Rodrigo
Me gusta lo que escucho. Es agradable, es suave, es… ¡agua!
Abro los ojos de golpe y trato de sentarme donde sea que esté. La habitación está en semipenumbra y me cuesta acostumbrarme, pero al menos reconozco que estoy en una cama y no en el suelo de algún galpón abandonado. Aunque la parte de estar casi desnudo no ayuda mucho.
Los primeros rayos de sol luchan por entrar a través de las cortinas de una ventana. Y yo recuerdo muy poco.
Fui a casa de Lizzie a parlamentar, jajaja como si estuviéramos en guerra. Vi a Aitana, me tomé una copa de vino y luego… luego…
—¡Esa bruja! —exclamo y a mi lado escucho un ronroneo.
Me giro y ahí está, la mujer de mis pesadillas, durmiendo apaciblemente abrazada a una almohada, con mi camisa puesta y en bragas. Mi amiguito despierta en menos de un segundo cuando veo
LizzieAfuera los árboles se ven de un verde precioso, el agua del lago parece un espejo y supongo que es el efecto de la primavera. Tiene el poder de hacer todo un poco más mágico, incluso a nosotros.Escucho el clic de la llave contra el metal y no me doy la vuelta, no quiero ver el momento exacto en que Rodrigo abandone mi vida para siempre. Me gustó esta pequeña fantasía, pero llega un momento en la vida en que uno simplemente tiene que aceptar que ha cometido un error y asumir las consecuencias. Y yo pagaré el mío muy caro.Es verdad lo que le dije a Rodrigo. No soy como él. no puedo forzarlo a hacer algo que no quiere, menos si ese «algo» es estar conmigo.Los labios me tiemblan cuando oigo el sonido de la puerta al cerrarse. Mis ojos se humedecen y ahogo un sollozo en el momento justo en el que escucho:—Te amo, Lizzie.Siento las l
RodrigoEmpecé contando esta historia hace meses. Empezó en el justo momento en el que llegó de vuelta a mi vida una mujer impresionante, que dejó de ser mi mujer ideal para convertirse en mi amor de carne y hueso, con todos sus defectos y virtudes, pero mía.Sé que no hemos sido justos el uno con el otro en la mayoría de las ocasiones, que nos hemos lastimado y mentido… y también sé que nos hemos amado más de lo que creímos imaginar.A fin de cuentas, como escritor, puedo dar fe de que la vida no es nada sin un poco de drama.Pasé dos años de mi vida buscando a una mujer, y me encontré a una Emperatriz. Ella pasó dos años huyendo del amor, y se encontró a un León. Y si alguien creyó que era buena idea enfrentar a un León con una Emperatriz… Bueno, asumo que ya se habrá
Rodrigo
Elízabeth Rodrigo Lizzie Rodrigo LizzieÚltimo capítuloCAPÍTULO 3. POR LO MENOS SAGRADO DE ESTE MUNDO
CAPÍTULO 4. PARA QUEDARSE...
CAPÍTULO 5. CON GARRAS Y DIENTES
CAPÍTULO 6. MÍA