Gimo, pero asiento de todas formas. Si voy a tener una relación sana con él, entonces necesito trabajar en mis problemas. Necesito resolverlos.

“Sé que este será un tema difícil, pero debes hablar de ello. Es la única manera de resolverlo”, hace una pausa y luego continúa. “La última vez que estuviste aquí hablaste de que te violaron, ¿alguna vez hablaste con alguien sobre esto?”.

Tomo una respiración profunda. Ya podía sentir que mi pánico aumentaba. El puño en mi pecho por la ansiedad. Esto siempre sucede cuando pienso en lo que me pasó. O cuando pienso en contárselo a alguien.

“No, nunca se lo he dicho a nadie”, respondo finalmente.

“¿Y por qué?”.

Realmente no quería hablar de que me violaron. No quería pensar en ello ni revivir esos recuerdos.

“Porque esos fueron mis momentos más oscuros. No quería revivir esos recuerdos, es mejor olvidar que me pasó algo así”.

“Pero no puedes olvidarlos, ¿verdad?”, preguntó. Su voz es amable y comprensiva.

Estaba al borde de las lágrimas.