Muy cerca de la media noche logramos distinguir las tenues y bailarinas luces de las antorchas que iluminaban la periferia del pueblo de Liam.Las emociones se reflejaban en los ojos en forma de lágrimas que se derramaban con alegría al contemplar su hogar que hacía tiempo no podían ver. Uno a uno demostraban de diferentes maneras el alivio que sentían al estar de nuevo pisando sus tierras; unos elevaban plegarias al cielo agradeciéndole a los dioses por su protección y guía, otros gritaban eufóricos el nombre de sus familiares que habían dejado atrás, unos más se hincaban a besar el suelo bajo sus pies… los niños, por el contrario, se habían soltado de las manos de sus protectores para salir a todo galope disparados en búsqueda de aquellos que no habían visto y temían no volver a ver.Mi pecho se llenó de alegría y orgullo por ser parte de esta emotiva reunión. Era evidente lo mucho que amaban su reino y esto solo lo podía lograr un rey que guiaba con armonía y justicia a su pueblo.
El rey Ezra dirigió su mirada hacia su hija a la espera de una respuesta, ella se limitó a bajar la mirada mientras se mordía el labio, señal inequívoca que no deseaba delatarse a sí misma. Al ver la falta de respuesta, su padre dirigió su mirada a mi nuevamente y dijo:- Siéntete en completa libertad de detallar cada palabra en esa conversación, ya que mi hija se niega a hacerlo por sí misma –- Lo siento majestad, me temo que no puedo hacerlo, aun cuando mi honor este de por medio. Lo único que me corresponde a mi decir es que jamás hubiese usado palabras tan duras de no haberlas necesitado necesarias, entenderá que Ailén ahora es mi prometida y como tal es mi obligación proteger su honor. Sin embargo, si ustedes consideran que s0n necesarias las disculpas, han de saber que con gusto las daré con tal de no tener problemas en cuanto a la relación política de nuestros reinos.Pero antes de que siquiera el rey pudiera responderme, Elena, quien se había mantenido muy callada mientas com
Estaba sumergido en mis pensamientos cuando la voz de Kaysa sonó con dulzura detrás de mi…- Joven príncipe, los guardias preguntan dónde deben dejar el cofre de la señorita Ailén…¡eso era! El cofre, podía entregárselo ahora mismo.- Diles que lo traigan a la habitación de la princesa de una vez por favor.La encantadora mujer me miro con sus ojos llenos de duda ante mi razonamiento, lo cual, mi cerebro, aun no encontraba el motivo de su duda, hasta que comenzó a dar sus razones…- Majestad, no quisiera contradecirlo en sus órdenes, sin embargo, me pregunto si pensó detenidamente de lo que implica que entren un grupo de guardias a la habitación de su prometida a estas horas de la noche…- Si claro que lo pens….Y en ese momento una luz ilumino mi mente de inmediato… era media noche, seguro se encontraba dormida, por lo tanto, la única ropa que vestía seria su camisón de pijama. Y de pronto un sentimiento de furia comenzó a burbujear en lo profundo de mi pecho, tan solo de imaginar qu
La simple idea de que Ailén fuera como su prima, interesada, me hacía sentir en verdad mal; molesto… dolido…Al llegar a la habitación me deje caer mi ropa al suelo y me apresure a darme un baño, necesitaba poner en orden mis emociones y mis pensamientos. Mientras el agua dejaba caer el agua a chorros por mi cuerpo, poco a poco comencé a pensar en las diferencias entre ambas y aun sabiendo que había varias, todavía me sentía un tanto inquieto.Sali del baño enredando una toalla en mi cintura “¿En verdad cachorro crees que ella sea como su prima?”“No sé qué pensar Krad, la escuchaste… encima de que ahí estoy a sus pies preocupándome por limpiar su herida, todavía me reclama que le hubiera llevado un simple papel”“Y por supuesto que la trataste como un caballero, no la tomaste en brazos sin pedirle permiso, ni la ofendiste molesto por un accidente, accidente que seguro tuvo al correr a abrirte la puerta cuando tocaste, no entiendo porque reaccionó de la manera en la que la hizo”“Ya
Rápidamente ella giro su mirada intentando buscar una salida de donde yo la estaba acorralando, no había sido mi intención en un principio, pero su agitado corazón y su rostro enrojecido me estaba provocando la necesidad de acercarme cada vez más.Deseaba que sus cristalinos ojos me vieran mientras hablaba con ella, quería que supiera que lo que estaba a punto de decir me salía directamente del corazón y eran palabras sinceras…La tomé por la barbilla y levanté su rostro con delicadeza hasta que nuestras miradas se conectaron. Al tocar su piel, podía sentir como todas sus emociones se filtraban a través de mis poros, como una dulce brisa de mar que anuncia una tormenta… ¿miedo, enojo, ansiedad?... no, había algo más, algo que se sacudía con fuerza en su interior creando una onda de choque se impactaba directamente contra mi pecho.Tan solo logre pronunciar una palabra, una sola antes de que una ola de deseo frenético de besarla y tomarla entre mis brazos recorriera cada una de las fib
Entre más se acercaba el invierno, los ataques de Hashim a los pueblos cercanos a mi reino eran cada vez más y más seguidos. Él sabía que dependíamos de ellos para conseguir las provisiones para el sustento de mi gente, por lo tanto, eran la vía perfecta para poder debilitarnos y a la vez obligarme a salir, pues bien sabía que no me quedaría de brazos cruzados viendo como personas inocentes sufrían solo por llegar a mí.Estos días nos vimos en la necesidad de salir varias veces, el rey de fuego ha enviado varios grupos de ataque por tierra. Afortunadamente ninguno ha sido lo suficientemente fuerte como para dañar a mis guardias. Siento que algo está tramando, sin embargo, aún no logro descifrar que sea.Me siento en verdad agotado, entre todas las actividades en el reino y las constantes salidas a contrarrestar los ataques, me han ido agotando la energía y la paciencia. Ahora tengo un trabajo más, re localizar a nuestros aliados a un espacio lejos del alcance de Hashim, pero para logr
De pronto, de la nada el nombre de Ailén cruzo mi mente… ella tenía experiencia con animales y personas, algo debía poder hacer en este caso. Salí rápidamente de la cueva entre tropiezos y tomé uno de los caballos de los guardias que estaban a la espera de mis órdenes.Galope rápidamente hacia el castillo, y a pesar de que el caballo iba a toda velocidad, el camino se me hacía eterno. No deseaba perderlo, mientras intentaba con todas mis fuerzas evitar que un pensamiento de muerte inminente se apoderara de mi mente, el miedo de no llegar a tiempo poco a poco se iba a apoderando de mi ser.Krad no solo era el protector de mi pueblo, si bien, perderlo implicaba quedar a expensas de Hashim, por otro lado, era perder una gran parte de mí, y no solo lo decía por el vínculo que compartíamos, desde que quede huérfano, él ha formado una parte primordial de mi vida y mi educación, es quien me ha ayudado a forjar mi carácter y formar mis valores, ha sido casi como un padre para mí en todos esto
Krad se sentía inquieto, casi tanto como yo, a pesar de ser un dragón fuerte y temerario, en estos momentos se veía bastante inquieto, nervioso. Llevábamos varias semanas planeando el ataque, sabía que mis hombres tendrían una desventaja notable en las tierras del reino de los dragones de fuego, pero no había otra opción, debíamos atacar.Al ser nosotros del reino de hielo, las altas temperaturas nos afectan demasiado, perdiendo fuerza rápidamente, pero era imprescindible atacar, el rey de fuego no podía seguir manteniendo el control del trono, su avaricia y sed de poder me había arrebatado todo aquello que amaba, mis padres, la libertad de mi pueblo… y ahora a mi amada.Estábamos a la espera de que el grupo de guardias del reino aliado llegara, no podíamos adelantarnos, requeríamos el apoyo de personas que no se vieran afectadas por las altas temperaturas, pero el tiempo se estaba acabando, algo en mi interior me hacía sentir intranquilo, de alguna manera, el vínculo que me unía a el