Uno de los ancianos quien permanecía oculto a mi vista a un costado nuestro completamente en silencio abriéndose paso, atravesó la brecha que se había formado entre los lobos y proclamo.
—Trato echo cuidador, Ronan será entrenado, pero no por cualquiera de estos aquí presentes si no bajo mi tutela, pero te advierto no será nada fácil y lo que es peor una vez inicies no podrás retroceder.
Sorprendido ante lo escuchado cuestione.
—Y quien es usted anciano, no conozco nada de su persona. <
Mi vida en compañía suya se convirtió en caótica mente ruidosa,Ronanremovió toda la tranquilidad junto a la soledad que pudiera habitar en mí y la manipulo a su antojo haciendo que mi verdadero yo aflorara.De regreso a la cueva mientras me encontraba sentada sobre el suave lobo deRonanno podía dejar de observarle, su suave y peludo lomo es muy confortable es demasiado cómodo y fácilmente podría terminar quedándome dormida sobre él.A nuestra llegada n
Era esperable que sus palabras influyeran en mí y me dejarán con una perspectiva diferente de lo que significa la propia vida. No muy bien dijo aquello tras mostrar en sus labios la sonrisa más grande que podía ver reflejada en su rostro simplemente me soltó y se marchó. Durante todo aquel tiempoRonanhabía desaparecido no había dejado rastro alguno de él, pero la verdad no me iba a enfocar en buscarle sentía que más que querer compañía, el necesitaba estar solo y no soy quién para perturbar su mundo; yo por otro lado necesitaba tranquilidad así que la mejor opción para mí fue alejarme de aquel lugar y regresar al lugar donde mi vida cambio por primera vez del miedo a la valentía ´´el lago´´. Al escuchar aquello no pude evitar pensar la cantidad de veces que la luna se posó sobre la cornisa de la ventana y tuOonatan tuya y tan mía, intentaste decirme una y otra vez que allí estabas sola, angustiada y perdida entre la nada, luchando por hacerte sentir, porque te escucharan y sin embargo la única persona capaz de poder oírte se encontraba sorda ante tus lamentos. —Tengo miedo, si te digo que no estaría mintiendo, estoy aterrada. —A que le temes Hope. Ronany yo nos unimos en aquel inusual momento haciendo bromas y uno que otro chiste molestando a los demás, en algún punto de aquel encuentro el cuidador imagino lo tarde que era respecto al tiempo así que nos increpo diciendo. —Ustedes chiquillos lo mejor que pueden hacer ahora es irse a dormir, mañana tendremos que salir muy temprano para poder llegar a la carretera y que ustedes puedan regresar al campus universitario. Mary con cara de amargada expresó su disgusto. Todo lo que mis ojos vislumbraban a la salida de aquel lugar provocaba gran curiosidad en mí, cada árbol, cada arbusto, cada fragmento de aquella casa me hacía pensar fervientemente en la posible vida y/o experiencias de mi madre dentro de aquel bosque y me perdí completamente ante la curiosidad misma que infringía en mi cada una de las partes que conforma aquel lugar.Una sonrisa tonta e inocente afloro desde mis labios, era bastante evidente que a pesar del mal rato que habíamos vivido yo me sentía enteramente feliz de estar allí, era inequívocamente el sentimiento exacto de encajar completamente en algo como cual pieza de un rompecabezas, valla que aquel lugar lo sentía tan mío como las venas mismas que recorren mi cuerCapítulo XCII - En silencio aprendo a quererte
Capítulo XCIII - Sentimientos que surgen
Capítulo XCIV - No quiero decir adios
No puedo evitar concentrarme completamente en aquella imagen mía que se cierne ante aquel espejo, tras pensar algún tiempo lavo mis dientes y procuro cuidar cada espacio de mi dentadura, inmediatamente término entro a la ducha dejando caer de a poco aquel volumen de agua sobre mi cuerpo adolorido lavando así cada parte de él.No muy bien término de ducharme salgo de la regadera, me coloco una toalla para cubrir mi desnudez y nuevamente me dirijo hasta donde se encuentra aquel espejo.En la zona del lavado hay v
En su rostro se mostraba el hilo mismo de la duda y a pesar de ello, noquisoindagar más en aquel tema. —Necesitas algo tío Yin. —Necesitar como tal no, más bien vine a avisarte que William y Mary ya llegaron, los tres sabemos que tienes hambre pues ninguno hemos comido desde ayer así que vine a buscarte y no aceptare un no como respuesta. —No tengo hambre más bien quiero descansar, vallan ustedes. Dicho aquello me coloque de pie, me despedí de Yin y camine hombro con hombro conSeliet, yo por mi parte me encontraba sumamente nerviosa porque no sabía que era lo que me esperaba al llegar a aquel lugar. Salimos del parque, cruzamos hacia el otro lado de aquella calle que atraviesa el campus, subimos algunos escalones que conforman aquella no muy alta escalera y llegamos hasta el edificio principal, una vez allí nos dirigimos hasta la sala de reuniones donde se llevaría a cabo el consenso respecto a la situación de discordia presente entre Linda y yo. Último capítuloCapítulo XCVII - Linda y sus artimañas