Después de comer, me marché de la casa de mis padres, subí a mi vehículo para volver al bufete, mientras conducía pensaba en qué respuesta le daría a Mark Harris, preguntandome porque mi madre nunca me dijo nada de sus escarceos, ya que siempre estuvimos muy unidas y de donde saco la informaron sobre la bebe que tuve ya que cuando nacio mi bebe, lo di en adopción sin que nadie lo supiera. Llegué al edificio donde estaba el bufete, dejando mi coche en el parking, subí al ascensor apreté el botón de la planta donde iba y nada más salir Lina mi secretaria se acercó a mi.
— Sofia tienes una visita en tu despacho, no he podido evitarlo lo siento — me dijo
— No te preocupes, tranquila ¿quién es? — pregunté
— El señor Harris — me dijo sorprendiéndome
Entre en mi despacho viendo a Mark Harris de pie mirando por los ventanales que había en mis despacho, deje mi bolso en el colgador y girándose él al escucharme entrar en mi despacho, nos quedamos mirándonos los dos a los ojos, dándome cuenta del brillo que tenían sus preciosos ojos verdes
— Esta mañana me dijo que yo tendría que llamarlo señor Harris, ¿no tiene paciencia? — le dije
— Necesito una respuesta suya urgente ¿se lo ha pensado ya señorita Lopez? – preguntó
— La verdad que no me ha dado mucho tiempo para decidirme — respondí sentándome en mi sillón poniendo mis brazos encima de mi mesa, con los dedos cruzados de mis manos
— Y yo tampoco tengo mucho tiempo Sofía y me supongo que después de dos años, querrá conocer a su hija — me dijo poniendo las manos encima de mi mesa acercando su cara a la mía
— Si acepto su proposición, supongo que habrá un contrato con condiciones — respondí
— El contrato lo tengo aquí mismo, puede leerlo y si está de acuerdo firmarlo. Mi abogado ha estipulado todas las condiciones, he quedado en su despacho con el para que le lea todas las cláusulas y podamos firmar — me dijo
— Perdone señor Harris, pero no necesito que ningún abogado me explique las cláusulas de un contrato ¿o se olvida que yo misma soy abogada? — le dije
— Su madre no pensó lo mismo cuando se acostaba con mi padre ¿verdad? — me respondió
— Mi madre es una señora respetable y lo que hiciera o dejara de hacer con su vida no me compite — contesté
— Esas son las condiciones señorita Lopez, lo toma o esta tarde mismo verá su foto en las revistas rosas, ¿que decide? — preguntó acercándose tanto a mi, quedando nuestras bocas a milímetros
— Váyase ahora mismo de mi despacho señor Harris a mi nadie me coacciona — respondí susurrando
— Tiene de tiempo hasta que empiece la imprenta a trabajar, una hora Señorita Lopez, una hora y ademas aqui le dejo los documentos para que los pueda leer tranquilamente— me susurro él también saliendo de mi despacho después
Me quede sentada en mi sillón del despacho viendo entrar en el a mi secretaria
— Sofia ¿te encuentras bien?
— No Lina, no me encuentro muy bien — respondí
— Sabes que si puedo ayudarte en algo
— Ya lo sé gracias, puedes retirarte
Estuve mirando el reloj de mi despacho cada cinco minutos, aunque agradecí que no me llamara ni volviera a mi oficina otra vez, viendo que no me concentraba en nada que estaba haciendo y el tiempo se iba acabando, decidí llamarlo yo y quedar con Mark en el club donde yo era socia, para hablar con él y tratar de disuadirlo de sus intenciones, me levanté de mi sillón, cogi el bolso del colgador y salí de mi despacho cerrando con llave
— Lina, cuando acabes lo que estés haciendo te puedes marchar, mañana nos veremos — le dije
Subí al ascensor y baje con él hasta el parking, salí del cubículo y subí a mi vehículo dirigiéndome al club donde solía ir, cuando llegue aparque, baje del coche y entré en el club acercándome a la barra del bar
— Hola Sofia cariño ¿que pronto has llegado hoy? aún no he visto a tu prometido — me dijo Aron el barman
— He quedado con un cliente aquí, ponme lo de siempre — le dije,
Me giré para ver a la gente que allí había viendo a Mark en una mesa que estaba apartada de la entrada, cogi mi bebida dirigiéndome hacia donde estaba mi enemigo.
— Pensaba que no me ibas a llamar — me dijo
— No he venido para que me haga carantoñas, quiero que recapacite su propuesta — contesté
— Señorita Lopez no me haga perder mi tiempo, con una sola llamada la imprenta se pondrá en marcha – dijo
— Por favor señor Harris, yo no tengo culpa de que —- no me dejo terminar la frase
— Mi madre se suicidó por culpa de la amante de mi padre, que da la casualidad que era su madre y nos dejó solos con mi padre a mi hermano y a mi siendo aún muy niños, Dígame sí o no — me dijo rotundo
— Acepto su proposición señor Harris, tengo que salvaguardar el nombre de mi familia — respondí
— ¿Trae la documentación que le deje en su despacho, firmada? — preguntó
— Firmada no, la tengo en mi portapapeles, pero enseguida se los firmo — respondí viéndole en su cara una sonrisa ladina
— Dígame una cosa, si tanto odia a mi familia ¿porque me ha elegido a mi?
— Ya lo sabrá Sofía, los hijos siempre pagamos los platos rotos de los padres como hizo usted con su hija, y follarme a una Lopez será todo un honor para mí, mañana iré a su oficina para que me firme el acta matrimonial, así de sencillo será nuestra boda, adiós — me dijo levantándose del sillón viendo como se marchaba del club
Me quede en el club sentada en unos de los sillones tomando mi bebida, cuando vi entrar a mi prometido abrazando a una mujer muy guapa, alta y rubia, todo distinto a lo que yo era, me levanté del sillón e intente pasar desapercibida, pero los ojos de Hugo y lo míos se cruzaron mirándome él serio, me acerque a ellos presentándome a la mujer que acompañaba a Hugo como su prometida, el bofetón que le dio a Hugo hizo estragos en su cara, pero yo no me quede mirando, le di otro bofetón, pero rompiéndole el labio. — Supongo que sabrás que hemos terminado — le dije tirando el anillo de compromiso que me regalo a su cara, marchandome del club Subí a mi coche dándome la risa tonta teniendo mis manos en el volante sin importarme la gente que me estaba mirando extrañada. Al día siguiente me desperté sobresaltada, porque acababa de tener una pesadilla con Mark Harris, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño, me quite el pijama metiéndome dentro de la ducha dejando caer el agua por mi
Empecé a revisar aquellos documentos, mientras el abogado de Harris me hablaba. — Quiero que sepa que el señor Harris irá a los tribunales si usted incupliera todas esas clausulas, ya que en esta reunión se van a tratar temas muy delicados relacionados con su vida privada, que podrían dañar la reputación de usted y de su familia, supongo que como abogada entenderá esa situación — me dijo — No entiendo por que se tiene que tratar sobre mi vida privada, el señor Harris me propuso casarme con él, pero mi vida privada seguirá siendo mía — le contesté —- Señorita Lopez, lo que trato de decirle es que, usted podrá ir a la cárcel si comparte con sus colegas o con su familia cualquier mínimo detalle de esta reunión o de los documentos que usted está a punto de firmar. Se han hecho varias copias, una para usted, para el señor Harris y los que vamos a estar presentes en esta reunión — me dijo Aunque el abogado me ofreció un bolígrafo para empezar a firmar aquellos documentos, por un momento
De pronto y sin mediar palabra a todos los que estábamos dentro del despacho Harris se levantó de la silla donde se encontraba sentado, cogio a su pequeña hija en brazos mirándonos la niña y yo, diciendome adios la pequeña con su pequeña mano, marchandose con su padre de aquel despacho, entrando Harris segundos después muy serio volviendo a sentarse en la silla donde antes estaba. — Sofia, aqui tengo los documentos que no son más que el contrato matrimonial — me dijo — Bien, firmemos y me marcho, ya no puedo perder más tiempo, como ya le he comentado yo tengo tambien trabajo en mi despacho — le dije — No tan deprisa Sofia, deje que mi abogado le diga las cláusulas del contrato y usted decida libremente si acepta o no, aunque si decide que no, la prensa rosa sabrá en unos días de usted — me dijo — Perdone señor Harris, pero esto parece más bien un chantaje que un matrimonio bajo contrato — respondí — Tómelo como quiera, pero son mis condiciones — me contestó Nos quedamos los dos m
La reunión con Mark Harris y sus abogados, me estaba resultando muy incómoda, sobre todo cuando me dijo las exigencias de la cama en este matrimonio por contrato, pero volver a ver a mi pequeña después de haberla abandonado cuando nació, me hizo comprender que si la quería otra vez en mi vida, debía de aceptar todas y cada una de las condiciones que me pusieran delante ese hombre, — ¿Y si no deseo tener relaciones con el señor Harris? dígame ¿qué pasará? — pregunte — Al firmar este contrato que tiene usted delante, exime a mi cliente de toda responsabilidad, en caso de que usted se sienta violada o abusada por el señor Harris aqui presente, el solamente le expresara su necesidad de practicar sexo con su esposa y usted estara obligada a no poner ninguna resistencia hacia su esposo — me dijo el abogado Me quedé mirando a Mark Harris, dándome cuenta de lo relajado que estaba en su gran sillón, como si todo lo que me estaba diciendo su abogado fuera de lo más natural — Que dice señor
No quedandome todavía conforme con todo lo que Mark Harris me dijo, hice otra pregunta que aún me preocupaba sin saber que el que iba a ser mi dueño cuando nos casaramos se iba a reir de mi — Supongo que cuando me quede embarazada será por inseminación ¿no? — pregunte, viendo como Harris me miraba riendo — No, ni lo pienses Sofia, creo que aun no lo tienes claro del todo, quiero tener sexo con mi esposa y en mi cama ¿entendido? — me dijo Harris — Esta bien si lo quiere así me lo tendré que pensar muy bien entonces, pero dígame qué pasa con sus amantes, no consentire ninguna infidelidad por su parte y que me pueda producir alguna enfermedad en mi cuerpo, como ve yo tambien quiero ciertas condiciones — respondí —- Y veo bien que ponga sus condiciones, pero si algun dia tengo un desliz con una de mis amantes, sere muy discreto y por supuesto soy muy precavido en cuestión de enfermedades de transmisión sexual Sofia, aqui no se cuestiona lo que yo pueda o no pueda hacer, se cuestiona lo
Dos horas después de que yo llegara a la casa de mis padres, llego mi padre muy contento, entró en el salón donde estábamos sentadas en el sofá mi madre y yo fijándose mi padre en que las dos estábamos muy serias, me dio un beso en la cabeza sentandose al lado nuestro en el sofa— ¿Pasa algo cariño? parece por vuestros rostros que hayáis venido de un funeral — nos dijo mi padreComo pude y aunque alguna lagrima broto de mis ojos, le conte a mi padre lo mismo que le dije a mi madre, solo que él, se levantó de pronto del sofá muy enfadado, se acercó al mueble bar poniendose en un vaso un poco de licor mientras miraba a mi madre.— ¿Con qué derecho viene ahora ese payaso a decirle a mi pequeña lo que tiene que hacer?, además Sofía hija puedes tener más hijos, no tienes por que aguantar las amenazas de ese hombre — me dijo mi padre— Papa no se trata de amenazas, se trata de que nos hundiría a vosotros y a mí misma, y eso no lo puedo consentir, por vosotros y por mi — le dije a mi padre
La cena ya me estaba siendo algo incómoda, por pensar que después tendría que acompañar a Mark en su coche hasta su casa,y tener que dormir en un dormitorio que no era mío en una casa que aunque cuando nos casaramos seria tambien mia, por ahora solamente era de Mark Harris y sobre todo, tener que ponerme la misma ropa al dia siguiente, ya que con los nervios no me acordé de coger mi ropa de la casa de mis padres, pero Harris se quedó mirándome con una media sonrisa en sus rojos y carnosos labios, como si estuviera adivinando lo que yo estaba pensando en ese mismo momento.— Sofía mañana, tendremos que tutearnos delante de mi hija, te tendré que abrazar y besar, espero que no vaya a ser ningún inconveniente para ti ya que como sabes en dos dias seras mi esposa y eso es lo natural en un matrimonio — me dijo— Esta bien Mark, veo que no quieres sorpresas pero si incomodarme a mi — respondíMark soltó una fuerte carcajada mientras ponía un poco más de vino en nuestras copas— No quiero in
Ver así de vestido a Mark Harris, me dio la impresión de que ya estaba atada a un hombre que no conocía absolutamente nada pero tenía muy claro lo que quería, aunque que simplemente estábamos ya unidos por un contrato matrimonial, pero intente no pensar en eso, lo único que ahora estaba deseando era estar con mi hija, jugar con ella, que me conociera y conocerla yo, ya que cuando nació no me dejaron ni verla, llevandosela enseguida la matrona que me asistió en el parto, por orden de mis padres. Cuando entramos en el salon donde estaba mi hija, pude darme cuenta de cómo Mark tenía una media sonrisa en sus bonitos labios mirando a su hija, fijandome seguidamente en los peluches que había encima de la alfombra donde estaba mi pequeña, sin poder quitar mi mirada, notando como unas pequeñas lagrimas caían por mis mejillas— Cintia cariño, ¿te acuerdas de Sofía? — le pregunto Mark a su hijaPero la pequeña estaba entretenida con sus peluches— ¿No vas a decirle nada? ella está aquí para jug