Cargo a Liesel hasta el auto como un saco de papas, balbuce palabras que no logro entender, la meto al auto con cuidado de no golpear su cabeza, inclino el asiento para que este mas cómoda, y le coloco el cinturón de seguridad. Es más conveniente llevarla en el asiento del copiloto para vigilar que no se ahogue con su propio vomito. Lo sorprendente es, que se acomoda y no hay rastros de que desee sacar todo lo ingerido. Me quedo mirando lo cómoda que se está, unos mechones de cabello se deslizan sobre su cara, los aparto con delicadeza, lo que me permite detallar un poco mas su rostro, tiene un lunar en el labio superior al lado izquierdo, sonrío la recordar lo que mamá decía sobre tener lunares. Las personas que tienen lunares en la boca, es un ser humano bueno, noble y de carácter dócil, amigable, pero también significa que es ambicioso por ser mejor cada día. ¿Wagner, dócil? Bufo sin creerlo, es obvio que mamá sacó eso de la internet, arranco el vehículo y pongo el GPS para regr
Abre la puerta del copiloto y entra… —¡Buenos días Warner! —¡No grites! —se queja tapando los oídos—mi cabeza va a explotar, siento miles de taladros dentro de ella como si quisieran destruir mi adorado cerebro—lloriquea mientras se acomoda en el asiento para dormir, no creo que exista alguien más escandalosa y dramática que ella —Toma—extiendo un termo lleno de café caliente, amargo y cargado, y uno más pequeño que contiene la sopa—toma esto primero junto a estos analgésicos. Sujeta el pequeño termo y me observa tras sus gafas de sol—¿Qué es esto? —abre el contenido y lo olfatea— Que rico huele—susurra y el recuerdo de ella rosando mi clavícula con su rostro aparece en mi mente, me remuevo incomodo al sentir el escalofrió, lo saborea y de inmediato lo toma como si tuviese sed. —Ahora los analgésicos, borracha—hace lo que le digo y agradece, para entonces, relajarse sobre el asiento. —Me despiertas al llegar por favor y gracias, buenas noches—y queda en silencio, es sorprendente
Es difícil cumplir los caprichos de un viejo…Tengo demasiados pendientes y no resolverlos a tiempo es un problema, de seguir así, tendré que quedarme hasta tarde, sumándole a mi infortunio, debo revisar lo de la recaudación de fondos.Nos llegó el presupuesto, y eso no solo debemos sacar lo que nos han dado sino, sacar el % para las donaciones.—Hoy es viernes, ¡oh si! Viernes de tragos, de juerga, de cariñosos—hace ese ridículo baile que odio.—Anoche te fuiste de borracha y hoy ¿también? Y ¿A qué te refieres con cariñosos?—Pues donde vas, te tomas unos tragos y te dan un final feliz—sube y baja sus cejas de manera sugerente—Prostitutos—afirmo y ella sonríe relamiendo sus labios.—Eres muy vulgar—la acuso—Y tu muy recto—me acusa con sus manos en jara—y apostaría a que nunca has ido con las cariñosas.—No necesito una prostituta para sentirme bien.—Hagamos algo…—No, tus ideas son malas, como la de anoche—¡Vamos! no seas aguafiestas, será algo tranquilo.—Como anoche, que no dor
A la única persona que intenté consolar, fue a mi madre, pero, con ella, aprendí que la mejor manera para hacerlo, es escuchar.Wagner, llena los documentos necesarios para que su hermano sea admitido, lo llevaron a una sala donde comenzara su proceso de desintoxicación.Le extiendo un vaso de café que compré en la cafería del lugar, no esta tan mal como para que sea un sitio lleno de gente con problemas de drogas—Gracias—agradece cuando se sienta a mi lado, no es la misma mujer que me enfada con su actitud indiferente a lo que digan los demás de ella, esa chica con la batería al cien por ciento dispuesta a arruinar mi día laboral, ahora, es una hermana realmente preocupada por su hermano.—¿Cómo esta Lear?—Recuerdas su nombre—sonríe a boca cerrada—está dormido, necesita descansar y le pusieron una intravenosa, y otros medicamentos, la verdad es que no sé qué pasará. Deberías ir a casa y descansar.—¿Y dejarte sola? Estas de broma—tomo su mano y la aprieto para transmitirle apoyo—¿es
Si las miradas mataran…Greta, es la esposa de Manfrid, por lo tanto, es mi cuñada, Mina, la esposa de mi padre, mi madrastra e Isolda, es la madre de mi padre, por lo tanto, es mi abuela.—¿Sabes que tu presencia no es grata —ataca mi adorada abuela—También es todo un placer verte, abu—la molesto y evidentemente se ofende, le sonrío de lado y paso apartándome de ellas.Eso de estar en un nido de víboras es mas placentero que estas tres juntas te rodeen.—Por una parte, no quería que vinieras por este motivo—No te preocupes, ya no soy el mismo de antes.—¿Te quedaras hasta partir el pastel?—Lo dudo, te prometo estar una hora sabes que aquí es estar en campo minado. ¡Oh! Mira, ahí está tu padre, mi querido hermanito—bromeo y ella ríe de mi sarcasmo.—Mi padre te espera en el despacho—Iré cuando termine de hablar con mi sobrina—hace una mueca de desagrado y yo sonrío victorioso.—Me gusta que no te dejes de nadie tío—A mí también me gusta— le doy un beso en la mejilla y se va con s
El estrés que tengo, me lleva a desear ir directo hacia un barranco…Conduzco frustrado, los dos vehículos que antes me resguardaban, ahora me siguen hasta cierto punto.Llego a casa por la tarde, meto el coche en el garaje y me quedo dentro uno segundo más, salgo y la frustración me lleva a patear la llanta delantera, recostándome sobre la puerta.Niego ante el enojo, camino hasta la sala de estar, escucho golpecitos en la puerta principal, la abro y Liesel, está esperando. —¡Holis Meyer! —a pesar de la pesada noche que pasó, mantiene esa sonrisa en el rostro.—No estoy de humor Wagner—digo dando la vuelta, prosigue a caminar a tomar me del brazo—¡no fastidies!—Tienes tu típica cara de culo, pero, deprimido.—Cansado eso es todo, y deja ese vocabulario tan vulgar.Rueda los ojos ante la reprimenda, mientras entra cerrando la puerta tras de si—no sé qué pasó en tu dichosa fiesta familiar, se te nota que no fue agradable.—Vida privada…—Ya, ya, la mantengo privada—repite mi frase co
Debí imaginar su respuesta, no había conocido a nadie además de Manfrid, tan narciso, con Wagner, son dos. —Admite que te encantó, Meyer—Ni de broma, no puedes saber eso, tú eras quien gemía.—¿No lo puedo saber? Lo supe cuando dejaste que chupara tu lengua—me remuevo incomodo ante su desfachatez—y tu erección que debió ser muy incómoda, con lo ajustado de tus jeans—touche, ahora la odio más, sus palabras son ciertas, mas, ni al borde de la muerte admitiría tal cosa.—Lo único que sé, es que eres una descarada, tenias ese medio de transporte y me obligaste a llevarte al trabajo soportando tu nefasta compañía.—No voy a ir en motocicleta, es incómodo ¿que acaso no has visto mis faldas?—Prefiero no responder a eso, seria imprudente en este momento recordar tus faldas. Cambiemos de tema, ¿Cómo es que supiste que era de mi a quien se refería Greta?—Es que, yo fui a la mansión Fisher, fui quien maquilló a tu sobrina y bueno, antes de irme, te vi entrar, Greta nunca mencionó tu nombre,
De querer proceder con el suicidio, lo haría en este momento. —¡Manualidades, Meyer!— insiste Wagner, al revisar la lista de productos.Observo con detenimiento de nuevo y llamo a Karen, gracias a que nos dieron la propuesta para la recaudación, tenemos luz verde y nuestra queridísima jefa, la déspota Sandra, ablandó su corazón, y distribuyó, todo nuestro trabajo por dos semanas para que terminemos esto.—Lo que solicitaste—Karen llega con la lista del año pasado agradezco el gesto, se va mientras me regala un guiño.—Le gustas—susurra Wagner a mi lado, la ignoro, lo menos que necesito es que me distraiga—es linda, tiene bonitas piernas y buen trasero—insiste—Tú también lo tienes—indico sin verla directamente.—De verdad que no te interesan las mujeres—me quita los documentos y los revisa.—Es mi compañera de trabajo—dicto y le quito de nuevo los papeles que ya tenemos arrugados de tanto revisarlos, y marcados con marker de colores.—¡Aburrido!, un afer con alguna, ayuda para adrena