Tiempo presente.* final del flash back.El penthouse compartido de Aiden y Hendricks estaba decorado con globos y serpentinas de colores que aún recordaban la reciente celebración del cumpleaños número 25 de Hendricks. Los ecos de risas y música aún reverberaban en las paredes, pero la mayoría de los invitados ya se habían ido, dejando a los dos amigos en un ambiente íntimo y tranquilo.La luz suave de la lámpara iluminaba sus rostros, y la atmósfera estaba impregnada de una mezcla de alegría y nostalgia.Aiden recogía algunos vasos vacíos de la mesa cuando Hendricks se acercó, todavía vestido con su elegante camisa de celebración. Mientras ambos se movían por la habitación, Hendricks lo jala por el brazo y Aiden tropezó. En un intento de equilibrarse, empujó accidentalmente a Hendricks, quien a su vez perdió el equilibrio. Ambos cayeron al suelo en un torbellino de risas y cuerpos entrelazados.La caída fue rápida, pero el momento se alargó. Aiden miró a Hendricks a los ojos, y en u
La luz tenue de las lámparas y el suave tintineo de los vasos de vino vacíos llenaban el aire de la habitación de Hendricks.Aiden se apoyaba de la enorme cama, su largo cabello rubio platinado caía en suaves cascadas sobre su espalda, mientras su mirada seguía la figura de Hendricks, quien andaba descalzo, con los ojos ligeramente nublados después de la celebración.—Ven aquí, no tienes por qué temerAiden alzó la mano y, casi con timidez, tocó el rostro de Hendricks, sus dedos rozando su mejilla.Hendricks se quedó quieto, como si el más leve movimiento pudiera romper el encanto que parecía envolverlos.La mirada de Hendricks se suavizó, y sus labios esbozaron una sonrisa que parecía llenar toda la habitación. Lentamente, como temiendo que el momento se evaporara, se inclinó hacia Aiden una vez más. Esta vez, el beso fue más seguro, más consciente. Aiden respondió, y ambos se dejaron llevar, explorando el sentimiento que hasta entonces habían reprimido.—¡Espera!... me siento extrañ
—Dices que me detenga pero tú penë está así de duro...—Eso es porque lo estás tocando...pero duele realmente ahí abajo.—Mierda… siento que me cortaras el pene, relájate un poco— Hendricks lo besa en la mejilla. —Siento que moriré, no te muevas, por favor…por favor—le suplica Aiden con los ojos aguados y la voz entrecortada casi en un susurro. —Shhh…tranquilo, respira… déjame besarte, no me moveré hasta que me digas, cuando sientas que te acostumbras solo dime para continuar, veras como te vas sintiendo bien. Nos sentiremos muy bien. El agua que corría por las ventanas creaba un juego de luces en la habitación, y cada relámpago que iluminaba el cielo parecía sincronizarse con el ritmo acelerado de sus corazones. Hendricks se detuvo un momento, hasta que Aiden le diera la señar de seguir, en ese momento, Hendricks se queda contemplando a Aiden con una mezcla de amor y deseo. Luego, le tomó las manos y las colocó sobre su pecho, guiándolo para que Aiden pudiera sentir la aceleración
Con el primer rayo de sol colándose por la ventana, la noche de pasión se transformaba en un nuevo día lleno de promesas. Hendricks y Aiden se quedaron bajo las sábanas, disfrutando de la calidez de sus cuerpos, de la cercanía que les daba la fuerza para enfrentar todo lo que viniera. Juntos, sintiendo la eternidad en cada caricia, decididos a hacer de cada amanecer un encuentro memorable.El reloj marcaba las 7:00 am cuando Aiden y Hendricks despertaron, aún bajo las sábanas, envueltos en el cálido resplandor del amanecer. Hendricks, visiblemente feliz, resacado y un poco adolorido por los arañazos en su espalda y costillas, por la noche de pasión, se despertó perezosamente, mientras Aiden, con una sonrisa cómplice, contemplaba el comienzo de un nuevo día. Tras unos momentos de miradas y sonrisas silenciosas, ambos sabían que era hora de prepararse para otro día en el Splendido Mare, el elegante hotel donde ambos trabajaban y que se había convertido en su segundo hogar. —Tenemos qu
Aiden y Hendricks regresaron al penthouse, traen una calentura acumulada de todo el día, así que se van directo a la ducha entre besos y caricias. Luego terminaron en la cama la segunda ronda para volver a bañarse.Aún aturdido, Aiden se incorporó lentamente de la cama. Empezaba a acostumbrarse al tamaño sexuäl de su amante, pero aún así era difícil recibirlo estando lúcido.La pasión es palpable, tanto en sus ojos como en los de Hendricks, pero ninguno se apartaba del otro. Hendricks estaba a punto de hablar, cuando estaban más que cómodos para ver alguna película clásica en blanco y negro, pero entonces sonó el teléfono en la mesita de noche.—¿Qué...? ¿Quién podría ser a estas horas? —preguntó Hendricks, levantándose con torpeza para contestar.Aiden lo observó, sin saber cómo sentirse después de lo que acababa de pasar. Hendricks tomó el auricular, todavía tratando de estabilizar su mente después de hacer el amor dos veces con el chico que ama.—¿Sí? ¿Diga? —preguntó, un poco irri
Finalmente, Hendricks tomó aire y rompió el sello con cuidado. El papel suave crujió mientras lo desdoblaba, y las primeras palabras de April lo golpearon con una mezcla de nostalgia y confusión. A su lado, Aiden se mantuvo en silencio, respetando el espacio de Hendricks, pero sin dejarlo solo en ese momento.«Querido Hendricks,Si estás leyendo esto, es porque ya no estoy aquí me ha pasado algo grave, para contártelo yo misma.Nunca tuve el valor de decirte todo esto en persona, así que lo hago de la única manera en que puedo ahora, a través de estas palabras.Voy a ser honesta, algo que debí haber hecho desde el principio. Antes de conocerte, yo estaba enamorada de Aiden...»—Hendricks sintió cómo su corazón se detenía un instante, sus ojos recorriendo las líneas con una mezcla de incredulidad y dolor. No era algo que hubiera esperado leer. Sabía que April y Aiden habían tenido una amistad, pero nunca había sospechado que pudiera haber algo más en los sentimientos de ella. Así que c
Al siguiente día, Hendricks y Aiden decidieron que uno de ellos se quedaría con Lía hasta encontrar una niñera para atenderla. Aiden, quien tenía menos trabajo en la oficina, se quedaba con ella en el penthouse, ya que su trabajo lo podía hacer siempre que tuviera una computadora y conexión a internet.La noticia de la existencia de Lía, la hija de Hendricks, seguía fresca, y los dos mantenían en secreto su relación, sabiendo que los padres de Hendricks, aunque amorosos y respetuosos, eran conservadores. El peso de la paternidad caía sobre los hombros de Hendricks, y ahora debía dar el siguiente paso: presentar a Lía a sus padres y hermanas. Esperaba que no lo crucificaran por actuar tan descuidadamente.La cena estaba lista. En la gran mesa de madera ubicada en el jardín trasero de la villa familiar, todo era perfecto. El sol comenzaba a ponerse, cubriendo las aguas cristalinas de Portofino con un tono dorado. Los padres de Hendricks, Federico y Anusha, estaban emocionados de ver a
Aiden se rió, retrocediendo ligeramente.—Eso significa que no podemos hacer lo que estás pensando.Hendricks lo miró con incredulidad.—¿Por qué no?—Porque no es apropiado... estamos en casa ajena. Y además, está Lía cerca —agregó Aiden, intentando sonar lógico, aunque Hendricks solo veía una oportunidad para hacerle cosquillas.—¡Hendricks, para! —rio Aiden, retrocediendo hasta quedar atrapado entre la pared y el hombre que lo perseguía por la habitación.—No hasta que cambies de opinión —replicó Hendricks, con una sonrisa maliciosa mientras seguía su "ataque".Después de varios minutos de risas y correteos, Aiden finalmente se detuvo, tratando de recuperar el aliento.—Escucha... —dijo, aún con la risa en su voz—. Somos dos hombres, en casa de tus padres, con tu hija en la habitación de al lado. Por ahora, vamos a comportarnos, ¿sí?Hendricks lo miró con una mezcla de diversión y frustración.—Está bien, me has convencido... por ahora —dijo, rindiéndose finalmente y tumbándose en