendida–. Esto no es solo una mala racha Brian. ¡Tú has preferido prestarle atención a acostarte con cuanta mujer se te cruce al frente! –Me señala con su dedo, acusándome. El tono de su voz se elevó dos decibeles–. Estar metido en bares, discotecas, clubes de strippers, ¿crees que no lo sé? Eso no estaba mal mientras cumplieras con ¡TU OBLIGACIÓN! –Golpeó con fuerza su escritorio–. Ahora estamos en números rojos. ¿Qué le diremos a los accionistas cuando no reciban su transferencia este mes? ¿Qué le vamos a decir a los empleados que tendremos que de
Brian.-— ¡Por dios! –Angelo me mira asombrado mi reflejo y luego a mí con los ojos abiertos de par en par –Katrina eres… increíble. Si no supiera de quien se trata te aseguro que no lo reconocería en lo más mínimo –luego suelta una carcajada–. Pareces el propio nerd, te ves como un idiota. — Muchas gracias por los halagos a mi desempeño –comenta Katrina con orgullo–. ¿Qué te parece Brian? Me miro nuevamente en el espejo, ciertamente Katrina cumplió con la exigencia principal de ser otro. Miro en mis dientes los accesorios plateados una simulación de una ortodoncia casi perfecta. Nadie imaginaria que no fueron hechas por un profesional… Aunque este cambio tiene sus sacrificios, miré al piso y unos mechones de mi hermoso cabello reposaban tristes y desvalidos. Mi bello cabello ahora estaba impregnado por completo con gel para el cabello, muy aceitoso para mi gusto, en un peinado con una raya de lado. Pareciera que una vaca hubiese pasado su lengua por él hasta peinarlo por completo.
Julia.-Me encontraba en mi oficina haciéndole unos pequeños ajustes a la maqueta del proyecto de los royal cuando el click de la puerta captó a mi atención. De inmediato la voz de Cora irrumpió con fuerza en mi refugio silencioso y solitario, sonreí negando acercándome a ella. — Hermanita –comenta con cariño y una sonrisa que más que amorosa es como… si fuera a cometer una travesura–. Traigo a tu nuevo asistente Troy Gros. Es lo mejor que pude conseguir…Gira su cuerpo sonriendo con sus manos entrelazadas, mi mirada va de ella al chico que tiene a su lado. Y pues… si su apariencia deja mucho que desear; cabello extremadamente aceitoso, la corbata doblada, sacada de lo que parece de los años ochenta, gafas enormes, ortodoncia en toda su dentadura… En fin… yo me visto… algo cómoda, pero por lo menos mi ropa combina. ¿De dónde habrá salido este chico? — Troy te presento a tu jefa, Julia Nixon –nuevamente la voz de mi hermana me saca de mis pensamientos, noto como el chico abre los oj
Cora.- Estoy en el bar bebiendo mi martini expreso. Tomo mi celular para avisarle a Julia que no me espere para cenar. Le miento diciéndole que me voy a de disco… “ella sabe que no le digo que no nunca a una disco.”Mi teléfono vibra y en la pantalla aparece el mensaje de un “ok, diviértete.” Sigo degustando mi trago. Fijo la mirada nuevamente en el aparato y la culpa aparece. No suelo ocultarle nada a mi hermana, es mi mejor amiga. Somos las únicas hijas del matrimonio de mis padres, siempre nos enseñaron a ser muy unidas, a contar siempre la una con la otra y eso hemos hecho. “Pero esto… no puedo contárselo, me odiaría por eso.” — Hola hermosa –escucho la voz que hace que todo mi cuerpo se estremezca. Aunque, obvio, no se lo hago saber. Desvío mi mirada hacia él y al verlo la culpa de inmediato desaparece. — Hola guapo –le devuelvo la sonrisa con picardía, acariciando el dorso de su mano donde reposa su costoso Rolex–. ¿Un trago? Mos miramos fijamente y me pierdo en esos ojos m
Brian.-Salgo de la ducha secando mi cabello con la toalla. Me miro en el espejo suspirando aliviado. — Qué bien se siente ser yo de nuevo. –Salgo a la cocina para revisar la estufa. Mi mirada se detiene en el folder azul, en él está mi contrato y el acuerdo de confidencialidad. Julia Nixon sí que sabe cuidarse la espalda. No necesita a Cora para ser terrorífica, sabe cómo intimidar. Es mucho más astuta de lo que imaginé, seguramente me pondrá a prueba para garantizar que soy confiable. — La desgraciada es peligrosa, si cometo un solo error por más mínimo que sea va a destruirme como una cucaracha. Apago la estufa dejando la cazuela a un lado, hasta el hambre se me quitó. Ya no puedo dar marcha atrás. Por suerte solo estaré en Valley Company tres días por semana intercalados, así no levantaré sospechas en mi empresa. Ahora que solo soy un Ceo de papel no importará si desaparezco unos días. El sonido de mi teléfono se saca de mis pensamientos.— Abuelo –de inmediato mi mandíbula s
Julia.-No puedo dejar de sentirme un poco… intimidada ante la mirada de mi nuevo asistente. Es como si tratara de descifrarme por completo con solo mirarme. Hay algo en sus ojos que, no sé porque, pero me resulta familiar. Niego sacando esa idea de mi cabeza. Soy demasiado desconfiada con la gente y eso debe cambiar un poco. No, totalmente. Entro a mi casa y nuestro cuidador, le digo así porque detesto la palabra mayordomo, me recibe en la entrada con una enorme sonrisa amable. — Vito buenas noches –rápidamente se acerca para ayudarme con todo lo que cargo encima.— Buenas noches señorita Nixon. –A pesar que Cora y yo le hemos dicho con confianza nos puede llamar por nuestros nombres, él sigue resistiéndose. Es un hombre mayor británico, muy educado al igual que su esposa que es chef profesional y trabaja para nosotras–. Déjeme ayudarla.— Gracias Vito, ¿mi hermana está en casa? –No me tuvo que responder. Al pasar el umbral de la puerta un olor exquisito me invadió; tarta de nuez
Brian.-— No seas idiota –sigo bebiendo el cuarto trago de la noche sin apartar la vista de mi futura esposa, mientras escucho la voz de mi conciencia; Angelo–.¿No se supone que vas a enamorar a Julia Nixon? Detengo el vaso a mitad de camino, mirándolo con enojo, pero eso me dura poco, le sonrío con malicia. — Hablas como si de verdad quisiera enamorarla, solo será un juego para quitarle sus ideas, vengarme y ponerla a su hermana en su contra, Cora…Noto que el rostro de Angelo se desencaja más, tensando su mandíbula, ya comienza a ser fastidioso.— Esa mujer está cada vez más linda, aunque no sé porque la vi diferente, en fin… debo ir a presentarme con mi prometida –me ajusto el traje dejando el trago en la mano de Angelo que se ha quedado en silencio, así que lo ignoro. Camino entre los invitados hasta llegar a donde se encuentra mi abuelo, un hombre casi de su misma edad, pero un poco más acabado por la vida. — Buenas noches –saludó con todo el encanto que me caracteriza, ganán