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Capítulo tres.

Nigel Valverde.

Resulta que el bar estaba tan solo dos calles de mi casa. La fachada era oscura y había un gran letrero de neón que decía INFERNUM.

Entré y busqué a Lauren con la mirada. De fondo sonaba “Despacito” de Luis Fonsi y Daddy Yankee, tengo entendido que aquí el género que predomina es el reggaetón así que debo enfocarme en ello. A los lejos veo una chica alta, pelirroja atendiendo a un grupo de chicos, y un poco más atrás estaba ella atendiendo otra mesa. Tenía los ojos negros, el pelo castaño atado en una coleta, se movía con gracia que me sorprendió que nadie estuviera embobado mirándola. Me acerqué a la mesa que estaba atendiendo y me senté en la barra esperando que se desocupara.

—¿Qué te sirvo?— pregunta mientras se gira hacía a mi— oh, hola— se sonrojó— Qué genial verte. La verdad es que veía mi móvil a cada rato para ver si me habías escrito, pero que hayas venido es aún más increíble.— dejó de hablar y apartó la vista de mí, creo que se había dado cuenta de lo roja que se estaba poniendo a medida que hablaba.

—Hola. Creí conveniente venir en persona y bueno, ver el lugar dónde comenzaré a tocar— volvió a mirarme a los ojos. Se le notaba a kilómetros que estaba entusiasmada que haya aceptado su propuesta.

—¿Lo dices enserio?— preguntó con una sonrisa en su rostro.

Asentí y de pronto saltó a mis brazos. Me sorprendió pero reaccioné y le devolví el abrazo, su pelo olía a coco y sin poder evitarlo cerré los ojos mientras su fragancia me embriagaba. La canción que acababa de componer comenzó a sonar en mi mente. Unos segundos después se separó tan rápido que me dejó aturdido, probablemente se dio cuenta que estaba abrazando a un extraño que acababa de conocer hacía algunas horas como si abrazaba a alguien que conocía de toda la vida.

Cuando nos separamos, me dijo que esperara que iría a buscar a Nadia. Unos minutos después volvió acompañada de la pelirroja que había visto al entrar.

—Nadia, a pesar de tu poca fe en mí he encontrado al candidato perfecto que trabajará con nosotros desde mañana. Te presento a Nigel— le dijo Lauren a la pelirroja que ahora sé que se llama Nadia.

—Hola Nigel, soy Nadia, mejor amiga de esta y otra dueña del bar. Sonreí al escuchar que Nadia era la mejor amiga de Lauren.

—¿Cómo estás?— nos dimos dos besos— bueno, no tengo muy en claro que es lo que están buscando.

—Bueno— contestó Lauren— nosotras estábamos buscando alguien que pudiera tocar en directo. No sé si tienes canciones propias o solamente cantas canciones de otros artistas o tienes algún grupo.

—No— me puse más serio de lo que ya estaba— solo canto canciones de otros artistas. Toco la guitarra y otros instrumentos, puedo traer mi guitarra y hacer alguna versión en acústico, ¿les parece bien?.

Las dos mujeres que tengo frente a mí se dieron una mirada cómplice.

—Claro, eso sería extraordinario— Dijo Nadia— ¿crees que podrías hacer una prueba ahora? Tenemos una guitarra en el depósito, el guitarrista anterior lo había dejado.

—Sí, no hay problemas. ¿Alguna petición?.

—Cualquiera de Ángel MMonter— respondió rápidamente Lauren.

—Hmm— no podía cantar una de mis canciones Jasper me había aconsejado no hacerlo para evitar que me descubran. —Ya me habías oído cantar una canción de él, ¿Qué tal si toco alguna canción en inglés?.

—Claro, no hay problema. Tú eres el cantante.

—Perfecto. Lauren acompáñalo al depósito para que busque lo necesario— ordeno Nadia.

Seguí a Lauren a la parte trasera del bar donde estaba el depósito. Allí la música casi no llegaba y casi no había luz, entramos y la puerta se cerró de golpe causando que me asuste pero Lauren ni se inmutó, creo que está acostumbrada a eso porque al ver que me sobresalte comenzó a reírse. Tenia una risa tan angelical que haría lo que fuera por hacerla reír todo el día.

—Aquí está la guitarra, también hay butacas, altavoces, micrófonos, ¿necesitas algo más?— pregunta girándose hacía mí cuando estaba asomándome por su hombro para ver el lugar dónde estaba señalando.

Su respiración se mezclaba con la mía, me quedé completamente helado ante esa acción que olvidé por completo lo que había preguntado por lo que opté sonreírle mientras la observaba fijamente.

Lauren Santander. 

Cuando me giré para buscarlo lo encontré justo detrás de mí. Estaba tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaron, no respondió a mí pregunta en lugar de eso me dedicó una sonrisa y me observó fijamente. Nunca antes había visto unos ojos tan bonitos ni una sonrisa encantadoramente sexy.

—¿Qué?— susurró.

Me tenía hechizada y olvidé completamente de lo que estábamos hablando, de pronto la lámpara dejó de funcionar como de costumbre dejando el lugar totalmente a oscuras a excepción de la luz del bar.

—¡Rayos!— maldecí— espera aquí, yo lo arreglaré.

Unos minutos después ya había hecho que la lámpara funcione de nuevo, volví a buscarlo con la mirada desde la puerta. Nigel estaba donde lo había dejado pero con la diferencia de que ahora tiene la guitarra en sus manos verificando si las cuerdas estaban afinadas.

—¿Tocaras en el escenario del bar o prefieres tocar en otro lugar?— pregunté.

—Prefiero tocar en el escenario para que Nadia pueda verme. Ya te haré un concierto en privado bonita— dijo guiñándome el ojo y sonriendo de lado.

No supe que contestar, solo me limité a decir que yo llevaba la butaca.

Salimos del depósito no había tanta gente dentro del bar pero superaba la cantidad de otros días. Subí a dejar la butaca al escenario, luego Nigel subió, ajustó la guitarra, y el micrófono como si fuera todo un profesional. Afinó la guitarra y comenzó a tocarla.

Los clientes fueron guardando silencio poco a poco, miré a Nadia que estaba expectante. Los acordes de aquella canción me sonaban, pero cuando empezó a cantar me erizó la piel y puso mis pelos de punta.

  I found a love for me

Oh darling, just dive right in and follow my lead

Well, I found a girl, beautiful and sweet

Oh, I never knew you were the someone waiting for me

'Cause we were just kids when we fell in love

Not knowing what it was

I will not give you up this time

But darling, just kiss me slow, your heart is all I own

And in your eyes, you're holding mine

Baby, I'm dancing in the dark with you between my arms

Barefoot on the grass, listening to our favourite song

When you said you looked a mess, I whispered underneath my breath

But you heard it, darling, you look perfect tonight

El público estaba con la boca abierta y Nadia no pestañeaba, por un segundo temí por ella pero me imagino que no quería perderse ni un detalle. Su voz era perfecta y sabía transmitir cada palabra de la canción. Nigel recorría con la mirada a todas las personas que estaban dentro pero me daba la sensación de que aquella canción iba dedicada a mí.

Cuando terminó de cantar los aplausos y vítoreos fueron lo único que se escuchó en el local. Algunos pedían otra canción. Nadia se me acercó y susurró en mi oído.

—Es perfecto— a lo que yo asentí con una sonrisa.

Nigel bajo del escenario y se acercó a nosotras esperando que alguna de las dos hablara.

—Cantas extraordinariamente bien Nigel— halagó Nadia.— ¿te gustaría formar parte de infernum?. Mira, no te podemos pagar mucho, estaríamos hablando de actuar un par de noches cada semana por unos quinientos mil guaraníes más algunas propinas entre nosotras y Kevin quién es el otro camarero. Sé que es muy poco a comparación del gran talento que tienes, mereces mucho más que eso así que piénsalo por favor y dinos cualquier cosa estamos dispuesta a todo.

—Sí— respondió con simpleza— No tengo problemas tengo mucho tiempo libre así que sólo dígame cuando y aquí estaré, por otro lado me parece bien el pago.

Por alguna razón sentí que aceptaría, no importaba si le pagábamos menos él igual aceptaría. Nadia y el estrecharon la mano como forma de cerrar el negocio.

Después se la di yo y, lo noté indeciso de si debería darme la mano o no, finalmente me la dio. Al momento de que mi piel hizo contacto con la suya una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo pero eso no evitó que, por segunda vez tardó más en soltarme.

Nadia tosió falsamente y volvió a hablar.

—¿Entonces que te parece mañana sábado de ocho a diez de la noche?.

—Me parece perfecto. Vendré unos minutos antes para preparar todo y ya traeré mi propia guitarra, la otra está bien pero la mía es más especial— sonrió al decir eso— voy a dejar mi número de móvil por si tienen algún inconveniente o algún cambio de planes.

—Perfecto. ¿Quieres acompañarnos un rato más?— pregunté esperanzada.

—No, no puedo, lo siento mucho. Tengo cosas que hacer pero mañana nos vemos.

—Hasta mañana entonces— me despedí con una sonrisa y él se marchó.

—¡Diablos Lauren! Casi nos ahogaste con tu baba— habló Nadia detrás de mí asustándome, no me había dado cuenta que seguía mirando por dónde había salido Nigel.

—¿Qué? ¿De qué hablas mujer?— le dije en un tono ofendido.

—No te hagas Lau, te conozco perfectamente.

—Nadia no digas tonterías ¿sí?. Sabes perfectamente que vengo saliendo con Camilo desde hace tiempo. No sé que quieres lograr con ese comentario.

—Llevas tiempo saliendo con Camilo pero nunca le has dicho que sí a un cita a SOLAS— recalcó esa palabra— y no te he visto jamás con cara de boba enamorada mientras estabas con él pero con Nigel sí.

—Eh, pe…pero, tonterías, es que, bueno….

—Cuando tengas una respuesta me buscas— dijo y se alejó riendo.

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