— ¿Por qué no me dejas en paz? – le dije
— Porque te he visto como bailas y me has excitado — me dijo
— Pues ves para que tu novia te enfrie — le dije dejándolo en la pista, volviendo donde estaba Katia
— ¿Qué te ha pasado? — me preguntó Katia
— El CEO que ha hecho que me despidan de la empresa de limpieza, se estaba frotando con mi culo — le dije
— ¿Hola, nos podemos sentar con vosotras? — nos dijeron, quedandome inerte cuando vi que eran Liam y sus dos amigos
— “”No””, estamos ocupadas — les dije
— Claro que os podéis sentar, me llamo Katia y ella Andrea – les dijo ella
Liam se sentó a mi lado haciéndome sentir incómoda por su presencia, sentándose Lorena al otro lado de Liam, cuando vino donde estábamos sentadas.
— Si no puedes pagar el arreglo de tu coche, te puedo comprar uno — me susurro Liam al oído
— No gracias, no me vendo por cosas materiales – contesté
Estaba tan incómoda que me levante del sillón y me fui a la pista a bailar, bailando me cogieron de las manos intentando sacarme de la pista dándome cuenta que era uno que estaba muy bebido, Intente soltarme de él gritándole que me dejara, cuando vi de pronto un puño, dándole en la cara al que me estaba cogiendo las manos haciéndole sangrar por la nariz. me solte entonces de su agarre y baje de la pista, volviendo a donde estaba antes sentada, diciéndoles a mis amigas que me marchaba, cogi mi bolso sali del club dandome cuenta que me seguia Liam.
– Tengo el coche aquí al lado, déjame que te lleve a casa — me dijo
— No gracias, esperare a un taxi — contesté
Pero sin esperarmelo, me cogio poniendome en su hombro como si fuera un saco, dejándome en el suelo cuando llegó a su automóvil,
— Eres un trogoldita – le grite
Puso su mano en mi nuca, atrapandome entre el coche y su cuerpo, apretó sus labios con los míos, obligándome a abrir la boca con su lengua haciendo que me fuera imposible negarme a corresponderle, besandonos como si no existiera el mundo, mirándonos a los ojos, después cuando separamos nuestros labios
– Eso está mejor, la fierecilla domada — me dijo
— Aún no, niño engreído — contesté, riendose de mí mientras me abría la puerta del vehículo.
Cuando aparco su coche enfrente de mi casa, le di las gracias, pero cuando me iba a bajar, me cogió del brazo mientras nos mirábamos.
— Casate conmigo — me dijo
— Que manía te ha dado, tienes una prometida, ¿para que quieres que me case contigo? — le pregunté
— Me tienes hipnotizado Andrea — me dijo
— Pues ves a un mago, que te haga magia y así me olvidas, buenas noches — le dije soltandome de su agarre, bajandome del vehículo.
Seguí durante toda la semana trabajando de camarera en el bar, viniendo Liam todos los días, pero yo siempre conseguía que mi compañero lo atendiera. Una mañana, después de darle el desayuno a mi abuela y acostarla, tocaron al timbre de mi casa, cuando abrí la puerta vi a un señor con traje llevando un sobre en la mano.
— ¿Andrea Davis? — me preguntó
— Si soy yo, ¿que quiere? – le pregunté
— Darle esta notificación, buenos días — me dijo y se giró marchándose
Cerré la puerta con el pie mirando extrañada el sobre que me dio el desconocido, cuando lo abrí me quedé aún más extrañada al leer lo que ponía, temblando las manos. Llame enseguida a Claudia, la cuidadora de mi abuela, viniendo ella a mi casa asustada en pocos minutos, ya que vivimos muy cerquita la una de la otra
— ¿Qué te pasa cariño? ¿le ha pasado algo a tu abuela? — me preguntó
— No Claudia tranquila, te he llamado porque ha venido un hombre que no conocía y me ha dado este sobre, leelo por favor — le dije dándole el folio que venía dentro
— Mi niña, que alegría, es una herencia que te han dejado ¿Pero de quien? — me preguntó
— No lo sé, mis padres que yo sepa no eran ricos ni tenían fortuna — le dije
Me fui a trabajar al bar por la tarde muy nerviosa, preguntando quien seria el que me dejó la herencia, dándome cuenta mientras limpiaba y servía las mesas que mi compañero me miraba mucho, Cuando llegó la hora del descanso salimos los dos fuera a la calle, como solíamos hacer.
— ¿Te encuentras mal? estás muy nerviosa — me preguntó mi compañero
— No tranquilo, es que necesito encontrar otro trabajo, no lo estoy pasando muy bien — le dije, como única excusa que se me ocurrió
Al día siguiente vino Claudia a quedarse con mi abuela mientras yo iba a la cita en el bufete donde provenía el certificado. Cuando sali de casa, cogi un taxi parando el vehículo delante de un edificio muy moderno, baje del vehículo, evvv Me dirigí a los ascensores, subiendo a la cuarta planta, cuando salí me recibió la secretaria, me hizo acompañarla hasta el despacho de su jefe, abrió la puerta y al entrar, me saludo el abogado viendo también a Liam dentro del despacho extrañandome mucho verlo allí..
– Sientese Andrea, por favor – me dijo el abogado
– ¿Pasa algo? – pregunté cuando me senté– No tranquila no pasa nada, es que –dijo mirándome muy serio el abogado– Luis, tengo que volver a la empresa, acabemos esto – le dijo Liam– Andrea tengo en mi poder un documento, es un testamento que hizo su padre, sobre una herencia que le dejo a usted – me dijo– ¿Qué? no entiendo nada – dije– Su padre era muy amigo mío y quiso hacer un testamento a favor de su única hija, por si a él le pasaba algo. Pero la condición que puso su padre, era que debía casarse y tener un heredero dentro del año de matrimonio, siendo esa la única condición para que usted pueda disfrutar de su fortuna, dejando como albacea a su marido, que en este caso su padre eligió al señor Liam Curtis quien aceptó cuando s le ofreció la posibilidad de que se casarse con usted, y sobre todo cuando Liam se enteró en qué situación se encuentra usted ahora mismo, porque hasta que no cumpliera los veinticinco años, este testamento no tenía que haberse abierto, pero Liam me co
Mientras me hablaba, no quise escuchar el plan tan retorcido que me estaba contando, ya que me engañaria a mi y lo que era peor, engañaria tambien a su novia, haciendome pensar en que Liam era un hombre perverso sin importarle los sentimientos de nadie.— ¿No se dio cuenta mi padre de lo retorcido que eres? tú lo tienes todo muy bien planeado, ¿y si nos enamoramos, y si yo me enamoro de ti?--- le dije — Vamos Andrea cariño, eso no nos pasará nunca, y además te estoy haciendo un favor, ¿Que dices, nos casamos? — me dijo— Entonces si acepto tu propuesta, tendrías que darme dinero para poder comprarme una casa y pagar los gastos de la residencia de mi abuela — le dije— No, nada más pagaré los gastos de la residencia de tu abuela, pero tú tendrás que ganarte mi confianza, servirás en mi casa hasta que te quedes embarazada,--- me dijo haciéndome reír– Te recuerdo que el dinero me lo dejó mi padre a mí – contesté--- ¿Que decides? — me dijo— ¿Que decido? quédate con todo, eres un cerd
Me quedaba poco para cerrar el bar cuando de pronto empezó a sonar mi móvil, lo cogi mirando quien me llamaba y cuando vi que era Claudia, enseguida contesté a la llamada — Dime Claudia ¿pasa algo? — le pregunté — Estoy en el hospital con tu abuela, en un momento que he ido a la cocina, se ha caído, ay cariño tu abuela nos está muy bien — me dijo — Tranquila Claudia, enseguida voy al hospital, no la dejes sola — le dije muy nerviosa. Se lo dije a mi jefa y llamé a un taxi. Cuando llegué al hospital, vi a Claudia en la sala de espera, sentandome a su lado abrazandonos las dos llorando. — ¿Ha dicho algo el médico? — le pregunté cuando me calme un poco — No todavía están en el quirófano con ella, lo siento Andrea cariño — me dijo — No te preocupes, tranquila todo saldrá bien — le dije autoconvenciendome a mi misma No sé cuanto tiempo pasó, pero para mi fue una eternidad, cuando vimos al médico dirigirse hacia donde estaba nos levantamos enseguida de la silla Claudia y yo. — ¿Seño
Al día siguiente cuando me levanté de la cama, me duche , me vestí, fui a la cocina para tomarme una taza de café, Sali de mi casa, cogi el ascensor para ir al garage, subiendo a mi coche después, para ir a la residencia donde se encontraba mi abuela. Aparqué el vehículo en el parking, entré en el edificio y al preguntar por mi abuela, una enfermera muy simpática me acompaño hasta su habitación – Abuela, soy Andrea ¿cómo está? – le pregunté – Estoy bien hija ¿y mi nieta?¿cuándo va a venir? – me preguntó – Tranquila señora, la enfermedad, va en aumento, menos mal que está en la residencia, aquí estára muy bien atendida – me dijo la enfermera que la cuidaba – Abuela soy yo, tu nieta Andrea – le dije, pero ya no me hizo caso Me quedé unos minutos más, pero al dormirse preferí marcharme porque las lágrimas que caían por mis mejillas,y ya no me dejaban verla bien, por lo doloroso que era mirarla, tan inocente y tan perdida.. Salí de la residencia llorando hacia mi coche, pero antes de
Salí del trabajo y David como me dijo me llevo a un restaurante a cenar, donde empezamos a hablar conociéndonos mejor — Conque eres un CEO de una multinacional, si no recuerdo mal y fue lo que me dijiste cuando nos conocimos— le dije — Así es, viajó mucho por mi negocio y me gustaría que en algún viaje, vivieras tú, yo sé que te encantaría Paris, Austria, Roma y Holanda, son las ciudades que más visito — me dijo — Podría acompañarte sin problemas si no fuera porque, tengo a mi abuela muy enferma y no me atrevería a alejarme de ella mucho tiempo — contesté — Eso no es problema Andrea, en mi avión privado estarías aquí en muy poco tiempo — me dijo — Bueno, creo que debo marcharme gracias por la cena — dije — Dame unos minutos más contigo, vamos a tomar una copa y te prometo que después te llevo a tu casa — me dijo sonriendo Salimos del restaurante y como todo un caballero, abrió la puerta de su coche invitándome a entrar en él, pocos minutos después para el vehículo en el club don
— A ti que te importa, voy a darme una ducha — le dije dejándolo solo en el salón Cuando entre en mi dormitorio, me desnudé metiendome en la ducha, sentí como Liam apretaba mis pechos, sintiendo el calor de su cuerpo pegado a mi cuerpo y su boca en mi cuello — Eres mia Andrea, no lo olvides — me dijo haciéndome gemir pellizcando mis pezones. — Tienes prometida — fue lo único que pude susurrarle, sintiendo un placer indescriptible — Tu hijo solamente puede ser mío, no te permitiré que lo vuelvas a ver, me perteneces — me dijo mientras sentía su miembro duro en mis nalgas. Después de hacer el amor en la ducha, salimos los dos secando mi cuerpo Liam, pasando suavemente la toalla por mis zonas erógenas haciéndome gemir mientras me miraba. Liam una vez se hubo secado el cuerpo se vistió marchandose de mi casa dejándome sola. Me vesti y bajando al garage cogi mi coche acercandome a la residencia donde estaba mi abuela para ver como estaba — Buenos días abuela ¿cómo se encuentra hoy? —
Después de la visita de Priscilla nos fuimos en el coche de David al Club en su coche, cuando llegamos como siempre nos saludó el portero sonriendo. Entramos en el local, quedándose en la barra David y Katia para pedir las bebidas, mientras Lorena y yo nos fuimos a sentarnos en los sillones. Poco tiempo después se acercaron a nosotras Liam y sus dos amigos, — Vamos a bailar Andrea — me dijo muy serio— No voy a bailar, estoy con David y mis amigas — le dije sin mirarlo— Esta bien cariño como quieras, en casa nos veremos despues — me dijo marchándose por donde vino con sus dos amigosEstuvimos en el Club hasta altas horas de la madrugada, cada vez que David me sacaba a bailar, ponía su boca en mi cuello haciendo que mi centro nervioso me hiciera sentir sensaciones inexplicables siendo tal el placer, que me hacía mojar mi tanga deseando hacerlo mio alli mismo. Estábamos tan cansadas de tanto beber y bailar decidiendo todos que ya era hora de regresar a casa, salimos del local y subim
Los dos nos fuimos de mi casa hasta la calle, donde David tenía su coche, puso mi equipaje en el maletero abriéndome después la puerta del vehículo como un caballero. Ya en marcha, le dije en qué residencia estaba mi abuela, al llegar bajé yo sola entrando en el edificio dirigiéndome a la habitación, entré viendo a la enfermera acomodandola en el sillón que tenía.— Hola abuela, ¿cómo está? — pregunté, pero no me contestó— No te preocupes Andrea, hoy no conoce a nadie — me dijo la enfermera— Tengo que irme un par de días fuera, ¿me llamará por si surge cualquier eventualidad? – le pregunté— Claro que si mi niña, vete tranquila cualquier cosa yo misma te llamaré — me dijo— Abuelita te quiero, — le dije, pero no me dijo nadaSubí al coche de David cayendo una lágrima por mi mejilla, dándose cuenta enseguida David— ¿Cómo está? — preguntó— Va a dias, pero me duele verla asi de esa forma — contesté Cuando llegamos al aeropuerto, pude ver el avión privado de David quedando impresiona