¡Advertencia de inicio!
Contenido +18. Esta historia contiene material vulgar, ofensivo, explícito y para adultos.
No me hago responsable por las mentes traumadas o los malos entendidos.
Dicho esto, a leer.
Prólogo
Pov Sara
—¿Es normal empezar diciendo que tengo 17 años? Me llamo Sara Poezyn, soy alta con una tez blanca, cabello cenizo lacio y ojos azul profundo; antes vivía en Texas, pero actualmente me mudé a este estado, California. Y como ya saben, vida en otro lado es sinónimo a vida nueva, instituto nuevo, nuevos amigos, locuras y todo lo demás, pero no, yo no soy así; soy más pacífica, estudiosa, no hago amigos porque siento que es una perdida de tiempo y Dios me libre de todas las atrosidades de los locos adolescentes hoy en día. De cierta forma puedo llegar a decir que soy una vieja atrapada en el cuerpo de una joven, y sí, soy la típica Nerd, pero me agrada serlo—suspiro—aunque todo en esta ciudad esté bien, hay algo que no me deja dormir, algo que se que él oculta. Esos ojos, esa mirada, esas señales, ese modo de hablar, recuerdo mi última vez en el bosque y como olvidarla si de repente al frente mío había un lobo oscuro como la noche de tres metros con unos ojos amarillos que brillaban en la oscuridad y de la nada se fue y llego él—rasco mi cabeza—quiero entender que pasa, pero cada vez que doy un paso cercano entiendo menos a lo que me enfrento.
Pov Wade
—Yo soy, Wade Dhall. Empresario y dueño de la empresa número uno en California. Me describo como: lindo, seductor, arrogante, millonario y desgraciadamente mujeriego, pero claro todo eso tiene una explicación. No me importa pasar por encima de los demás para conseguir lo que quiero, pero tengo secretos y defectos que afectan a mi vida si ella es humana y no entendiera sobre mí; yo no soy para ella, aunque la diosa de la luna asi lo destinó. Mis deberes son grandes y ella me dará más, pero tengo la necesidad de mirarla, vigilarla, tenerla cerca, su olor, su mirada, simplemente todo me atrae y ya no sé que decidir.
¿Que Pasará entre nosotros?
...
Capítulo unoPov SaraY aquí estoy.A miles de kilómetros de Texas, sin amigos, sin muebles, sin mis cosas, la casa en la que estoy de pie, está vacía, sin nada, solo las paredes de color chocolate oscuro que le dan un toque melancólico.A pesar de ser una casa mansión se siente que debería ser usada por una familia numerosa no por dos personas que salieron del calvario que vivían.Mi madre debe haber pedido algun préstamo porque los ahorros de su vida no sirven para semejante caserón, o algun conocido debió haberle dado algo a cambio de sus servicios. Observo mi alrededor sin entender ¿Por qué tan grande? ¿Por qué aquí en California?Este será el comienzo de una nueva vida.—Sara, llegaron los camiones, puedes des
Capítulo dos—Lo siento, Elizabeth—me apresuró a decir y aspiro nuevamente —Eso huele delicioso y mi estómago está más pegado que las veces que teníamos que esperar a las doce un veinticuatro de diciembre—digo agitada y emocionada por comer algo.—Si, sabía que tenías hambre por el amor a Dios, pero no tenías que entrar así, me asustaste pendejita—camina hacia a mí y toca mi nariz en una pequeña caricia con su dedo índice.—Bueno Elizabeth, sirve la comida que tu hija tiene hambre—mando con voz autoritaria, aunque sé que esto le jode un chingo.&nb
Capítulo tres—MAMÁ, AYÚDAME POR FAVOR — me asomo por la puerta de la habitación.—Ya voy. Estoy colocandome perfume—escucho su voz lejos y suspiro resignada.Está lejos, muy lejos de mí.Aunque viéndole el lado positivo, cuando ella tenga sus cosas privadas, no escucharé sus gritos cerca.Oigo sus tacones resonar, observo atenta la puerta hasta que ella aparece dejándome verla con un vestido azul rey suelto hasta las rodillas y zapatos de tacones negros mate, su maquillaje es sutil y seductor y su cabello suelto que cae en ondas por sus hombros.Ella si que está elegante.—Pero mira que hermosa estás, Sara—se posiciona detrás mío, giro mi cabeza un poco y planta un beso sobre mi meji
Capítulo cuatro—Sara, ¿me acompañas? —me tiende su brazo izquierdo sacándome de mis pensamientos y con todo el miedo del mundo lo toco.Este hombre me pone los pelos de punta.—Bien, vamonos—sonríe para mí. Agradezco que no me pida la mano, debo admitir que me sudan como puerco.Que asqueroso.Caminamos detrás de los tortolos, Wade cierra al salir y su mano toma la mía en acto rápido y seguro. Giro mi cabeza en dirección a él; luce tan intimidante, posesivo, fuerte.
Capítulo cincoA pesar de que se llama La Antorcha, lo que tengo a mi vista no le queda al nombre rústico. Volteo a ver a Wade quien me observa expectante con sus manos en los bolsillos.—¿Te gusta? —sonrió.—Como no me va a gustar, esto es jodidamente impresionante—volteo atónita—Discúlpame, es que nunca he estado en un restaurante.Sonríe—Claro, pero ven, siéntate— saca la silla de madera con delicadeza, hago caso a su petición y me asiento.—En serio, discúlpame—observo su atractivo rostro mientras él me mira divertido.—No te preocupes, Sara, yo digo cosas como esas todos los días, aun que no lo creas soy muy mal educado.Por sus ojos pasa una pizca de
Capítulo seisMi vista busca el carro de los tortolos y rápidamente doy con el, pero hay algo extraño, el carro se mueve mucho.Por favor que no sea lo que estoy pensando.Camino hacia ellos y observo tras la ventana de copiloto donde me encuentro a una muy sonrojada Elizabeth junto a un Matías algo normal, pero con los labios hinchados. Toco la ventana y automáticamente sus ojos viajan a mí, Matías abre la ventana escucho el que paso de mi mamá.—¿Puedo venir con ustedes?—pongo mi mejor sonrisa. En estos caso es lo mejor, además de que quiero, no, no quiero, necesito que me lleven con ellos.—Matías, entonces ¿qué dirás?—mi madre me mira con mala cara, pero ahora es lo que menos importa, la cuestión es no irme con Wade. Giro hacia las puertas del restaurante y
Capítulo siete¿Alguna vez han dormido en una cama grande, amplia y suave, con sábanas de lino y colcha para el frío?Pues así es donde yo estoy acostada, pero a pesar de haber dormido mucho tiempo, siento que necesito algo y ese algo es un peluche.Abro mis ojos de par en par, me levanto y camino hacia la puerta, tomó el pomo de esta y escucho un ruido estruendoso en dirección al baño. Mi corazón late rápidamente y la idea de que un fantasma ronde por el cuarto me pone la piel de gallina; abro la puerta cuidadosamente y salgo corriendo por los pasillos hasta llegar a las escaleras, bajo como alma que lleva el diablo y tranquilizo mi agitado corazón.Siento que me va a dar un paro cardíaco.Levanto la mirada. Ahora lo único que me calmara es un poco de comida.
Capítulo ocho—¿Qué te asustó mi niña? —Elizabeth hace acto de presencia y me refugio en sus brazos.Suspiro de miedo—Ahí... Ahí hay alguien—señalo el lado izquierdo de la cama y Matías se relaja.—Es solo el Alp... Wade—suelto a mi madre y abro mis ojos tanto como puedo.¿Escuché bien?Wade, aquí.—¡¡¡¿AQUÍ?!!! —grito tan fuerte que todos se tapan los oídos. Escucho voces detrás de nosotros y veo a la señora que ví dormida junto a una jóven más jóven.No mira , una joven vieja.Cállate, enfócate en lo que pasa.Bien.&nbs