¡Gracias por leerme!
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ Entre caricias y chocolates ━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ Antes de despedirse, Enzo se acercó a su nieta. —¿Gia? —Dime, nono Él dio un suspiro, y Gia sonrió. Su nono siempre fue su héroe, su rey. Para ella, el hombre más sabio, no podía juzgarlo simplemente por querer ayudarla a su manera. Era cierto que se sintió de nuevo manipulada, pero las dos veces que lo había hecho, los resultados fueron mejores que los esperados. —Sé que te herí de nuevo —la voz del hombre mayor era baja—, lo siento. Esas eran las palabras que apaciguaban el corazón de Gia. —Nono… —Escucha… —le pidió—. A veces se me olvida que has crecido, que eres independiente, y que ahora eres una mujer casada. Prácticamente, no me necesitas y eso para mí no es fácil de aceptar. Gia sonrió, su abuelo era su adoración. —¿Cómo puedes decir eso? —no pudo evitar acercarse un poco más para abrazarlo—. Eres una de las personas más importante en mi vida, eres mi única familia. —Oh, cariño —negó Enzo con l
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ Entre caricias y chocolates ━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ El razonamiento en Gia, se perdió. Porque en ese momento solo importaba las olas de placer que estaban recorriendo su cuerpo, y que la hacían temblar de anticipación. El conocimiento de ese hecho, hizo que Santino se alejara un poco, hasta quedar a horcajadas sobre ella. Su mirada quedó fija en sus turgentes pechos, acarició cada uno suavemente con su dedo índice. —Esto es lo más hermoso que he visto —dijo con voz gutural en el instante que el pezón se hinchó y la aureola que se arrugó al contacto. Para Gia era una dulce tortura, porque necesitaba más. Él lo sabía, por eso amasó los sensibles globos, tomando su peso. Sus grandes manos los cubrían perfectamente. A ella no le quedó de otra que arquear su espalda, ofreciéndose más a él. —¡Oh, sí! —gimió Gia. —Mmm me gusta lo que veo —su voz estaba cargada de deseo—. Tenerte de esta forma es un regalo de los dioses romanos para mí. —San-ti… —pronunció su nombr
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ Entre caricias y chocolates ━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ —¡Te amo, Santino! El rostro de Santino resplandeció y cubrió sus labios con los suyos de nuevo, y los giró cambiando de posición, dejándola en ese momento sobre su pecho. —También te amo. Se quedaron unos minutos de esa manera, abrazados. Todavía envueltos en la burbuja de la pasión. —¿Sabes? —Santino rompió el silencio, jugando con un mechón de su cabello, dijo: —Tengo hambre. Gia soltó una carcajada. —Tendrás que pedir una pizza, porque no pienso cocinar. Aquella intimidad, ninguno la cambiaría por nada. —De acuerdo —Santino la movió de manera delicada, y se levantó, buscó un pantalón de chándal que estaba doblado en uno de los sillones frente a la cama y se lo puso—, voy por el móvil para hacer el pedido. —Me daré una ducha entonces. Minutos después, Gia iba caminando hasta la sala con un peine en una mano y su teléfono celular en la otra, chequeando el itinerario de su viaje. Se encontró a Santino
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ Entre caricias y chocolates ━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ CINCO MESES DESPUÉS… El ambiente estaba cargado de risas y alegría. En la sucursal principal de la cadena de restaurante L'amore è dolce, había un revuelo entre los empleados, y propietarios. Pues era la degustación del nuevo menú, se había invitado a críticos de la gastronomía nacional e internacional. A varios periodistas renombrados del país, tres influencers internacionales, y a amigos y allegados de la familia Greco Fontano. Se escuchaban en los pasillos los pasos del personal corriendo de un lado a otro. En la cocina, el resonar de los utensilios cuando caían en el fregadero. Los nonos Enzo y Alonzo dando órdenes a diestro y siniestro, la nona Nicoletta dándole un ojo a todos, para que no se escapara ningún detalle. Hubo un momento en el cual Santino les había propuesto que tomaran la mesa de la esquina y que juraran tómbola, porque lo tenían al borde de un colapso nervioso. Ese era un proyecto único y exc
Autopublicado por: ANGÉLICA PLAZA.Título: ENTRE CARICIAS Y CHOCOLATES.Idioma: Español.App: Disponible: BUENOVELA.Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamos públicos, a pesar de ser un borrador. Tampoco puedes hacer adaptaciones, ni traducciones de esta historia.Todos los derechos reservados bajo el código de registro: 2301233245472 ©.Está de más decir, que todos los personajes y los lugares en donde se desarrolla esta historia no existen, son completamente ficticios. Cualquier parecido a la realidad, o persona viva o muerta; es pura coincidencia. También recordarles que cada uno de estos capítulos ha sido escaneado por un programa anti-plagio, de alta calidad y excelentes reco
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Su corazón comenzó a latir fuertemente en el instante que el automóvil se estacionó frente a la iglesia, desde ahí podía ver el arco de rosas blancas. Respiró un par de veces, porque eso en ese instante le parecía demasiado exagerado. El Nono le apretó una de sus manos.—¿Estás lista? —le preguntó con una sonrisa tranquilizadora al ver su rostro. Las palabras estaban atoradas en la garganta de Gia. Por tanto, no pudo decir nada, solo asentir. —Este momento me ha hecho recordar a mi María —él dio un suspiro de nostalgia—. Lucía como tú —apretó de nuevo su mano—, toda una princesa…Fue cuando entonces ambos se echaron a reír y dijeron al unísono:—La princesa Gia.Lo cierto era que de esa etapa de nobleza le había quedado muy poco, pues había aprendido a la mala, lo que significaba la humildad. A la mente vino el recuerdo de la noche en que Santino le había pedido matrimonio, ella se las había arreglado para no darl
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Estados Unidos, NYTres años después… —Tienes un gran talento, Gia —fueron las palabras de Ernesto, el gran Chef en el hotel cinco estrellas en donde ella trabajaba.—Mil gracias —le dijo con una sonrisa, mientras continuaba decorando el pastel para la nieta del alcalde de la ciudad, que cumplía dieciséis años—, pero eres un exagerado. —¡No estoy mintiendo! —exclamó—. Por eso, te propuse para el cargo.—¿Qué cargo? —preguntó un tanto confundida.—Sí, para la vacante que está disponible.—No puedo creer lo que acabas de decir —el asombro estaba en cada una de sus palabras. Gia dejó de hacer lo que estaba haciendo, y puso los materiales encima de la mesa, lo miró expectante, sabía que estaba hablando seriamente. Por la forma en que tenía el ceño fruncido, y lo rígido de su rostro. —¿Por qué razón harías tal cosa? —se sacudió las manos—. No sabía que había una vacante disponible, ¿a quién le estás buscando reemplazo?
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Cinco horas y media más tarde, Gia se encontraba acomodándose en su asiento junto a la ventanilla, algo que no le gustaba. No sabía cómo iba a aguantar doce horas con treinta y cinco minutos de vuelo, para cubrir los siete mil ciento cuarenta kilómetros que la separaban de casa.Se acomodó la chaqueta, observó la oscuridad de la madrugada por el pequeño vidrio y luego bajó la persiana. Lo mejor era no darle mucha vuelta al asunto, pues el viaje era largo. Inclinó su asiento y cerró los ojos. Quería dormir, pero la incertidumbre de no saber en realidad el estado de salud de su abuelo se lo impedía. Respiró de manera profunda un par de veces, para calmarse un poco. Pero solo lo que hizo fue traer a su cabeza el recuerdo de su noche de bodas.—Eres la mujer que nunca esperé tener —susurró Santino, besando la cabeza de Gía.Por alguna razón extraña, él esperaba que ella dijera alguna cosa o que le hiciera sentir corresp