La conexión que sentí con Darren me asustó porque ni siquiera sentí eso con Sebastian cuando nos conocimos. Había una atracción, pero no era fuerte. No sé si era porque Raya y yo estábamos destrozadas por dentro o porque Sebastian ya entregó su corazón y su alma a otra mujer.

“Eso es un comienzo y rezo para que sea el comienzo de algo grandioso para ambos porque, como dije, ambos merecen felicidad y amor”.

Pienso en lo que dijo. ¿Realmente merecía la felicidad? Según Raya, no.

A partir de ahí, preparamos el desayuno mientras charlábamos un poco. Ren quería que tuviéramos un día de chicas, pero no pensé que fuera una buena idea, dado que ella estaba a punto de tener a sus bebés pronto.

Mientras hablábamos, mi mente no podía evitar pensar en Darren. No mentiré, los sentimientos que él evocaba en mí me asustaban. Nunca he estado enamorada. Claro que he tenido enamoramientos aquí y allá, pero nada más allá de eso.

Darren me hacía querer cosas que no podía tener. Él hizo que los deseos