Ese día en especial, la iglesia se encuentra repleta, y los bancos de madera crujen bajo el peso de las personas que han acudido al servicio dominical, pero estos le recuerdan rápidamente Inna, porque siempre evitó la iglesia en las fechas que sabía estaría más concurridas. Y esa razón es simple, es porque la mitad el tiempo que se supone que los asistentes deben mantenerse en silencio para poder respetar el momento de oración, en realidad es utilizado por todos para hablar entre ellos, aun a estas alturas le parece increíble que ni siquiera eso puedan respetar.El murmullo se disipa rápidamente cuando Artem se coloca en el pulpito y comienza con su sermón. El sacerdote, vestido con su sotana blanca y dorada, se alza desde el púlpito, proyectando su voz con calma mientras habla sobre el amor al prójimo y la importancia de desprenderse de los bienes materiales.Inna se encuentra sentada hacia el centro del templo, y en ese momento se reprocha por hacerlo, al estar en esa posición se en
JsdLa atmósfera dentro del vehículo es ligeramente tensa y silenciosa. Dmitry se encuentra sentado en el asiento trasero junto a Vera, observando con atención cómo esta mantiene aquella breve pero intensa conversación telefónica con Lena. El tono frío y calculador que emplea la mujer le resulta impactante, especialmente viniendo de alguien que, hasta ahora, había mostrado una dulzura inquebrantable a lo largo de todos los años que tiene de conocerla. Aunque estaría mintiendo si dice que no se encuentra acostumbrado a lidiar con personas de carácter implacable, o que él mismo nunca ha llegado a actuar de aquella forma, también es cierto que son pocas las mujeres que ha llegado a ver que poseen un lado como ese.En el asiento delantero, Grigori y Arman también miran por el retrovisor, atentos a cada palabra y gesto que proviene de la mujer. Dmitry aparta la vista de Vera y la dirige momentáneamente hacia ellos, notando cómo el rostro de Grigori permanece inexpresivo mientras sus dedos
La estancia está iluminada con la tenue luz amarilla del atardecer, misma que parece darle un aire aún más tenso a la reunión. Sentado a la cabecera de la mesa principal, Arman se encuentra revisando con cuidado y por última vez las carpetas que Vera le había entregado días atrás. Cada página, cada documento, cada fotografía que se encuentra en esa carpeta se había analizado con un ojo clínico. De hecho es muy acertado el afirmar que en los últimos tres días, Arman no había hecho nada más que dedicar todas sus horas a esta tarea, asegurándose de que no quede ningún cabo suelto y de que cada papel y palabra están en el lugar que le corresponde. Frente a él, un vaso de agua permanece intacto, ignorado mientras sus dedos pasan las páginas. Por otro lado, Grigori se encuentra de pie junto a la ventana, su mirada analítica recorre cada espacio del exterior, casi como si este esperara que de un momento al otro algo o alguien llegara a interrumpir aquella reunión, es por eso que haciendo c
Anastasia permanece inmóvil frente al barandal de la terraza en la casa de Dimitri, mientras la brisa nocturna acaricia suavemente su rostro y hace danzar los mechones sueltos de su cabello. A esa hora de la madrugada, el cielo se muestra profundamente oscuro, tachonado de estrellas, extendiéndose como un vasto manto de incertidumbre sobre sus pensamientos. Sus brazos se encuentran cruzados en un intento ligero de encontrar un poco de calor, pero aun así, no logra evitar los escalofríos que recorren su cuerpo, Tal vez es debido a que sabe que el frío no es solo por la brisa que la acaricia.De pronto, unas manos cálidas se posan sobre las suyas, y no pasa mucho para que pueda adivinar de quién se trata simplemente por su fragancia. Dmitry, con su característico andar silencioso, se ha colocado tras ella, envolviéndola con su abrazo fuerte y protector. Su voz profunda y serena la alcanza como un susurro que danza en el viento.—Deberías dormir un poco. Es tarde— son sus suaves palabras
En el momento que el motor del auto se detiene con un ronroneo profundo, el silencio que lo sigue parece envolver todo a su alrededor. Buscando llamar todas sus emociones a la calma, Anastasia permanece sentada en el auto por unos minutos más.Sus dedos tensos se aferran con fuerza al volante, mientras que ojos se fijan en la majestuosa figura de la hacienda. Después de tantos años, la Romanovskaya se alza frente a ella, imponente, atrapante, pero lamentablemente desprovista del brillo de antaño. La fachada, que en su niñez solía irradiar vida, ahora le devuelve una imagen fría, gris y carente de cualquier rastro de la calidez que alguna vez definió aquella casa como un hogar.Mientras los segundos pasan, puedes sentir como la sensación de opresión en su pecho, crece a pasos agigantados, es por ello que aún no se atreve a entrar, pues si no logra controlarse correctamente, sabe que todo terminará siendo un desastre, y justo ahora se encuentra en un momento donde no puede permitirse f
El eco de los presurosos pasos de Lena se deja escuchar a lo largo del pasillo, mientras camina sin dilación hacia la habitación del fondo. Sus manos temblaban ligeramente, y aunque intentaba calmarse, los nervios siguen reptando bajo su piel. Se supone que esa debía ser su noche triunfal y perfecta, pero la llegada de Inna al parecer había sido solo para convertir ese momento en el inicio de una m*****a pesadilla.La elección de su vestido por parte de la mujer puede deberse a una simple coincidencia, pero al parecer ella no era la única que había notado aquella similitud y los ligeros murmullos y las miradas de los asistentes se lo comprobaron. No puede evitar dejar salir una ligera maldición al pensar que la sola llegada de esa mujer había servido como un inesperado recordatorio de ese momento que Lena había intentado enterrar en el pasado. Cuando finalmente llega frente a la puerta de la habitación, busca con manos ligeramente temblorosas la llave que siempre lleva con ella. Intro
༺༻ IGLESIA SAN JORGE ༺༺Cualquiera hubiera esperado que el padre Artem se encontrara en el baile de caridad, después de todo, él era, junto a Lena el mayor promotor del evento. Pero contrario a ello, Artem se había negado a asistir, y prefirió quedarse en la iglesia para atender sus responsabilidades. Es por ello que se encuentra sentado en el confesionario, con las manos entrelazadas sobre su regazo, aguardando por la siguiente persona que desee confesarse.El aire dentro del pequeño recinto es denso, cargado con el aroma a incienso que impregna cada rincón de la iglesia. La respiración del hombre es pausada, medida, en un intento por mantener la calma. Ha logrado distraer sus pensamientos enfocándose en su deber, en la rutina de su servicio a Dios, y en leer sus sagradas escrituras, pero; aun así, el peso que lleva sobre su conciencia no lo abandona por completo.Después de un par de minutos de profundo y casi que absoluto silencio y sin movimientos en el otro lado del confesionar
El silencio se apodera de la subasta tras la oferta de Inna. Todos los presentes intercambiaron miradas de sorpresa, incapaces de ocultar su asombro ante la exorbitante cantidad ofrecida por el brazalete. Si bien es cierto que todos los asistentes a la subasta pertenecen a familias de fortunas considerables, nunca antes en ese evento se había escuchado una cifra semejante por alguno de los artículos que se estuviesen subastando. Las cantidades siempre se mantenían en algunos miles pero hasta ese momento no se había llegado más allá, no saben explicar si era porque las piezas realmente no lo valían y ese baile sólo era una excusa para demostrar el dinero que poseen, o porque es Claro que entre esas dos mujeres está existiendo una batalla de egos y poder, y para la gran mayoría de ellos, es más que claro que ninguna dará su brazo a torcer. Lena, por su parte, se queda paralizada por unos segundos. Su mente procesa con rapidez y furia el hecho de que aquella mujer haya ofrecido tanto d