Con una actitud visible de mal humor nos miró y se retiró hasta el lugar en donde anteriormente nos encontrábamos siendo seguido directamente por Mary, Yin clamó a William quien se supone ya llevaba un tiempo siendo su amigo y suponiendo que podía llegar a dar una explicación del porqué de su comportamiento lo cuestiono diciendo.
—¿Qué le pasa?
William solo se encogió de hombros y levanto sus manos al tiempo en el que llegaba a exclamar.
Iba corriendo a toda prisa ocultándome entre las copas de los árboles cuando al llegar a una pequeña zona que se encontraba a pocos minutos para un lobo claro de donde se hallaban los demás allí los vi y tras llegar a la cima de un abeto en donde me oculté entre su follaje los contemple, eran cientos de ellos, humanos y lobos congeniando de la forma más horrenda posible, asesinos, criminales, atroces seres cargados de deudas cobradas a precio de sangre tomadas por sus manos todos marchando enposde persecución y en el centro como cual rey resguardado se encontraba el peor de todos, Claus. No muy bien vi aquel rostro particularmente conocido para mí emití un aullido avisando de forma directa a los demás del peligro que se levantaba en su contra, tras los secuaces de Claus escucharme se colocar
—Yo era el joven al que hace algunos años atrás le salvaste la vida, el que encontraste herido cercano al campus universitario quien estaba desnutrido, decaído y temeroso, uno de los tantos huérfanos que ha dejado Claus a su paso. Sorprendido exclamé. —Maiyun, pero como puedes ser él,Selietdijo que te habían sacado de este lugar para poder salvar tu vida pues tu condición era muy delicada. Maiyunes uno de los tantos huérfanos que Claus había dejado a su paso, era el hijo me
Escuchar su respuesta me lleno de tranquilidad, todos estaban bien ahora ya no había nada por el momento que colocara sus vidas en peligro y eso era la mejor noticia para mí.La duda me carcomía pues no sabía la razón del porque el cuidador apelaba mi presenciacon tanta urgencia,llegue incluso a pesar que quizás había hecho algo malo, pero solamente podía resignarme a esperar y/o escuchar.En el centro sólo me encontraba yo y la luna la cual irradiaba su luz justamente sobre mi cuerpo, desde donde me encontraba podía ver como los lobos bajo el mandato del cuidador s
Uno de los ancianos quien permanecía oculto a mi vista a un costado nuestro completamente en silencio abriéndose paso, atravesó la brecha que se había formado entre los lobos y proclamo. —Trato echo cuidador, Ronan será entrenado, pero no por cualquiera de estos aquí presentes si no bajo mi tutela, pero te advierto no será nada fácil y lo que es peor una vez inicies no podrás retroceder. Sorprendido ante lo escuchado cuestione. —Y quien es usted anciano, no conozco nada de su persona.<
Mi vida en compañía suya se convirtió en caótica mente ruidosa,Ronanremovió toda la tranquilidad junto a la soledad que pudiera habitar en mí y la manipulo a su antojo haciendo que mi verdadero yo aflorara.De regreso a la cueva mientras me encontraba sentada sobre el suave lobo deRonanno podía dejar de observarle, su suave y peludo lomo es muy confortable es demasiado cómodo y fácilmente podría terminar quedándome dormida sobre él.A nuestra llegada n
Era esperable que sus palabras influyeran en mí y me dejarán con una perspectiva diferente de lo que significa la propia vida. No muy bien dijo aquello tras mostrar en sus labios la sonrisa más grande que podía ver reflejada en su rostro simplemente me soltó y se marchó. Durante todo aquel tiempoRonanhabía desaparecido no había dejado rastro alguno de él, pero la verdad no me iba a enfocar en buscarle sentía que más que querer compañía, el necesitaba estar solo y no soy quién para perturbar su mundo; yo por otro lado necesitaba tranquilidad así que la mejor opción para mí fue alejarme de aquel lugar y regresar al lugar donde mi vida cambio por primera vez del miedo a la valentía ´´el lago´´. Al escuchar aquello no pude evitar pensar la cantidad de veces que la luna se posó sobre la cornisa de la ventana y tuOonatan tuya y tan mía, intentaste decirme una y otra vez que allí estabas sola, angustiada y perdida entre la nada, luchando por hacerte sentir, porque te escucharan y sin embargo la única persona capaz de poder oírte se encontraba sorda ante tus lamentos. —Tengo miedo, si te digo que no estaría mintiendo, estoy aterrada. —A que le temes Hope. Ronany yo nos unimos en aquel inusual momento haciendo bromas y uno que otro chiste molestando a los demás, en algún punto de aquel encuentro el cuidador imagino lo tarde que era respecto al tiempo así que nos increpo diciendo. —Ustedes chiquillos lo mejor que pueden hacer ahora es irse a dormir, mañana tendremos que salir muy temprano para poder llegar a la carretera y que ustedes puedan regresar al campus universitario. Mary con cara de amargada expresó su disgusto.Último capítuloCapítulo XCII - En silencio aprendo a quererte
Capítulo XCIII - Sentimientos que surgen