Krad se sentía inquieto, casi tanto como yo, a pesar de ser un dragón fuerte y temerario, en estos momentos se veía bastante inquieto, nervioso. Llevábamos varias semanas planeando el ataque, sabía que mis hombres tendrían una desventaja notable en las tierras del reino de los dragones de fuego, pero no había otra opción, debíamos atacar.
Al ser nosotros del reino de hielo, las altas temperaturas nos afectan demasiado, perdiendo fuerza rápidamente, pero era imprescindible atacar, el rey de fuego no podía seguir manteniendo el control del trono, su avaricia y sed de poder me había arrebatado todo aquello que amaba, mis padres, la libertad de mi pueblo… y ahora a mi amada.
Estábamos a la espera de que el grupo de guardias del reino aliado llegara, no podíamos adelantarnos, requeríamos el apoyo de personas que no se vieran afectadas por las altas temperaturas, pero el tiempo se estaba acabando, algo en mi interior me hacía sentir intranquilo, de alguna manera, el vínculo que me unía a ella me permitía sentir su ansiedad, sus miedos… me costó trabajo entender los motivos por los cuales había hecho un vínculo con alguien de un reino diferente al mío, pero ahora lo sabía, después de todo lo que he averiguado en las últimas semanas ahora al fin lo entiendo.
Esta ansiedad me está matando, de la nada Krad lanza un rugido, sé que puede sentirlo él también a través de nuestra unión, extiende las alas y corro hacia él, subiendo a su lomo segundos antes de que el emprenda vuelo, puedo escuchar los gritos de mi gente llamándome sin entender lo que está sucediendo, pero no hay tiempo para regresar y dar explicaciones, es ahora o nunca… su vida está en riesgo…
Mientras volamos a toda velocidad directo a un enfrentamiento que puede costarnos la vida, la historia de mi entera existencia comienza a cruzar por mi mente, como cada suceso a través de los años me encaminaron directo a este preciso momento…
Mi nombre es Soren Kalevi, príncipe heredero del reino de los dragones de hielo, hijo del gran rey Olwen y la noble reina Ava. Desde pequeño fui instruido por mi padre para heredar el reino sin saber que esto sucedería a muy temprana edad, cuando la avaricia se apodero de una persona que había jurado lealtad y protección, y termino por traicionar la confianza de mi padre y la familia completa, dejándome huérfano al cuidado del guardia real Likantor y con la única compañía de mi primo de sangre Prágus a quien siempre consideré mi hermano.
Esto sucedió una noche, cuando yo tenía 8 años. Mientras dormía en mi alcoba escuche ruidos de pasos en el pasillo, el tintinear de un metal me hizo sobresaltarme, salí despacio sin hacer ruido, con cautela comencé a avanzar por el pasillo en dirección a la habitación de mis padres, no sabía lo que estaba pasando, pero algo en mi interior me tenía muy inquieto, y pasara lo que pasara, sabía que no había lugar más seguro que los brazos de mi padre y el regazo de mi madre.
Al avanzar pude ver cosas tiradas en el piso, como si alguien hubiese tenido una pelea, seguro eso fue lo que me despertó, quería creer que el viento lo habría irado, aunque bien sabía que era una posibilidad absurda. Al acercarme más a la habitación de mis padres pude escuchar quejidos y golpeteos, mi corazón comenzó a latir con fuerza, sea lo que sea que estuviera pasando, sabía que no era nada bueno, mi instinto me decía que me alejara y corriera a esconderme, pero mi padre me enseñó a ser valiente y justo ahora no podía decepcionarlo, sobre todo cuando pude escuchar un grito ahogado de mi madre, como si le hubiesen cubierto la boca mientras la estaban lastimando. Al escuchar esto, mi cuerpo entero se heló por unos segundos, pero de inmediato entendí que no podía quedarme ahí parado, quien sea que estuviera en la habitación al final del pasillo estaba haciéndole daño a mi familia y no lo podía permitir, mis pies comenzaron a moverse con lentitud, ganando velocidad poco a poco, buscando en el camino algo, cualquier objeto que pudiese usar como un arma. Estaba terriblemente asustado, no era más que un pequeño niño, ¿Qué podía hacer yo contra unos malhechores?, pero eso no importaba, no fue suficiente para detener mi avance… justo cuando el ruido en la habitación ceso, sentí el fuerte agarre de mi brazo que me jaló hacia atrás, mi boca fue cubierta por una mano antes de que pudiese gritar, intenté zafarme, pero el agarre de mi secuestrador era muy fuerte. Él se acercó a mi oído y me indico que guardara silencio, que no me haría daño, y justo en ese momento, un grupo de extraños pasaron corriendo frente a nuestro escondite, no pude verles las caras, mis ojos se concentraron en las manchas de sangre que cubrían sus ropas y las espadas que cargaban.
En ese momento sentí que mi alma se escapó de mi cuerpo, la respiración se detuvo y mi corazón estaba a punto de explotar, no pude pronunciar palabra alguna, deseaba gritar, correr detrás de ellos y matarlos, aún no había visto lo que habían dejado atrás, pero al no escuchar más ruidos, entendía perfectamente lo que había sucedido…
Yo estaba en shock aun no podía creer lo que acababa de ver, el extraño me levanto del suelo y me cargo mientras caminaba cauteloso hacia la habitación de mis padres, yo no opuse resistencia, aún estaba tratando de procesar la imagen de las espadas ensangrentadas que pasaban una y otra vez en mi cabeza, al entrar a la recamara, quise bajarme de sus brazos y comprobar lo que mis más grandes miedos estaba susurrándome al oído, pero el intruso no me lo permitió, al contrario me abrazo de tal manera que quede completamente de espadas, con mis piernas alrededor de su cintura y mi rostro recargado sobre su hombro, no necesité ver, el golpeteo fuerte de su corazón contra mi pecho y su respiración entre cortada me lo decía todo… mis padres habían partido a la tierra de los dioses, sus vidas acababan de ser arrebatadas salvajemente por los intrusos que ahora mismo estaban tratando de escapar, o peor aún, ahora me estaban buscando.
Este extraño era mi única esperanza, no lo conocía, pero de haberme querido muerto, lo hubiese hecho desde un principio, o no me hubiese escondido de los asesinos, no sé quién es, ni que hace en mi castillo, pero por ahora no me queda más que seguirlo. El hombre me abrazo con fuerza y comenzó a correr por el pasillo, mientras me decía “debo dejarte en un lugar seguro antes de marcharme”, no tenía idea de quien sea este intruso, pero algo era claro, no debía estar aquí, o de lo contrario no estaría tratando de escapar.
A lo lejos se podía escuchar a los asesinos azotar puertas y tirar cosas, pude escuchar los gritos de algunos sirvientes cuando sus vidas era arrancadas de su cuerpo solo por cometer el error de atravesarse en su camino o negar la información que les pedían.
El hombre que me llevaba en brazos continuó avanzando con cautela, escondiéndose cuando creía escuchar cerca a mis enemigos. En un momento se detuvo y susurró a mi oído “¿en quién confías ahora que no están tus papás?, piensa en alguien a quien le confiarías lo más importante de tu vida”
– En mi primo, pero tiene casi la misma edad que yo, estaríamos en igual peligro, y además mi tío… pero, él suele discutir mucho con mi papá, a veces lo he escuchado hablar mal de él cuando cree que nadie lo escucha… podría ser… ¡Likantor¡, si, mi papá me ha dicho que es su hombre de mayor confianza, su mano derecha, qué si algún día necesito que alguien más me proteja, él lo hará con su propia vida. –
– Entonces hay que buscarlo, ¿dónde puedo encontrarlo? –
– Es el jefe de la guardia, pero no está aquí, lo enviaron a proteger una aldea que estaban atacando fuera del reino –
En ese momento me percaté de una cosa, y al mirar la expresión de mi acompañante, pude confirmar que mis sospechas no eran descabelladas… esto fue planeado fríamente, enviaron a los guardias a “defender” un supuesto ataque lejos del reino para poder desproteger el castillo, aunque aún no podía entender donde estaban los guardias reales, los que se supone que deben estar protegiendo a la familia real, ¿Dónde estaban ellos?, ¿sería acaso que fueron ellos mismos quienes nos traicionaron?, sea quien sea el traidor, estaba aquí mismo, dentro del reino y muy probablemente dentro de las paredes de mi propio hogar…
Mis lágrimas comenzaron a correr por mi cara, el dolor, el coraje y la frustración se aglomeraban en mi interior haciendo que cada fibra de mi cuerpo se sintiera adolorida.
El hombre volvió a sujetarme con fuerza y me dijo “debemos salir del castillo y ocultarnos, al menos hasta que la guardia real regresé y puedan protegerte, yo solo no podre contra todos ellos”, yo asentí con mi cabeza, bien sabía que no tenía otra opción. Empezamos a dirigirnos hacia la salida, dejando atrás los gritos de dolor de mis sirvientes, deseaba ayudarlos, protegerlos como lo mandaba mi obligación, pero sabía que no podía hacerlo, lo mejor sería escapara para después encontrar a los culpables y hacerlos pagar.
Yo iba mirando hacia atrás, cuidando la espalda del hombre que intentaba protegerme, así que no pude ver en qué momento nuestros enemigos nos cerraron el paso, me percaté en el momento en el que el joven se detuvo en seco casi tropezando con sus pies, mientras nuestros atacantes gritaban algo que me dejó helado en el momento que lo entendí…
– “Es él, es el príncipe Yuvén, ¡mátenlo!” …
¿el príncipe Yuvén?, “he escuchado ese nombre”... intente recordar, y en fracción de segundos de inmediato recordé las lecciones que mi parde me había dado, donde había nombrado al actual rey del reino de fuego y a su hijo quien heredaría el trono, nuestros más grandes enemigos y perseguidores, un reino que se había encargado por años de intentar exterminar a mi gente, a mi pueblo, un reino que fue causante de la desaparición de los reinos de arena y agua, y que por generaciones han intentado exterminarnos a nosotros también… y ahora aquí estaba, el príncipe heredo de esa detestable nación, justo frente a mí, desenvainando su espada para protegerme de los invasores, que al reconocerlo, era evidente que eran de su mismo reino… ¿pero porque lo querían matar?, ¿ acaso todo esto no era más que un truco barato para desaparecerme?... ¿pero si fuera así, porque estaba dispuesto a perder la vida por proteger la mía?...
Ahí estaba yo, parado detrás de un pilar, intentando esconderme de los asesinos de mis padres, mientras el príncipe de fuego peleaba contra cuatro de sus propios hombres por defender mi vida a costa de la suya, porque a pesar de ser hábil con la espada, sus atacantes parecían estar ganando… mientras tanto, otro grupo de invasores corrían hacia la puerta principal. Al seguir a estos últimos con la mirada me percate que lo que intentaban hacer era detener la puerta, impedir que la abrieran… pero la fuerza de mis guerreros pudo más que ellos.Mi corazón dio un vuelco de alegría cuando las puertas se abrieron de golpe de par en par y un comando de soldados de hielo penetraron al castillo encabezados por Likantor, quien con su espada atravesaría el pecho de varios de los intrusos provocándoles la muerte. La esperanza regresó a mi pecho, sabía que ahora estaría a salvo, al ver como varios de mis guardias se habían situado alrededor de los atacantes amenazándolos con sus espadas para obligar
Likantor se acercó al prisionero y con una voz severa le dijo:- ¿Ves a este pequeño niño?, a él le debes tu vida, el día de hoy serías ejecutado junto con tus colegas, pero él ha pedido que se te otorgue clemencia, pues piensa que lo has salvado de los asesinos de sus padres, y has conseguido esas heridas por protegerlo, por supuesto que yo creo lo contrario, solo estabas llevándotelo para usarlo como rehén, sin embargo, debo escuchar las palabras de mi pequeño príncipe, mucho ha perdido ya como para perder mi lealtad, es por ese motivo que te daré la oportunidad de que me digas como demonios entraron aquí, si me dices la verdad y tu respuesta ayuda a protegernos de un futuro ataque, se te perdonará la vida, de lo contrario, si decides callar o tu respuesta es inservible, serás ejecutado en el momento” –Sus palabras fueron firmes y seguras, la amenaza había llegado fuerte y clara a los oídos del prisionero, así que de inmediato comenzó su relato…Resultó ser el verdadero príncipe de
¡Registren la habitación de mi primo, de la misma manera, cada rincón, cada juguete, cada piedra… que nada quede de pie ni entero de ser necesario! –Likantor se acercó a mí y me pregunto al oídoMajestad, ¿está usted seguro de lo que está pidiendo?, si encuentran algo, su primo podría quedar involucrar, y a pesar de ser tan solo un niño de 7 años, si el consejo y los nobles lo exigen, podría ser severamente castigado, incluso con la muerte junto a su padre –- ¡Haz lo que te ordeno!, de las consecuencias me encargo yo, les guste o no, tenga 8 años o no, ¡ahora soy el rey y mi palabra es ley!, si yo considero que mi primo no estuvo involucrado o no tenía conocimiento deberá ser perdonado, pero si acaso me entero que tenía conocimiento de los sucios planes de su padre y no dijo nada, entonces merecerá un casti
Después del día de la sentencia, pocas veces pude ver a mi primo, entendía su pesar y lo menos que deseaba era perturbarlo aún más, yo mismo hubiese deseado tener tiempo para pasar el duelo por la pérdida de mis padres, pero no podía hacerlo, mis obligaciones y responsabilidades para con mi gente ahora mismo eran más importantes, así que no tuve más que endurecer mi corazón y continuar mi día a día. Pasaron dos semanas desde que la verdad se encontró, y el intruso ya estaba un poco más estable, sus heridas no se habían curado por completo, pero estando en un ambiente tan frio, era imposible que así lo hicieran. Así pues, ordené que se le dieran algunas provisiones y fuera expulsado de mi reino, mi deuda estaba pagada, ya no le debía nada más a ese hijo del fuego, a partir de este momento, nos volveríamos a convertir en enemigos, sin importar si el recuperaba su trono o no. En medio de la noche un grupo de soldados escoltó al príncipe destronado, ordené que se le cubriera el rostro
Desafortunadamente ningún otro noble había podido hacer la conexión con ellos, por los constantes ataques a través de los años, la población de dragones de hielo había mermado drásticamente, en su mayoría, el clan estaba formado por hembras, las cuales eran más pequeñas, eran demasiado valiosas como para arriesgarlas a ser atacadas por los dragones de fuego, quienes las superaban en fuerza y poder. Por esta razón, por generaciones los hombres del reino de hielo habían preferido no hacer vínculo con ellas. Ahora, en el caso de los machos, en verdad eran muy pocos, siendo Krad el de mayor tamaño y el líder del clan, y en general el único que tiene la fuerza suficiente para enfrentar un dragón de fuego, era el único en ser montado por el monarca del reino y con el único con el que se había formado un vínculo, así que nadie más en el reino podría ayudarme en la difícil tarea que se me había presentado en mis manos. - Mi señor, no podemos arriesgarlo, si Krad no lo reconoce como hijo de
No tengo idea de donde salieron esas palabras, simplemente aparecieron en mi mente sin ninguna explicación, pero al parecer eso es lo que debía hacer, ya que Krad de inmediato se agacho frente a mí, haciendo una clase de reverencia con su cabeza para después poner su cara justo frente a la mía.Mi corazón parecía que explotaría de lo rápido que latía, pero esta vez no era movido por el miedo, era la emoción que resultaba de estar frente al alfa de los dragones, entendiéndonos el uno a otro sin necesidad de palabras, me puse de pie y extendí mi mano hacia su enorme rostro, en el momento justo que las yemas de mis dedos tocaron las escamas de su nariz, la sensación de una corriente eléctrica atravesó mi cuerpo hasta golpear fuertemente contra mi pecho lanzándome algunos metros hacia atrás.Al golpear mi espalda contra el suelo, alcance a escuchar el fuerte rugido de Krad y pude sentir como la misma electricidad recorría cada uno de sus nervios de la misma manera como lo había sentido yo
“Lo voy a pensar” …Fueron sus palabras en mi mente mientras desaparecía de enfrente de mi vista mientras seguía cayendo de espaldas, intente buscarlo con la mirada, obligando a mi cuerpo a girarse para quedar boca abajo. Mi corazón casi se detiene al ver lo cerca que estaba de terminar mi camino, cerré mis ojos con fuerza resignando a golpear de cara contra mi destino…“Abre los ojos cachorro insensato” Al obedecer la orden pude verlo justo a tiempo mientras se colocaba debajo de mi para que yo aterrizara sobre su lomo, intentando controlar mi miedo tanto como me fue posible, ajusté mi postura para aterrizar poco delicadamente sobre su espalda, agarrándome con fuerza de donde alcance.Sentí que, si no me abrazaba con firmeza de su cuerpo, la fuerza de mi impacto me haría rebotar hacia afuera de la seguridad de su espalda, permanecí adherido a él como una larva chupasangre se adhiere a su víctima mientras intentaba recuperar el aire que había sido expulsado de mi cuerpo al golpear co
El tiempo continuó transcurriendo sin detenerse, balancear todos los aspectos de mi vida era completamente agotador, debía ser rey, jinete de dragones, estudiante, asesor, aprendiz de espada y arco, estratega, primo… y humano, pues con frecuencia olvidaba comer o descansar algunas veces, por lo cual recibía fuertes reprimendas por parte de Kaysa, la jefa de servicio de mi palacio, pero, desde que mi madre partió al reino de los dioses, ella había sido como mi nana, casi como una segunda madre para mí y para Prágus, por lo cual era la única que tenía permitido llamarme la atención.Cada mañana tocaba a mi puerta para llevarme el desayuno, o en ocasiones lograba que Likantor modificara un poco mi agenda y pudiera tener al menos unos minutos libres para tomar mis alimentos en la misma mesa que Prágus, de no ser por ella, en verdad no hubiese podido llevar una relación con mi primo, ella era quien se encargaba siempre de ajustar mis múltiples actividades para coincidir con él, aunque sea