Me quedé durante largos minutos viendo la acera desde la ventana. Parecía que podría derretirse con el calor que hacía. De repente pasaban algunas personas por el río. Se detenían a mirar las aguas y luego seguían su camino.
Se escucharon unos pasos arrastrados por las escaleras, y luego su voz me despertó.
—¿Dónde dejo esto jefa?
Volteé a verlo cargando varias cajas entre sus brazos y me levanté de mi silla.
—En la bodega. Todavía nos quedan de esas.
—Okey.
Sin más, las levantó otra vez y se fue por donde vino.
Abrí la foto que llegó a nuestro grupo donde aparecían Jack y Emma sonriendo, mostrando un bello anillo brillante en su dedo anular. Tuve que echarme aire con la mano para calmarme. Salté del sillón y corrí a la habitación donde estaba Ethan en el escritorio frente al computador. Me lancé encima de él rodeándolo con mis brazos para mostrarle la pantalla.—¡¿Lo viste?! —exclamé inquieto.Acomodó sus lentes y asintió con desinterés.—Al fin. —soltó, moviendo su mano para echarme de ahí y poder seguir trabajando.—¡¿Eso es todo?! ¡Se van a casar! —grité
—Nos invitaron a la boda de Emma.Alcé las cejas, apartando mi celular un segundo para mirarlo. Por alguna razón se veía feliz el maldito estúpido.—Supongo que con Jackson.—Claro que con Jack. —bufó, sentándose a mi lado en el sillón—. Con quién más.Lo miré unos segundos, sus ojos verdes se agrandaron en pregunta.—¿Con quién dejamos a Tom? —indagué.—Llevémoslo con nosotros.—No amor, mami quiere embriagarse.
¡EL milagro de Riverlight! ¡Jack Callen vuelve a la ciudad luego de su entrenamiento en Estados Unidos! ¡El boxeador de peso pesado está en el pic de su carrera profesional! ¡Rumores indican que podría continuar con oportunidad en el extranjero...—Apagué la radio con un suspiro. Cepillé mi cabello aún mojado y estiré con mis dedos la crema facial hidratante. El timbre de mi casa comenzaba a sonar otra vez. Me miré al espejo y estiré el cuello exhausta. Me levanté y busqué en mi closet una blusa para ponerme. —¡Emmaaaaaa! ¡Emmaaaaa! —escuchaba su voz gritar desde afuera.—Mierda. ¿Qué acaso está loco? Llamaré a la policía. —Me quejé en mi soledad. Caminé a paso rápido por el pasillo, M
—Jack...Sus ojos se volvieron pequeños al escuchar su nombre. Esperó a que dijese algo más, pero yo continuaba en shock. Bajó el ramo y pasó su mano por su nuca nervioso.—Felicidades. Por tu graduación. —Soltó. Abrí la boca esperando dejar salir algo, pero no era nada. Solo una mezcla de sentimientos desagradables que me revolvieron el estómago. Miré sus ojos y luego el hermoso ramo de flores que había entre sus dedos. Me acerqué un paso y él se enderezó nervioso.—¿Son para mi? —pregunté, apuntando las flores.—¡Sí, sí! —me las entregó con su mano tembla
A veces resulta más fácil admirar, querer y elogiar a otra persona que a nosotros mismos. Y es que mirar introspectivamente resulta tedioso y difícil de aceptar. Es un camino duro, pero cuando vas por él, te das cuenta de muchas cosas que antes parecían cegadas a tus ojos. La verdad es cruda, pero creo que es mejor vivir conociéndola.Saqué a pasear a Maya al río como cualquier otro sábado por la mañana. El sol comenzaba a calentar el pasto con su intensidad veraniega. Y fue delicioso sentirlo en mi piel mientras las demás personas dormían aún. Nada podía atormentar mi paz, hasta que Maya comenzó a golpearme el brazo con su cola. De repente una sombra tapó mi sol y me hizo abrir los ojos molesta. Cuando pude ver con claridad tuve que bajar la cabeza para evitar una desgracia. E
Escuchamos música fuerte y gritamos con las ventanas abiertas como si estuviésemos solos en el mundo. Después de lo de Jack, ninguno comentó algo más. Pero sabía que querían hacerlo, se notaba en sus rostros la indignación. Y lo entendía. Pero en ese momento queríamos olvidar todo, la familia, el pasado y las preocupaciones del futuro. Vivir el momento. Y eso hicimos el fin de semana, que se hizo bastante corto.—Emma, ¿Estás bien? —fue la pregunta que salió de la boca de Marc, al sentarse a mi lado en la toalla, mientras observábamos a Ethan lanzarse como un loco al agua, una y otra vez. Eran casi las 11, y seguíamos siendo los únicos en el lago. El sol calentaba amigablemente y la vegetación que nos rodeaba, nos brindaba todo tipo de cantos de aves. Mir&eac
La noche es joven y nosotros también. Terminamos bebiendo alcohol como nunca lo habíamos hecho juntos. Sobrepasamos todos los niveles de los cuales nos creíamos capaces. De repente todo nos importó una mierda y encontramos más diversión en nosotros mismos. En no hacer nada y reírnos sin sentido. Ethan sobre la mesa bailando me sorprendió mucho. Es más juguetón de lo que parece.—¡Por qué te sacas la camiseta Et! —gritó Marc mirándolo desde el sillón. Su amigo de lentes, (quien los había perdido por la casa al primer vaso) tomó la botella de ron y le dio un sorbo tambaleándose.—¡Pues porque después de esto tendré que ir a la universidad bro! ¡No podremos hacer estas cosa
Nunca hablamos deeso.De que se suponía que Ethan y Marc estaban enamorados de mí. Seguimos siendo amigos como siempre, y aún cuando Jack se fue, eso no cambió. Pero sí recuerdo una conversación que tuvimos en la azotea del instituto. Fue un pequeño momento en que Marc y yo nos quedamos solos, mientras Ethan iba al baño. Entonces me preguntó:—¿Lo vas a esperar?fue repentino. No habíamos hablado de eso, le había contado por mensaje lo que pasó a Ethan, y supuse que él le diría a Marc. Pero desde entonces nunca me lo mencionaron. Aún así entendí a qué se refería, y por su expresión que no le era fácil decirlo.—El me dijo que no lo hiciera. —fue todo lo que me salió. Marc asinti&