Siento como toma mi labio inferior y lo muerde, en mí se forma otra sonrisa aun más grande—Solo cuando amo mis cosas.
Él me levanta y yo enredo mis piernas en su cuerpo, aun caminando me sigue besando y me deposita en la cama que tiene ese rico olor a lavanda, característico de él.
Se inclina hacia mí y da un último beso —Como quisiera lo siguiente, pero ahora me tiene que revisar un doctor o estaré mal luego—observo como quita su camisa y el arañazo proporcionado por el idiota de el señor Alcibíades sigue ahí ahora más infectado y rojo.
Me levanto e inspecciono su herida—No es algo casi grave porque no se ve profunda, pero debes hacer que venga un doctor para que diga las cosas que debes hacer para que sanes rápido y no te quede cicatriz.
—Que buena
Capítulo cincuenta y nueveAdvertencia: Contenido +18.{Este capítulo puede contener material vulgar y/u desagradable para algunas personas [cuando veas esta señal (****) detente y no continúes leyendo]. No me hago responsable por las mentes traumadas}.Capítulo veintiochoAsustada me quito de abajo suyo y le doy un último beso en su mejilla—Quiero irme y ver como estan todos, mamá y la manada —por sus ojos pasa un destello amarillo.Se levanta de la cama—Ve a bañarte—me señala una puerta detrás de él —yo iré a dar las gracias al alpha por su alojamiento y ayuda a rescatarte —camina a la puerta y le lanzo una franela blanca.—No quiero que nadie te vea Ricky Ricón esculpido—niega sonriendo y se la pone, sale del cu
Capítulo sesentaNos separamos al escuchar una tos falsa y Wade me aprieta más a sus piernas para no pararme y golpear a la tipa—Disculpen que interrumpa, pero ya vamos a despegar y necesito que la señorita tome asiento en un lugar y abrochen sus cinturones —sin más se pierde detrás de la cabina de control.—Ojala se caiga—me levanto de las piernas del ricachón y rápidamente coloco todo en su lugar.De un momento a otro el avión empieza a moverse e ir tomando velocidad. Una de las cosas que me da enojo son las personas que suben a un avión y cuando este va a despegar se ponen histéricas; esto es lo más normal del mundo. Si el avión tienen una falla técnica y estas en medio de la nada te tocará morir, si igual, de ese día no pasarás.Miro por la ventana como
Capítulo sesenta y unoEl rico aroma de huevos revueltos y tocineta me despiertan y me levanto de golpe.Mala idea.Agarro mi cabeza tratando de hacer que el dolor se vaya, pero no es tan práctico.Me enfoco en donde estoy. Una cama gigante, un ventanal del tamaño de una pared con cortinas verdes, una puerta diferente en cada extremo y lo más peculiar: El techo pintado de blanco.Dirijo la vista a mi cuerpo y me encuentro con un pantalon gigante negro y una franela blanca.Esto es de Wade definitivamente... Pero, ¿por qué el avión cambió tanto?—Yo ire a verla te guste o no, es mi hija y por lo tanto soy tu suegra y no me lo puedes prohibir—junto mis cejas.Hasta la voz de mi madre estoy escuchando, miro todo a mi alrededor
Capítulo sesenta y dosEntro a la cocina y el olor a tocineta llega a mis fosas nasales haciendo estragos en mi paladar. Con cuidado y en extremo silencio destapo el sartén.Después de todo, ¿Dónde estará el ricachón?—Que hermosa—dejo caer la apa del susto y siento sus manos rodear mi cuerpo. Subo la mirada a su cuello y ahí veo mi marca.SPMe doy vuelta y apego mis brazos a su cintura —¿Mejor?Sonríe y da un beso corto en mis labios—¿No tienes hambre? —me suelta y recoge la tapa—Deberiamos almorzar fuera.Muerdo mis labios y me separo un poco de él alzando mis cejas —no es mala idea hasta que me acuerdo de los paparazzis, mis estudios, mi edad ante el mundo y todo lo demás.&n
Capítulo sesenta y tresUna puta.Se supone que soy una nerd, no una modelo con un vestido rojo pegado el cuerpo, unos zapatos de aguja y mis labios más rojos que cualquier otro rojo que pueda haber en la tierra.Definitivamente odiaré el rojo desde ahora.—Recuerden que le deben dar su nombre a la presentadora y luego esperar al mejor comprador —mi madre y yo nos levantamos de las sillas imitando a las modelos verdaderas—Que gane el mejor postor—una chica de facciones delicadas llega y nos guía hasta estar llegar al inicio de la tarima.No sé que es peor, si tener que enfrentarme a todas las miradas que me observarán como me muevo, o Natalia dos modelos adelante cuchicheando con otras rubias y mirándome a cada rato.—Ignora eso, clásico de tipas rubias
Capítulo sesenta y cuatroLo pierdo de vista y con cada paso nos acercamos a una camioneta negra de espejos oscuros—No tengas miedo, no muerdo preciosa —su aliento choca en mi cuello mandándome pequeños escalofríos a todo el cuerpo.—¿A dónde vamos? —uno de los tipos grandes abre la puerta trasera de la camioneta y no dudo en entrar.Por alguna extraña razón él me inspira confianza.—A cenar, ¿no puedo? —sube y cierran la puerta, lo único que nos alumbra en el auto son las luces del exterior que pasan por los vidrios polarizados, el auto se pone en marcha y un silencio reina en el interior—¿Por qué decidiste venir conmigo?—observo su rostro serio en cada momento.Suspiro—Yo soy un tanto diferentes a las chicas cuando tien
Capítulo sesenta y cincoCristales y aullidos desgarradores es lo que escucho desde hace tres horas aparte de un agotamiento en todo mi cuerpo.Pasos fuertes se escuchan por todo el lugar haciendo eco en mis oídos, de repente un dolor inmenso se instala en mi brazo izquierdo y no escucho más nada tratando de llegar a mí.Sara, es hora de que dejes de ser la damisela en peligro y muestres tu naturaleza.Me harté.Rompo la cadena que me tiene atados los pies y camino decidida hasta la puerta, de un solo golpe la abro y todos los que están luchando en el pasillo me miran sorprendidos.Sin ningun otro camino que tomar paso por todos ellos haciendo una fila de hombres a mis costados hasta llegar a la puerta que da al exterior.Ninguno se ha atrevido a tocarme y lo entiendo,
Capítulo sesenta y seisCierro mis ojos y me dejo llevar por la brisa fresca y el silencio, mis ojos se vuelven pesados y mi cuerpo se debilita poco a poco, mi madre me sacude y yo no respondo, todo lo siento muy lejano.Por lo poco que puedo ver llegamos a la carretera y hay diez chevrolet negros cuatro por cuatro estacionados, mi madre me hace bajar de ella y se transforma quedando desnuda a mi vista, abre una camioneta, saca una camisa negra y toma de una bolsa un frasco de alcohol y le tira.Corriendo hacia mí me la pone en la cara y reacciono por el fuerte olor a alcohol y lavanda que tiene la camisa.Sin duda es de Wade.—Que susto que me das siempre —ella se asienta a mi lado—No puedo creer que quieras a Matías, no te preocupes de seguro no te contesto porque estaba sorprendido igual que yo y sobre la manada, las perdi