Al día siguiente cuando me desperté, me revolví en la cama, estirando mis brazos sobre mi cabeza sintiendo la luz del día entrar por la ventana de mi dormitorio, escuche como golpeaba el agua en la ducha sabiendo que era mi esposo que estaba duchándose, Me levanté de la cama asomandome al dormitorio de mi hija primero, viendo como mi preciosa niña dormía en su camita, mientras yo sonreía orgullosa de ella, luego me marché al dormitorio de mi bebe, dándome cuenta de que ya empezaba a arremolinarse en su cuna. Entre el cuarto de baño de su dormitorio, me lave los pechos, secándose luego con una suave toalla que había, volviendo al dormitorio para cogerlo de su cuna, ya que empezaba a llorar para pedir su desayuno. Lo cogi de su cuna sentándome en el balancín, para darle de comer a mi bebe. cuando de pronto vi a mi esposo de pie en la puerta del dormitorio vestido solo con una toalla rodeando su cintura, mientras nos miraba a mi hijo y a mi. Mark se acercó a donde yo estaba sentada, acar
Me quedé mirando al suelo, apretando mis brazos contra mi pecho al sentir que Mark me descubrió haciéndome vulnerable y avergonzada, aunque no quería ni deseaba tener relaciones con mi esposo por lo que pasó en su despacho con Melisa — Lo … siento Mark — le dije con una débil voz sin atreverme a mirar a mi esposo — Entonces no vuelvas a tomarme por idiota, por favor — me exigio mi esposo Asentí, sin atreverme a hablar a mi marido —- Por suerte Sofía, hay muchas cosas que sí podemos hacer sin temer a que te quedes embarazada — me dijo como si estuviera riéndose de mí ya que en sus labios pude ver una maliciosa sonrisa Me hice hacia atrás chocando con la cama, mientras Mark y yo nos mirabamos a los ojos — Venga Sofia cariño, es una broma — me dijo Mark andando hacia donde yo estaba, acunando mi cuerpo entre sus brazos — No tiene gracia Mark — le dije —- Vale cielo, lo siento — me dijo poniendo sus dedos en mi barbilla, levantando mi cara para que lo mirara — ¿Serás paciente ento
Mark, siguio masajeando mis nalgas y mi pequeño agujero metiendo primero un dedo haciendome sentir algo de dolor, despues metio un segundo dedo mientras pellizcaba y estiraba mi dolorido pezon, cogiendome el brazo poniendo mi mano en mi sexo—- Venga hazlo —- me susurro en mi oídoCuando empecé a acariciarme mi sexo, senti como despacio y poco a poco, mi esposo iba introduciendo su miembro, sacandolo despues, volviendo a introducirlo hasta que al final, grite sintiendo toda su longitud dentro de mi moviendose mi esposo cada vez mas y mas fuerte, cogiendo mis caderas con sus manos para ayudarse a empujar, mientras salia y entraba dentro de mi embistiendo cada vez mas fuerte, poniendome mi espalda en su pecho, besando y lamiendo mi cuello, mientras sus dedos jugaban con mis pezones, tapandome mi boca con su boca, cuando los dos llegamos al climax, tumbandonos seguidamente en la cama, exhaustos y sin aliento, acunando mi cuerpo mi esposo en sus brazos sin salir aun de mi.— Ves, es una m
La noche casi pasó volando, comimos, hablamos y conocimos a más gente por lo menos yo, que había ido pocas veces con Mark a algún evento. Cuando estábamos con otras personas, levanté mis ojos buscando a mi marido, cruzando los dos nuestras miradas, lanzandole yo un beso viendo-como me sonreía con su bonita sonrisa, acercándose poco después mi marido hasta donde yo estaba rodeando mi cintura con sus brazos y me besaba en mi hombro desnudo o en mi mejilla. Aunque de vez en cuando me fijaba en cómo esa mujer Ava, le tocaba el brazo a William, que inclinaba el hombre su cabeza para escuchar lo de fuera que ella le murmuraba al oído, con una expresión indulgente en su cara. William se acercó a nosotros junto con su esposa poco después, para decirnos que nos esperaban al dia siguiente para almorzar, aunque Mark ya le había dicho que lo esperaba en su empresa, pense que seria gratitud lo que intentaban demostrarnos, pero yo no poda dejar a mi bebe solo mucho tiempo ya que su comida era yo.
Cuando me vi atrapada por mi marido, me quede mirando a sus preciosos ojos verdes, temiendo lo que despues sucedio, Mark cogio mis manos, ponendo mis brazos por detras de mi cuerpo, cogiendome los brazos con solo una mano duya, metio su otra mano por el corte que tenia mi vestido, arrancandomelas, acariciando mi sexo con sus dedos, haciendome gemir— Eresss mía ¿estendido? solamente mia y nada mas que yo puedo tocar tu cuerpo –me dijo– Ssofía ¿dime de quién eres? vamos dilo ¿a quien le pertenedes?— me dijo mientras seguia acariciando mi sexo— Mark soy tuya, eso ya lo sabes, pero deja que me vaya — le suplique Mark no me hizo ningun caso a mi suplica, puso sus manos en mis nalgas levantandome unos centimetros del suelo, notando la cabeza de su miembro en la entrada de mi sexo, ¿cuando se bajo la cremallera de su pantalon? pues la verdad es que no lo sé. De una certera embestida, se introdujo dentro de mi ser, moviéndose con desesperación, Arrancó la cinta de mi vestido que cruzaba mi
Después de aquella noche en la que mi marido se emborrachó y vómito en nuestro cuarto de baño, dándose un golpe en la cabeza haciéndose una profunda herida que tardó en dejar de sangrar, nuestras vidas cambiaron mucho, Mark estaba más tiempo en casa, salíamos a cenar los dos solos, dando largos paseos por Nueva York después, abrazados, nos amábamos en la cama, con deseo y pasión, hasta mi vida cambio ya que caí en la cama con un fuerte resfriado y ya no pude darle el pecho a mi hijo, ya que entre la fiebre alta que tenia y toda la medicacion que nuestro medico me receto, tuve que pasar de darle el pecho a mi hijo a darle biberones, cosa me cuando me recupere me dejo a mi un poco más de tiempo libre, ya que empecé a trabajar en el bufete, pero siempre con unos horarios donde compaginaba mi trabajo, con la de mi esposo y mis hijos. El día que mi pequeña cumplía sus cuatro añitos, Mark y yo nos cogimos unos días libres para preparar la fiesta de cumpleaños de nuestra pequeña Cintia. Jun
Despertar en París y con el hombre que amaba, fue una de las experiencias más majestuosas que la vida me dio, ya que después del cumpleaños de mi hija Cintia, mis padres se quedaron unos días en nuestra casa con los niños, para que mi esposo me pudiera dar esta magnífica sorpresa. Me desperté en la suite nupcial de aquel hotel, acariciando mi cara los rayos de sol que entraban por aquella pequeña terraza que había en la habitación y, entre los brazos de mi marido. Quise levantarme de la cama, cuando los brazos de Mark me rodearon mi cuerpo, sintiendo su cálido aliento en mi cuello— Buenos días señora Harris — me dijo viendo en sus bonitos labios una preciosa sonrisa, haciéndome reír como una tonta— Buenos días señor Harris — le conteste acercando mis labios a sus perfectos labios—- ¿Quieres que salgamos a pasear o prefieres quedarte todo el día en la habitación? .--- pregunto, poniendo su cuerpo encima de mi cuerpo, estando los dos desnudos— Nah, quiero conocer la ciudad del amor
Me llamo Sofia Lopez y soy socia de un Bufete de abogados muy importante de Nueva York, tengo veintiocho años, soy morena, el color de mis ojos son de color como la miel y me puedo enfrentar a cualquier caso dificil, menos el que un día aparecio en mi oficina sin avisar.— Sofía está fuera el señor Mark Harris, dice que necesita hablar contigo urgente — me dijo Lina mi secretaria— Mark Harris, no tengo ninguna cita con ese señor, ni se de quien se trata, dile que te pida una cita Lina, ahora mismo estoy muy ocupada — respondíLina se marchó de mi despacho, mientras que yo seguía preparando los documentos para el juicio que tenía en tres días, cuando de pronto escuche como le daban a la puerta de mi despacho un portazo. Mire hacia la puerta viendo como entraba un hombre my alto que vestia un traje muy caro, tez bronceada, pelo negro y unos ojos verdes como las propias esmeraldas.— Necesito que me atienda ahora — me dijo gritando— Perdone, pero atiendo con una cita previa, estoy muy