Aquella carta había cambiado por completo la perspectiva de la vida que una vez ya en el bosque nos llegamos a plantear y al pensar que nuevamente nos tocaría abandonar una vez más esta tierra nos lleno de desconcierto.
Se nos hacia difícil creer las palabras que dentro de aquellas páginas se daban a conocer, reflejando a quien hacíamos culpable de todas nuestras desgracias como una victima más, algo no cuadraba sin dudas había una parte de la historia que todos desconocíamos y a lo que no le podíamos dar aun crédito alguno.
Exprese yo sorprendida al recapacitar respecto a tal asunto.<
Nuevamente trepe a ella y me acomode en su filo dejando tras una nueva oportunidad descolgados mis pies, la luna aun dejaba contemplar su brillo a pesar de que casi era hora de que se perdiese de mi vista en el horizonte, la neblina desde lo alto se dejaba ver blanca como algodón arropando todo a su paso el frío, era capaz de calar los huesos, la temperatura nuevamente con la llegada de la luna había cambiado a conveniencia. Siempre se dice que en miedo de la soledad nuestros demonios se hacen escuchar y los míos no tardaron en hacer ruido al verme rodeada de completa soledad por primera vez desde que leí aquella carta a viva voz me encontraba dudando respecto a que si lo dicho por mi sería realmente lo correcto. Paso el tiempo, algunas horas fueron dejadas en el olvido
Yo soy Hope Deltori, hija única de Jhosep Deltori un panadero muerto tras recibir una supuesta bala perdida al momento de dirigirse hacia su auto cuando apenas había cumplido mis tres años, y Margaret Saints una costurera que desapareció cuando apenas tenía ocho meses de vida. Tras encontrarme huérfana en este mundo fui entregada a los brazos de mis abuelos Laura y Christián, quienes eran los padres de Margaret mi madre. Mis abuelos por alguna razón tras la muerte de mi padre no creyeron conveniente el irse del único lugar que conocían y era de esperarse, crecieron en esta hermosa ciudad tan próspera llamada Ebian y a la vez inusual o al menos así lo creía. Durante muchos años los tres vivimos en su casa la cual se encuentra perfectamente localizada en el centro de la ciudad, aunque ahora bien no eran ricos, pero sí vivían bastante acomodados como para tener una vida estable, por lo cual nunca me ha faltado nada. La vida en ella era bastante movida como en toda ciudad;
Antes de entrar a la ducha me dispuse a buscar un vestido para usar en tal ocasión y entre toda mi ropa encontré una prenda en color rojo en específico un vestido que me quedaba un poco más arriba de las rodillas. Ante todo, sabía ya de ante mano que sin dudas aquel era bastante cómodo porque me lo había probado con antelación, además de que me había pareció algo coqueto puesto que tenía el pecho un tanto descubierto para los ojos curiosos volviéndolo ideal para tal cita. Tal vestido era hermosísimo, por lo que sin dudas sabía que daría de que hablar entre los transeúntes una vez me observasen, aunque no me gusta ser para nada foco de atención, pero, aun así, decidí intentarlo por lo que tras poner tal pieza sobre la cama continue con mis preparativos. Una vez todo listo me dispuse entrar al cuarto de baño para refrescarme antes de partir, momento que también aproveche para lavar a la vez mi pelo y así una vez lista salí de la ducha, me coloqué un sostén junto a un bóxer de enc
No sé por qué, pero mi cuerpo se quedó helado mirando a aquel varón de porte tan firme y un sentimiento inquebrantable de angustia se apodero de mí. Aquel hombre camino en dirección nuestra, miro a los compañeros de Ronan y estos de forma automática abrieron paso, así que era evidente que era alguien muy importante. Inmediatamente se acercó aquel miró a Ronan fijamente a los ojos sin decir una palabra hasta que de la nada volteó su rostro rápidamente en direeción mía mientras se quedaba observándome, con la misma actitud aquel camino unos pocos pasos más hasta que se colocó completamente frente a mí. Aquel hombre exclamó. — Está usted bien señorita. Su voz era extrañamente cálida y mi cuerpo lo noto al instante. — Si, muchas gracias. — Lamento mucho la actitud que tuvo el patán de mi hijo — replico aquel de seguido. En mi mente se repitió la palabra hijo y realmente no podía creer que estos dos tuvieran un lazo consanguíneo presente, por lo
Durante toda mi vida desde que tengo conocimiento residí en Alemania era mi lugar ideal, mis amigos, la escuela, todo lo que me gustaba junto con todos mis sueños se encontraban allá, hasta que el estúpido de Claus mi padre decidió que era para el conveniente que regresara a Ebian ciudad en la que el reside y en donde se supone el nació. Y yo Ronan Ricci lobo al fin de su manada no tuve más opción que aceptar en tanto obedecer su mandato. Lamentablemente yo no conozco a mi madre o si lo hice alguna vez no la recuerdo, me pesa todo mi ser al no tenerla conmigo, pero no hay nada que yo pueda hacer para cambiar la situación. Mi padre incluso en eso me ha limitado, pues ni una sola foto tengo de quien me trajo a este mundo. Claus me dijo en una ocasión que pregunte por ella tras cuestionarle el hecho de no verla que mi madre le fue infiel y desapareció con su amante por lo que es por eso que de ella no conserva absolutamente nada. Gracias a eso quiero pensar que a pesar de todo
La mañana del lunes se hace presente tras vivir un domingo sumamente caótico y la luz del sol que posa sus rayos en mi rostro a través de la ventada, le da la bienvenida a mi consciencia. Pensé durante la noche anterior que al dormir iba a poder descansar y si valla que dormí de seguido, pero la palabra descansar no formo parte de ello, estuve teniendo pesadillas durante toda la noche cosa que nunca solía tener ya los ojos que vi en la noche se repitieron una y otra vez dentro de mis sueños. Realmente estaba intranquila, aquello me había asustado bastante, pensé que como ya iba a entrar a la universidad y estaría lejos de casa un tiempo todo cambiaria para bien por lo que aquello lo terminaría olvidando. Toc, toc, toc... se escucha el sonido hueco y rítmico de unos nudillos contra la puerta. — Puedo pasar — se escucha una voz decir. Inmediatamente conteste. — Si, adelante. — ¿Cómo estas pequeña? Quien se asomaba era el abuelo, durante toda la noche se le
Durante el recorrido hasta el campus no pude evitar derramar una que otra lagrima de nostalgia, pero fue fácil volver a mis sentidos pues algo me decía que de alguna u otra manera todo estaría bien, que debía seguir hacia adelante. Sali de casa a eso de las una y cinco de la tarde tras despedirme de quienes han sido mi mejor compañía a lo largo de estos años y llegue hasta el campus a las una y treinta y cinco de la tarde ya que para aquel momento se había formado una gran conmoción por la llegada de los estudiantes de primer año en plena avenida, junto con los de último año quienes los esperaban para darles la bienvenida así en más ayudarles a ubicarlos. La entrada estaba repleta de autos tanto entrando como saliendo aquello era una completa locura. Por lo general los estudiantes de nuevo ingreso suelen ser divididos por áreas de formación por lo cual es a veces complicado que los estudiantes convivan con los de otras áreas fuera de la cual ellos estudian. Aun así, entre
Existiendo tanta gente en este mundo me pregunto una y otra vez cómo era posible que me encontrara con él de nuevo, esto tenía el semblante de ser una pésima pesadilla y una muy pesada. — ¿Qué...? pensabas que no te reconocería. El rostro de Ronan se tornó serio y a la vez en su cara se dibujó una mueca que hacía ver su rostro aún más malvado de lo que de por sí ya lo recordaba, velozmente aquel sujeto mi mano por la zona de la muñeca la misma con la que yo intentaba tomar la carpeta. Al momento sentí como aquel gradualmente cada vez apretaba más su agarre contra mí como si lo disfrutara enteramente por lo que grité. — Suéltame, no tienes derecho a tocarme. — No pequeña, valla que sí lo tengo y lo sabes. Al instante le interrumpí. — No lo tienes ni siquiera te conozco, te lo vuelvo a recalcar si ayer no lo entendiste o no te quedo claro, no me importa quien seas, ni de donde seas o de quien seas hijo, lo que pasó en el cine a cualquiera le puede ocurrir fue un