—Dices que me detenga pero tú penë está así de duro...—Eso es porque lo estás tocando...pero duele realmente ahí abajo.—Mierda… siento que me cortaras el pene, relájate un poco— Hendricks lo besa en la mejilla. —Siento que moriré, no te muevas, por favor…por favor—le suplica Aiden con los ojos aguados y la voz entrecortada casi en un susurro. —Shhh…tranquilo, respira… déjame besarte, no me moveré hasta que me digas, cuando sientas que te acostumbras solo dime para continuar, veras como te vas sintiendo bien. Nos sentiremos muy bien. El agua que corría por las ventanas creaba un juego de luces en la habitación, y cada relámpago que iluminaba el cielo parecía sincronizarse con el ritmo acelerado de sus corazones. Hendricks se detuvo un momento, hasta que Aiden le diera la señar de seguir, en ese momento, Hendricks se queda contemplando a Aiden con una mezcla de amor y deseo. Luego, le tomó las manos y las colocó sobre su pecho, guiándolo para que Aiden pudiera sentir la aceleración
Con el primer rayo de sol colándose por la ventana, la noche de pasión se transformaba en un nuevo día lleno de promesas. Hendricks y Aiden se quedaron bajo las sábanas, disfrutando de la calidez de sus cuerpos, de la cercanía que les daba la fuerza para enfrentar todo lo que viniera. Juntos, sintiendo la eternidad en cada caricia, decididos a hacer de cada amanecer un encuentro memorable.El reloj marcaba las 7:00 am cuando Aiden y Hendricks despertaron, aún bajo las sábanas, envueltos en el cálido resplandor del amanecer. Hendricks, visiblemente feliz, resacado y un poco adolorido por los arañazos en su espalda y costillas, por la noche de pasión, se despertó perezosamente, mientras Aiden, con una sonrisa cómplice, contemplaba el comienzo de un nuevo día. Tras unos momentos de miradas y sonrisas silenciosas, ambos sabían que era hora de prepararse para otro día en el Splendido Mare, el elegante hotel donde ambos trabajaban y que se había convertido en su segundo hogar. —Tenemos qu
Aiden y Hendricks regresaron al penthouse, traen una calentura acumulada de todo el día, así que se van directo a la ducha entre besos y caricias. Luego terminaron en la cama la segunda ronda para volver a bañarse.Aún aturdido, Aiden se incorporó lentamente de la cama. Empezaba a acostumbrarse al tamaño sexuäl de su amante, pero aún así era difícil recibirlo estando lúcido.La pasión es palpable, tanto en sus ojos como en los de Hendricks, pero ninguno se apartaba del otro. Hendricks estaba a punto de hablar, cuando estaban más que cómodos para ver alguna película clásica en blanco y negro, pero entonces sonó el teléfono en la mesita de noche.—¿Qué...? ¿Quién podría ser a estas horas? —preguntó Hendricks, levantándose con torpeza para contestar.Aiden lo observó, sin saber cómo sentirse después de lo que acababa de pasar. Hendricks tomó el auricular, todavía tratando de estabilizar su mente después de hacer el amor dos veces con el chico que ama.—¿Sí? ¿Diga? —preguntó, un poco irri
Finalmente, Hendricks tomó aire y rompió el sello con cuidado. El papel suave crujió mientras lo desdoblaba, y las primeras palabras de April lo golpearon con una mezcla de nostalgia y confusión. A su lado, Aiden se mantuvo en silencio, respetando el espacio de Hendricks, pero sin dejarlo solo en ese momento.«Querido Hendricks,Si estás leyendo esto, es porque ya no estoy aquí me ha pasado algo grave, para contártelo yo misma.Nunca tuve el valor de decirte todo esto en persona, así que lo hago de la única manera en que puedo ahora, a través de estas palabras.Voy a ser honesta, algo que debí haber hecho desde el principio. Antes de conocerte, yo estaba enamorada de Aiden...»—Hendricks sintió cómo su corazón se detenía un instante, sus ojos recorriendo las líneas con una mezcla de incredulidad y dolor. No era algo que hubiera esperado leer. Sabía que April y Aiden habían tenido una amistad, pero nunca había sospechado que pudiera haber algo más en los sentimientos de ella. Así que c
Al siguiente día, Hendricks y Aiden decidieron que uno de ellos se quedaría con Lía hasta encontrar una niñera para atenderla. Aiden, quien tenía menos trabajo en la oficina, se quedaba con ella en el penthouse, ya que su trabajo lo podía hacer siempre que tuviera una computadora y conexión a internet.La noticia de la existencia de Lía, la hija de Hendricks, seguía fresca, y los dos mantenían en secreto su relación, sabiendo que los padres de Hendricks, aunque amorosos y respetuosos, eran conservadores. El peso de la paternidad caía sobre los hombros de Hendricks, y ahora debía dar el siguiente paso: presentar a Lía a sus padres y hermanas. Esperaba que no lo crucificaran por actuar tan descuidadamente.La cena estaba lista. En la gran mesa de madera ubicada en el jardín trasero de la villa familiar, todo era perfecto. El sol comenzaba a ponerse, cubriendo las aguas cristalinas de Portofino con un tono dorado. Los padres de Hendricks, Federico y Anusha, estaban emocionados de ver a
Aiden se rió, retrocediendo ligeramente.—Eso significa que no podemos hacer lo que estás pensando.Hendricks lo miró con incredulidad.—¿Por qué no?—Porque no es apropiado... estamos en casa ajena. Y además, está Lía cerca —agregó Aiden, intentando sonar lógico, aunque Hendricks solo veía una oportunidad para hacerle cosquillas.—¡Hendricks, para! —rio Aiden, retrocediendo hasta quedar atrapado entre la pared y el hombre que lo perseguía por la habitación.—No hasta que cambies de opinión —replicó Hendricks, con una sonrisa maliciosa mientras seguía su "ataque".Después de varios minutos de risas y correteos, Aiden finalmente se detuvo, tratando de recuperar el aliento.—Escucha... —dijo, aún con la risa en su voz—. Somos dos hombres, en casa de tus padres, con tu hija en la habitación de al lado. Por ahora, vamos a comportarnos, ¿sí?Hendricks lo miró con una mezcla de diversión y frustración.—Está bien, me has convencido... por ahora —dijo, rindiéndose finalmente y tumbándose en
Aiden y Hendrick regresaron al hotel junto a Lía al día siguiente.Los padres de Hendricks los despidieron y propusieron que vivan con ellos en la villa, ahí había todo lo que Hendricks necesitaría para criar bien a Lia. Además evitarían los comentarios dentro del hotel entre los empleados de porqué dos hombres solteros vive con una niña en el penthouse del hotel.El día se fue como humo, entre papeles, estrategias de trabajo, reportes de ventas y reuniones de última hora. Aiden se encontraba en una encrucijada, mientras se sentaba en el sofá del penthouse de Hendricks al final del dia, su corazón late con fuerza en su pecho. Hendricks con ayuda de una Niñera asignada, prepararon a Lía para dormir. Por alguna razón Aiden se pasó el día deseando a Hendricks, mientras lo veía trabajar.—No te duermas ahí, vete a la cama—le ordena Hendricks a Aiden, al entrar a la sala, el agradece a la niñera por sus servicios y la escolta hasta la puerta.Hendricks, al notar la inquietud de Aiden, se
La luz del Mediterráneo baña el Hotel Splendido Mare Belmond, la luz iluminan la fachada y los cuidados jardines que se extendían más allá de la ventana de la oficina de Hendricks y Aiden. Sin embargo, la mirada de Hendricks apenas los nota, atrapado entre los informes que revisaba y las preocupaciones que rondaban su mente: el futuro de Lía, la visita de los padres de Aiden a Italia y la presión de los suyos para que se mudara con Lía a la villa familiar.La puerta se abre suavemente, y Aiden entra con su habitual elegancia y esa presencia andrógina que siempre atraía miradas. Su largo cabello rubio platinado se mueve con cada paso, enmarcando su rostro de manera etérea. Llevaba una bandeja con dos tazas de café, algunos muffins y una sonrisa cálida en los labios.—Creo que esto podría ayudarte —dijo Aiden, colocando una taza frente a Hendricks—. Café de la casa, receta secreta de mi abuela.Hendricks levanta la mirada y esboza una leve sonrisa, pero sus pensamientos seguían anclado