Capítulo 23

Ethan despertó poco tiempo después.

La fiebre había pasado, pero no se sentía dueño de su cuerpo. Era como si su consciencia estuviera despierta, pero no fuera capaz de tomar el control de sus extremidades y ponerlas en funcionamiento.

Aún así, miró hacia la entrada de la cueva y descubrió que Alaric continuaba vigilando, aunque se veía adormilado. Después, miró a su compañera que dormía aferrada a él, cualquier movimiento la despertaría, pero sin saber cómo, su mano se colocó frente a su rostro y una extraña fuerza escapó de sus dedos.

—Dormirás hasta que yo te despierte —susurró.

Era su propia voz la que escuchó, pero no sabía en qué momento lo había pronunciado porque por más que intentaba moverse, no lo lograba. Su cuerpo tenía vida propia y él no podía hacer nada por tomar el control.

Luchó para detenerse cuando apartó a Tala y ella continuó durmiendo como si nada. Sabía que le había hecho algo. Había visto suficiente magia como para saber que acababa de usarla.

«Por más que
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