Mala idea haberme vestido de camisa manga larga, llevamos una hora aquí dentro y siento que estoy en la entrada del infierno. No entiendo cómo trabajan personas aquí dentro, mi corbata está perdida por algún lugar.
—Para que esto sea más fácil podríamos hacerlo juntos—indica la malcriada tras de mi—¿te parece?—¡No! —doy la vuelta para seguir acomodando los productos.—Solo digo que si nos ayudamos vamos a terminar más rápido.—¡No! —es una respuesta rotunda, escucho que susurra un “está bien” y me hace sentir un idiota por tratarla tal cual me lo hacen a mí.Cierro lo ojos y con sumo esfuerzo de mi parte me vuelo a ella—Lo siento, todo esto es muy frustrante—señalo el caos en el lugar, lo peor de todo es que es por mi causa.—Si, bueno, es algo extraño que el sitio este como si aquí pasó un tornado y a todo esto ¿en qué compañía tienen a un ascensorista?—Aquí no es nada extraño, Jaime fue contratado hace un año para completar sus cuotas y así poder jubilarse, y de eso le faltan—miro mi reloj—unas horas.—¿Cómo sabes eso? —da la vuelta extrañada, su ropa es un desastre igual que la mía pues esta sentada en el piso.Me siento como si voy a meditar, estamos uno frente al otro y detallo mejor su rostro—es el único que ha tratado bien y es bueno dando consejos.Sin mencionar que es el único que sabe quién soy… y a pesar de eso, me trata como ser humano.—¿Hacemos esto juntos? ¿¿o lo haremos por separado—comienza a presionar su dedo pulgar derecho, muestra de nerviosismo.—Dame eso—le quito la lista y las comparo, es la misma m*****a lista que tengo—al parecer no se dignaron siquiera a dividir el trabajo.Concentrados en dividir las labores, escuchamos pasos acercarse, es Jaime quien nos sonríe al vernos sentados en el piso y trabajando en equipo.—Vengo a despedirme señorito—al escuchar cómo se dirige a mí, la malcriada ríe, aparta su rostro para ocultar su sonrisa, pero es demasiado tarde, se le hacen unos hoyuelos en las mejillas.—¿Qué vas a hacer ahora? —me levanto y limpio mis manos sobre la tela del pantalón que mas da ya lo tengo hecho un asco.—Descansar, viajare a casa de mi hija en donde están mis nietos, ella insistía en que le fuera con ella, pero sin la pensión no quería ser una carga.—Espero que disfrutes de tu jubilación—aprieto sus manos para despedirme—Y usted, cuidase, y espero que logre sus objetivos, al parecer—mira alrededor en desastre que tenemos—no se la van a poner fácil—susurra eso mientras la malcriada nos observa, solo espero no haya escuchado nada.Lo veo caminar y perderse entre los estantes, y mi corazón se alegra mucho por él, porque en un año pude imaginar como seria tener un buen abuelo.—¿Te paso un pañuelo?—¿Quieres hacer esto tu sola? —respondo un poco molesto—eso pensé—la veo bajar los hombros resignada.Minutos después, hay varias personas ordenando el resto productos, ella se levanta y camina hacia ellos.—Chicos, podrían ayudarnos por allá, es algo urgente—Lo siento, pero las ordenes fueron no tocar esa área hasta nuevo aviso—¿De qué están hablando? —se cruza de brazos evidentemente molesta, me acerco y veo su perfil, ¿Dónde la he visto antes? Tiene el cabello alborotado, lo peina y se hace una coleta que enrolla en un moño, mis ojos se abren al regresar a mi mente la imagen de la chica que acosé mientras corría hace unos días—¿tienen idea de lo absurdo que suena eso?Me acerco más a ellos para evitar un enfrentamiento—Es algo que no nos importa—el hombre al parecer es el encargado—Está bien Liesel—la tomo de los hombros, aparta mis manos frustrada—solo están haciendo su trabajo.—¡Si, claro! Su trabajo es mantener esto ordenad y el nuestro solo es inventariar.—Nos salió brava la niña—le lanza un beso y relame sus labioso es algo asqueroso—yo puedo ordenarte eso que llevas entre las piernas, si lo deseas cariño—y veo como en cámara lenta, su semblante se endurece.Pasa tan rápido que no lo veo venir, veo pasar volando una caja rectangular que choca contra la cara del tipo que cae a bruces al suelo desmayado.—¡Acomoda esto imbécil! —el resto de hombres cinco en total, se acercan para ayudarlo mientras me llevo a Liesel, lejos de ahí, la tomo de la mano y jalo con premura.—¿Qué te pasa? ¿Eres loca o qué? —nos escondemos en los estantes del fondo.—Se lo merecía y tu ¿qué? Que clase de hombre deja que hablen de esa marera a una mujer—Ni siquiera me diste oportunidad de defenderte—reviso si no nos están buscando, llevo tiempo aquí, se bien quienes son y de lo que son capaces.—Voy a poner una queja—dice intento salir del escondite, la detengo de la muñeca y con fuerza intenta zafarse, el vuelto a tomar, recostando su cuerpo contra la pared.—Nadie te hará caso, se por qué te lo digo. —susurro, manteniéndola contra la pared.—No es por nada, pero hueles horrible—hace una mueca de asco que me molesta.—¿Nunca cierras la boca? tu no hueles a jazmines que digamos—la suelto y ella se queda calmada al fin.—¿Y ahora qué hacemos?, no podemos quedarnos aquí todo el tiempo. Tengo calor—desliza su cuerpo hacia el piso, haciendo un puchero como niña malcriada—tengo hambre—hace una pataleta, miro le reloj y nos hemos pasado de la hora del almuerzo.—¿Tienes tres años?, compórtate como la adulta que eres.—Me convierto en un monstruo cuando tengo hambre.—Y cuando te ofenden…—¡Y cuando respiras! —continua, entre más habla más me frustra.—Salgamos, seguro están en la enfermería con su jefe y en recursos humanos escribiendo un reporte del incidente.—¡Claro que no! —caminamos y efectivamente no hay nadie mas que nosotros—levantan un reporte contra mi y yo levanto uno por acoso ¡listo!, felices todos—informa con toda seguridad.—Es hora de irnos mañana esto estará más arreglado.—¿Cómo puedes estar seguro de ello?—Créeme, lo estará.Por qué a Manfrid, le encanta fastidiarme, cuando su abuelo autoriza que deben cambiarme de puesto él hace lo imposible para ponerme las cosas difíciles, cuando se dio cuenta que trabajaría como jardinero, ordenó que nadie limpiara o les diera mantenimiento a las áreas verdes.Entre en una completa selva llena de hiervas malas en los rosales sin podar. Estuve ahí tres meses, y luego empecé como car parking, otra prueba, lo que mi estimado gerente general no sabe es que todo lo que hace me motiva mas por que al parecer se siente amenazado por mí.El ascensor está listo para nosotros y subimos a nuestro piso, las caras de todo se desencajan cuando nos miran hechos un desastre.—¡No preguntes! —advierto a Karen cuando veo que abre la boca.—No lo haré, sin embargo—me sigue hasta mi lugar—tienen cara de no haber comido—¡Ay! Me duele todo mi escultural cuerpo—se queja Liesel—como cuando coges toda la noche, pero sin coger.Niego por lo ordinaria que suena—necesito estar limpio.Entro al baño y me lavo la cara y las manos, tomo tollas para secarme y salgo, Liesel sigue sentada en su lugar con la frente pegada al escritorio.Coloco los audífonos para trabajar y terminar los pendientes, perdimos mucho tiempo en esa m*****a bodega.—¡A comer! —anuncia Karen, mientras entra en sala de conferencia con dos personas que llevan sosteniendo una bandeja cada uno—les hablo a ustedes, maniáticos del trabajo.Muevo a Liesel, para que despierte, la muy descarada esa durmiendo.—¡Déjame en paz! —se remueve y se acomoda para seguir recostada.—La comida está servida—se levanta como un resorte, busca por todos lados—en la sala de conferencias, boba.Me sigue el paso dando saltitos de felicidad.—¡Uh! Que rico huele, gracias Karen—es un completo fastidio, como puede actuar así, es muy inmadura.Toma un bocado y hace un ridículo baile demostrando satisfacción. No dejo de verla, es extraño.¿Cómo alguien puede ponerse tan feliz por comida?—¡Postre!—aplaude eufórica— nada como un helado de vainilla y frutilla—toma en pequeño envase y devora el contenido, sigo mirándola como si se tratara de un raro experimento—¿Qué miras? ¿Te debo algo o qué?—¡Al menos cierra la boca para hablar! —arrugo el entrecejo—¡Esta rico!—Me voy a trabajar esto es asqueroso…—¡Adiós vaquero! —se burlaSalgo de la oficina y cinco minutos después me llama el señor todopoderoso a su oficina al terminar mis labores.Y ahora que desea el majestuoso e inalcanzable Manfrid Fisher.Termino de trabajar y cuando todos se van, subo las escaleras hacia el piso del gerente general.Entro sin siquiera tocar y se vuele de inmediato al escuchar que cierro de manera estruendosa. la puerta.—Deberías de tocar antes, podrías estar con alguien aquí dentro.—¿Te refieres a tu secretaria? No te preocupes la vi salir antes…además son los viernes los días en los que te la coges aquí dentro. Pobre chica, ni siquiera es digna de un motel—me burlo mientras me siento en la silla frente a su escritorio.—No te dije que sentaras—dice entre dientes, molesto siempre que me mira enfurece porque no soy un lame botas mucho menos bajaré la cabeza.—Me aburres Manfrid, dime que deseas para poder ignorar tus ordenes e irme a casa, estoy hecho un asaco gracias a ti y tu genial idea de desordenar la bodega solo para fastidiarme.—El abuelo quiere que llegues a cenar mañana, es el cumpleaños de Dagna, y dejo muy claro que no piensa celebrar nada si no estas presente.—Lo de Dagna ya lo sabia es obvio, tengo su regalo desde hace meses. Pero es algo raro que te hayas tomado la molestia de darme la información.—Lo que quiero es que la llames y la convenzas de celebrar sin ti.—¿Eso es todo? ¿Me estas pidiendo que le diga a mi única sobrina que no la voy a acompañar por que tú, su padre, no desea tenerme ahí? Si, claro—respondo con ironía—en tus sueños querido hermanito—doy la vuelta y lo dejo consumiéndose en su propio veneno.Los gritos de reproche de Manfrid, me tienen sin cuidado. Es el colmo que quiera arruinar el cumpleaños número quince de su propia hija, por el simple hecho de su odio hacia mi persona.Sabe perfectamente que Dagna me adora y que yo la quiero porque es mi sobrina adorada.Mi celular suena con una llamada entrante, justamente la persona que imaginaba—Señor Fisher, que placer el de su llamada—contesto para fastidiarlo.—Últimamente estas altanero ¿Qué pasó con ese niño que bajaba la cabeza por todo?—Siento informarte que, ya creció. Me dirás que desea señor, aunque imagino que es para informarme que no seré bienvenido es su casa para el cumpleaños de su vis nieta.—Al contrario, necesitamos hablar, así que nos vemos mañana, Antón Fisher.Y así cuelga la llamada, nauseas me provoca que diga eso, que diga mi nombre seguido de ese asqueroso apellido.Para colmo me encuentro a la malcriada en estacionamiento, está dando patadas a su auto furiosa, como no deseo cruzar palabras con ella, me
Estaciono el auto dando gracias a Dios el haber llegado, mientras Liesel, quita su cinturón y aprieta mi nariz sonriendo por mi expresión de tener un palo en el trasero, ya que pasó todo el trayecto cantando como si no hubiera un mañana. ¿De dónde saca tantas energías? ¿acaso no es capaz de mantener la boca cerrada? —Déjame en paz unos segundos—la miro y sigue sonriendo. —Gracias—no me inmuto, aprieto los dientes y cierro los ojos buscando tranquilidad y pensar que tengo que soportarla en el trabajo—vamos que se nos hace tarde cariñe—me guiña y sale cerrando la puerta. Saco mi portafolios de la parte de atrás y camino a paso lento, mientras ella, me espera para que suba con ella. —Resígnate, señor Fredricksen—al parecer es el apodo con el que me ha nombrado el señor de la película de UP, ruedo los ojos al escuchar por segunda vez el apodo—hoy es jue-viernes señor limón agrio, pronto el fin de semana y mañana será viernes y la cuerpa lo sabe—ese baile ridículo aparece de nuevo. —¿
Desde aquí la cosa se ve desde otro ángulo, no tengo idea de cómo un hombre como yo, serio, preventivo y tranquilo, se deja convencer de este tipo de locura, por una mujer como Wagner.—Debes sujetarte de una mano, mientras agitas la otra, eso te ayudará manteniendo el equilibrio, y ¡are caballito!, digo torito—su estruendosa risa hace que los demás espectadores le sigan con las suyas.—Pareces experta—miro donde puedo sujetarme y al final logro hacerlo, veo como ella comienza a recibir dinero y anotar algo—¿Qué haces?—Abro apuestas cielito—descarada, ríe victoriosa—si llegas al segundo ocho, habrás ganado—¡Dijiste que eran al diez!—No, ese es para superar el récord, ahora concéntrate, no me hagas perder dinero.El aparato empieza a moverse, primero de manera lenta, de un lago a otro, para después, acelerar el ritmo en menos de 3 segundos, esto es más complicado de lo que parece.En lo que siento una eternidad, caigo de bruces al suelo acolchonado y Liesel, está en lo suyo, da brin
Cargo a Liesel hasta el auto como un saco de papas, balbuce palabras que no logro entender, la meto al auto con cuidado de no golpear su cabeza, inclino el asiento para que este mas cómoda, y le coloco el cinturón de seguridad. Es más conveniente llevarla en el asiento del copiloto para vigilar que no se ahogue con su propio vomito. Lo sorprendente es, que se acomoda y no hay rastros de que desee sacar todo lo ingerido. Me quedo mirando lo cómoda que se está, unos mechones de cabello se deslizan sobre su cara, los aparto con delicadeza, lo que me permite detallar un poco mas su rostro, tiene un lunar en el labio superior al lado izquierdo, sonrío la recordar lo que mamá decía sobre tener lunares. Las personas que tienen lunares en la boca, es un ser humano bueno, noble y de carácter dócil, amigable, pero también significa que es ambicioso por ser mejor cada día. ¿Wagner, dócil? Bufo sin creerlo, es obvio que mamá sacó eso de la internet, arranco el vehículo y pongo el GPS para regr
Abre la puerta del copiloto y entra… —¡Buenos días Warner! —¡No grites! —se queja tapando los oídos—mi cabeza va a explotar, siento miles de taladros dentro de ella como si quisieran destruir mi adorado cerebro—lloriquea mientras se acomoda en el asiento para dormir, no creo que exista alguien más escandalosa y dramática que ella —Toma—extiendo un termo lleno de café caliente, amargo y cargado, y uno más pequeño que contiene la sopa—toma esto primero junto a estos analgésicos. Sujeta el pequeño termo y me observa tras sus gafas de sol—¿Qué es esto? —abre el contenido y lo olfatea— Que rico huele—susurra y el recuerdo de ella rosando mi clavícula con su rostro aparece en mi mente, me remuevo incomodo al sentir el escalofrió, lo saborea y de inmediato lo toma como si tuviese sed. —Ahora los analgésicos, borracha—hace lo que le digo y agradece, para entonces, relajarse sobre el asiento. —Me despiertas al llegar por favor y gracias, buenas noches—y queda en silencio, es sorprendente
Es difícil cumplir los caprichos de un viejo…Tengo demasiados pendientes y no resolverlos a tiempo es un problema, de seguir así, tendré que quedarme hasta tarde, sumándole a mi infortunio, debo revisar lo de la recaudación de fondos.Nos llegó el presupuesto, y eso no solo debemos sacar lo que nos han dado sino, sacar el % para las donaciones.—Hoy es viernes, ¡oh si! Viernes de tragos, de juerga, de cariñosos—hace ese ridículo baile que odio.—Anoche te fuiste de borracha y hoy ¿también? Y ¿A qué te refieres con cariñosos?—Pues donde vas, te tomas unos tragos y te dan un final feliz—sube y baja sus cejas de manera sugerente—Prostitutos—afirmo y ella sonríe relamiendo sus labios.—Eres muy vulgar—la acuso—Y tu muy recto—me acusa con sus manos en jara—y apostaría a que nunca has ido con las cariñosas.—No necesito una prostituta para sentirme bien.—Hagamos algo…—No, tus ideas son malas, como la de anoche—¡Vamos! no seas aguafiestas, será algo tranquilo.—Como anoche, que no dor
A la única persona que intenté consolar, fue a mi madre, pero, con ella, aprendí que la mejor manera para hacerlo, es escuchar.Wagner, llena los documentos necesarios para que su hermano sea admitido, lo llevaron a una sala donde comenzara su proceso de desintoxicación.Le extiendo un vaso de café que compré en la cafería del lugar, no esta tan mal como para que sea un sitio lleno de gente con problemas de drogas—Gracias—agradece cuando se sienta a mi lado, no es la misma mujer que me enfada con su actitud indiferente a lo que digan los demás de ella, esa chica con la batería al cien por ciento dispuesta a arruinar mi día laboral, ahora, es una hermana realmente preocupada por su hermano.—¿Cómo esta Lear?—Recuerdas su nombre—sonríe a boca cerrada—está dormido, necesita descansar y le pusieron una intravenosa, y otros medicamentos, la verdad es que no sé qué pasará. Deberías ir a casa y descansar.—¿Y dejarte sola? Estas de broma—tomo su mano y la aprieto para transmitirle apoyo—¿es
Si las miradas mataran…Greta, es la esposa de Manfrid, por lo tanto, es mi cuñada, Mina, la esposa de mi padre, mi madrastra e Isolda, es la madre de mi padre, por lo tanto, es mi abuela.—¿Sabes que tu presencia no es grata —ataca mi adorada abuela—También es todo un placer verte, abu—la molesto y evidentemente se ofende, le sonrío de lado y paso apartándome de ellas.Eso de estar en un nido de víboras es mas placentero que estas tres juntas te rodeen.—Por una parte, no quería que vinieras por este motivo—No te preocupes, ya no soy el mismo de antes.—¿Te quedaras hasta partir el pastel?—Lo dudo, te prometo estar una hora sabes que aquí es estar en campo minado. ¡Oh! Mira, ahí está tu padre, mi querido hermanito—bromeo y ella ríe de mi sarcasmo.—Mi padre te espera en el despacho—Iré cuando termine de hablar con mi sobrina—hace una mueca de desagrado y yo sonrío victorioso.—Me gusta que no te dejes de nadie tío—A mí también me gusta— le doy un beso en la mejilla y se va con s