Me acerco a la tarima de los juicios, donde ya están reunidos todos los miembros de la familia y la manada. El alfa y Rea están presentes, junto con el hermano del alfa, que nunca estuvo de acuerdo con la alianza con Morax. Puedo ver la tensión en el aire, y la curiosidad en los ojos de todos.La tarima de los juicios es un lugar sagrado para nuestra manada, donde se toman las decisiones más importantes y se resuelven los conflictos. Está rodeada de árboles altos y fuertes, y en el centro hay una plataforma de piedra donde se sienta el alfa o el líder de la manada.Me subo a la plataforma y miro a la multitud reunida. Puedo ver a todos los miembros de la familia, incluyendo al hermano del alfa, que me mira con una mezcla de curiosidad y desafío. También puedo ver a Morax, que está de pie en un lado de la tarima, con una sonrisa arrogante en su rostro.—Todos están reunidos —dice el alfa, acercándose a mí. —¿Qué vas a decirles, Venco?Me tomo un momento para mirar a la multitud, y lueg
Continúo mi viaje, visitando a todas las manadas de la región. Después de dejar atrás la manada de la que acabo de hablar con su líder, llego a la manada Luna Roja. Esta manada ha tenido un pasado complicado conmigo, ya que en la Primera Guerra, formaron una alianza con mi peor enemigo, Morax. Sin embargo, les di una oportunidad de redimirse, pero me traicionaron de la peor manera posible.Me acuerdo de cómo su líder había intentado matar a Ocaso, mi prometida, y cómo tuve que acabar con él para protegerla. Después de eso, dejé a un nuevo líder al mando de la manada, con la esperanza de que podrían cambiar y unirse a mí en mi lucha contra Morax.Pero ahora, al llegar a la manada Luna Roja, puedo sentir la tensión en el aire. Los lobos me miran con desconfianza, y puedo ver el miedo en sus ojos. Saben que yo soy el Alfa superior, y que he sido capaz de derrotar a su antiguo líder.Me acerco al líder actual de la manada, y puedo ver la incertidumbre en su mirada. Sé que tengo que ser cu
Mi piel anhela el contacto con la suya, y me muevo instintivamente para rodear su cuello con mis manos. Debo estirarme para alcanzar su boca, y cuando lo hago, siento un estremecimiento en todo mi cuerpo.—Espera amor, debemos ser precavidos—le digo mi corazón latiendo con fuerza.—No te preocupes, estoy aquí para ti —responde, su voz baja y suave.Me da un beso apasionado, y luego me empuja suavemente hacia la cama. El borde de mi vestido se sube, y su mirada se desvía hacia mi cuerpo. Me siento vulnerable y expuesta, y quiero escapar de esta sensación.—Contigo yo me siento muy segura—digo, mi voz apenas audible. —sinceramente sentir que estoy en casa, que aqui pertenezco y estar a tu lado es mi destino.Me mira con una intensidad que me hace sentir incómoda, y luego me toma en sus brazos y me besa con fuerza, como si quisiera protegerme de todo.—Te protegeré —me dice, su voz llena de emoción. —Te haré sentir segura. Me siento abrumada por la pasión que me rodea, y mi cuerpo respon
Abro los ojos sorprendiéndome al verlo como Eros, el Dios del olimpo. La atracción es inevitable, me sobrepasa y de rodillas entre mis piernas se quita la camisa. Mi pie se alza palpando su abdomen de acero. «Que barbaro» sus cuadros son duros como roca maldita sea. Me divierto acariciando con mis pies las líneas definidas de su abdomen mientras sus expresiones son una mezcla de seriedad y placer. Venco Sigue siento todo un misterio para mí, pero al parecer eso es lo que más me gusta de él, me cautiva como loca y quiero apartar los pensamientos confusos queriendo solo disfrutar del momento.Me encanta la sensación de su piel y sus músculos endurecidos mientras nos miramos con ganas de comernos, es que me siento arder, morir, calcinar, no sé, estamos que nos quémanos. confirmando así, que lo nuestro no es pecado, es licencia directo al infierno. se quita el pantalón dejando a mi vista el miembro duro, la punta húmeda y me remalo los labios con ganas de tenerlo en mi boca.Hunde la cam
Estoy acostada en la cama junto a Venco, disfrutando del silencio y la tranquilidad que ha seguido a la tormenta. La lluvia ha cesado, y el aire fresco que entra por la ventana es un bálsamo para mi cuerpo cansado. Puedo sentir la humedad que ha dejado la lluvia en el aire, y el piso parece fresco y limpio.—¿Cómo te fue con las manadas? —le pregunto, mi voz suave y curiosa. Venco se vuelve hacia mí, su mirada relajada y su sonrisa suave.—Tuve que hacer algunos ajustes —responde, su voz baja y reflexiva—. Pero creo que a partir de ahora, las cosas van a mejorar.Me inclino hacia él, mi ceño fruncido por la preocupación.—¿Crees que habrá más enfrentamientos? —le pregunto. Venco me mira a los ojos, su expresión confiada.—No lo creo —dice—. Han aprendido la lección, y con los nuevos términos que establecí, no creo que se atrevan a cometer el mismo error de nuevo.Asiento con la cabeza, sintiendo un poco de alivio.—Pero siempre hay que estar atento —digo, mi voz llena de prudencia—. N
—Estoy un poco nerviosa —digo—. No sé si estoy lista para esto.Mientras la cinta métrica se envuelve alrededor de mi cintura, me siento un poco incómoda. En verdad estoy muy nerviosa y mas porque Venco me pidió ir adelantando todo sin decirle nada a su madre.—¿Qué pasa, Ocaso? —pregunta Xylara, mi amiga y confidente—. ¿No estás segura de tu amor por Venco?—No es eso —respondo, sacudiendo la cabeza—. Es solo que... no sé, creo que es un momento muy rápido para realizar una boda. Después de todo lo que ha pasado, no sé si estoy lista para esto.Las medidas de mis hombros son las siguientes, con la cinta métrica colocada sobre mis hombros y ajustada con cuidado.—¿Crees que es demasiado pronto? —pregunta Xylara, su voz llena de curiosidad—. ¿O es que tienes dudas sobre Venco?—Ya te dije que no, amo a Venco con todas las fuerzas de mi corazón—insisto—. Es solo que... su madre perdió a su otro hijo hace poco, y no sé si es el momento adecuado para celebrar una boda.La cinta métrica se
La bofetada me toma por sorpresa y apenas soy consciente de lo que esta pasando y quien acaba de golpearme la cara.—Ocaso, ¿cómo puedes estar organizando una boda en este momento? —me pregunta, su tono de voz lleno de incredulidad—. Mi hijo, Morax, no lleva un mes de muerto. ¿Cómo puedes pensar en celebrar una unión cuando todavía estamos de luto por su pérdida?Me siento un poco defensiva, y mi voz se vuelve un poco más baja con los ojos llenos de lagrimas.—Anya, por favor, entiende —le digo—. No quiero ofenderte. Solo quiero seguir adelante y encontrar la felicidad de nuevo.Pero Anya no parece dispuesta a escuchar, me mira como nunca me había mirado desde que llegue a sus vidas.—¿Cómo puedes pedirme que te entienda cuando ustedes van a celebrar prácticamente la muerte de mi hijo? —me dice, su voz llena de amargura—. ¿No te importa que mi hijo haya muerto? ¿No te importa que su memoria aún esté fresca en nuestras mentes?Xylara intenta intervenir, poniendo una mano en el brazo de
Estoy sentada en mi habitación, mirando por la ventana con una expresión pensativa. Venco esta conmigo, sorprendido por lo que acabo de decirle, pero no dare mi brazo a torcer. De repente, escucho un suave golpe en la puerta y me levanto para abrir. Me encuentro con la madre de Venco, que luce un poco nerviosa y arrepentida.La madre de Venco, Anya se acerca a mí, sentándose en la cama donde estoy sentada, creando un espacio privado entre nosotros. Mientras tanto, me mira con ojos llenos de arrepentimiento, y comienzo a escuchar su explicación con atención.—Quiero que sepas que lo siento mucho —me explica, mirándome a los ojos—. No debí reaccionar de esa manera, sobre todo abofeteándote. Quiero que me perdones por mi reacción.Mi voz es suave y comprensiva, enfatizando la importancia de escuchar y entender su punto de vista. La madre de Venco me mira atentamente, asintiendo con la cabeza mientras absorbe cada palabra, comprendiendo la gravedad y la importancia de su disculpa.—No hay