Mientras me hablaba, no quise escuchar el plan tan retorcido que me estaba contando, ya que me engañaria a mi y lo que era peor, engañaria tambien a su novia, haciendome pensar en que Liam era un hombre perverso sin importarle los sentimientos de nadie.
— ¿No se dio cuenta mi padre de lo retorcido que eres? tú lo tienes todo muy bien planeado, ¿y si nos enamoramos, y si yo me enamoro de ti?--- le dije
— Vamos Andrea cariño, eso no nos pasará nunca, y además te estoy haciendo un favor, ¿Que dices, nos casamos? — me dijo
— Entonces si acepto tu propuesta, tendrías que darme dinero para poder comprarme una casa y pagar los gastos de la residencia de mi abuela — le dije
— No, nada más pagaré los gastos de la residencia de tu abuela, pero tú tendrás que ganarte mi confianza, servirás en mi casa hasta que te quedes embarazada,--- me dijo haciéndome reír
– Te recuerdo que el dinero me lo dejó mi padre a mí – contesté
--- ¿Que decides? — me dijo
— ¿Que decido? quédate con todo, eres un cerdo Liam Curtis — le dije
— Te puedo comprar un piso si quieres y ser mi amante durante el tiempo que estemos casados -- dijo
Me levanté de la silla, pero antes de llegar a la puerta, Liam me cogio del brazo girando poniendome frente a él. rodeo mi cuerpo con sus brazos, apretando a su cuerpo, pegando su boca a mi boca besandome como un adolescente enamorado.
— Me vuelves loco, di que serás mi amante — me susurro
— Estás loco, suéltame – le dije.
Cuando conseguí apartarme de él, salí de su despacho dando un portazo, cruzandome con uno de sus amigos en el pasillo cuando iba a coger el ascensor
LIAM
Eric entró en mi despacho sonriendo sentandose en la silla donde hace un momento estaba Andrea.
— Que, no me digas nada, te ha vuelto a dar calabazas — me dijo
— Caerá en mi cama Davis, eso te lo aseguro – le contesté
— Y con Priscila ¿que vas a hacer?, sabes que como se entérese su padre, vas a perder mucho — me dijo mi amigo
— No se enterara, ahora lo que quiero es follarme a Andrea, cuanto más se me resiste, más la deseo
— Ten cuidado Liam, así es como se empieza a enamorar uno, por eso cuando una tía se me resiste, al olvido y a por otra, hay muchos peces en el mar amigo mio
— No me voy a enamorar de ella, pero si quiere su dinero, tendrá que hacer lo que yo quiera, soy su albacea, no creo que se le olvide — le dije
— Por eso me gusta ser tu amigo, tienes una mente retorcida – contestó
Pero por mucho que me decía mi amigo, no dejaba de pensar en ella, sus dulces labios,cuando miraba sus ojos, sé que pedían que la hiciera mía aunque se resistiera, el roce de su cuerpo con el mío, poniendo mi polla dura hasta dolerme, tengo que conseguir meterla en mi cama, tiene que ser mía quiera o no quiera, la deseo y la quiero para mi, a parte de conseguir casarme con ella,, porque estoy seguro que me va a decir que si, Andrea te haré mía y después de conseguir lo que quiero de ella, la despreciare y me casare con Priscila olvidándome de Andrea.
ANDREA
Salí del despacho de Liam muy cabreada,”” si pensaba que le iba a decir que si a ser su sirvienta era porque estaba loco, pero ser su amante era peor todavía, aunque sea el albacea de la fortuna que mi padre me dejo, no tiene derecho a humillarme””. Estuve pensando todo el camino hasta que llegue a mi casa.
— ¿Has hablado con Liam, mi niña? — me pregunto Claudia
— Si y es como yo me pensaba, un caradura — contesté
— ¿Qué ha pasado? – me preguntó
Le conté a Claudia todo lo que hablamos, poniendo sus manos en su cabeza sorprendiendose por lo que le conté, quedándose sin que decir cuando se lo dije.
—¿Entonces qué vas a hacer? — me preguntó
— No lo sé aun, me ha puesto las cosas difíciles, aunque no se me van a caer los anillos por servirle – contesté
Claudia se quedó a comer en mi casa ayudándome a darle de comer a mi abuela, cuando terminamos, me ayudo a recoger la cocina, me duche y me vestí para irme pocos minutos después al bar donde trabajaba por las tardes.
— ¿Dónde está mi nieta? — escuchamos Claudia y yo a mi abuela
— Abuela estoy aquí, — le dije
— Andreita mi nieta, ten cuidado hay gente mala y te harán daño — me dijo dejándome estupefacta, mirándonos Claudia y yo
— No te preocupes por mi abuelita, soy fuerte, me voy a trabajar te quiero — le dije
— ¿Será una premonición? — me preguntó Claudia
— Mi abuela siempre me protegió mucho desde que yo era una niña, bueno me voy a trabajar que lo único que me faltaba era que también me despidan del bar — le dije riendo
Limpiando y recogiendo las mesas en el bar, entro como todos los días Liam y sus amigos, pero como mi compañero se fue a hacer un recado mandado por mi jefa, me tocó atenderlos.
— ¿Qué vais a tomar? — les pregunté
— ¿Cuándo nos vamos a casar, preciosa? — me preguntó Liam
— El día que los cerdos vuelen Liam — contesté
Los tres se echaron a reír pidiéndome después tres capuchinos y unas tostadas. Cuando se los serví, Liam me cogió del brazo mirándonos los dos.
— Piensa que tu abuela estaría mejor en una buena residencia y tu no tendrías que trabajar — me dijo
— Liam cariño, ni te voy a servir, ni voy a ser tu puta, asi que olvidate — le susurre al oído
Cuando me gire para ir a la barra los escuche hablar bajito a los tres, poniendo solo atención a lo que Liam contestó
— No por mucho tiempo, ese cuerpo pronto será mío en mi cama, os lo aseguro — dijo Liam
Me quedaba poco para cerrar el bar cuando de pronto empezó a sonar mi móvil, lo cogi mirando quien me llamaba y cuando vi que era Claudia, enseguida contesté a la llamada — Dime Claudia ¿pasa algo? — le pregunté — Estoy en el hospital con tu abuela, en un momento que he ido a la cocina, se ha caído, ay cariño tu abuela nos está muy bien — me dijo — Tranquila Claudia, enseguida voy al hospital, no la dejes sola — le dije muy nerviosa. Se lo dije a mi jefa y llamé a un taxi. Cuando llegué al hospital, vi a Claudia en la sala de espera, sentandome a su lado abrazandonos las dos llorando. — ¿Ha dicho algo el médico? — le pregunté cuando me calme un poco — No todavía están en el quirófano con ella, lo siento Andrea cariño — me dijo — No te preocupes, tranquila todo saldrá bien — le dije autoconvenciendome a mi misma No sé cuanto tiempo pasó, pero para mi fue una eternidad, cuando vimos al médico dirigirse hacia donde estaba nos levantamos enseguida de la silla Claudia y yo. — ¿Seño
Al día siguiente cuando me levanté de la cama, me duche , me vestí, fui a la cocina para tomarme una taza de café, Sali de mi casa, cogi el ascensor para ir al garage, subiendo a mi coche después, para ir a la residencia donde se encontraba mi abuela. Aparqué el vehículo en el parking, entré en el edificio y al preguntar por mi abuela, una enfermera muy simpática me acompaño hasta su habitación – Abuela, soy Andrea ¿cómo está? – le pregunté – Estoy bien hija ¿y mi nieta?¿cuándo va a venir? – me preguntó – Tranquila señora, la enfermedad, va en aumento, menos mal que está en la residencia, aquí estára muy bien atendida – me dijo la enfermera que la cuidaba – Abuela soy yo, tu nieta Andrea – le dije, pero ya no me hizo caso Me quedé unos minutos más, pero al dormirse preferí marcharme porque las lágrimas que caían por mis mejillas,y ya no me dejaban verla bien, por lo doloroso que era mirarla, tan inocente y tan perdida.. Salí de la residencia llorando hacia mi coche, pero antes de
Salí del trabajo y David como me dijo me llevo a un restaurante a cenar, donde empezamos a hablar conociéndonos mejor — Conque eres un CEO de una multinacional, si no recuerdo mal y fue lo que me dijiste cuando nos conocimos— le dije — Así es, viajó mucho por mi negocio y me gustaría que en algún viaje, vivieras tú, yo sé que te encantaría Paris, Austria, Roma y Holanda, son las ciudades que más visito — me dijo — Podría acompañarte sin problemas si no fuera porque, tengo a mi abuela muy enferma y no me atrevería a alejarme de ella mucho tiempo — contesté — Eso no es problema Andrea, en mi avión privado estarías aquí en muy poco tiempo — me dijo — Bueno, creo que debo marcharme gracias por la cena — dije — Dame unos minutos más contigo, vamos a tomar una copa y te prometo que después te llevo a tu casa — me dijo sonriendo Salimos del restaurante y como todo un caballero, abrió la puerta de su coche invitándome a entrar en él, pocos minutos después para el vehículo en el club don
— A ti que te importa, voy a darme una ducha — le dije dejándolo solo en el salón Cuando entre en mi dormitorio, me desnudé metiendome en la ducha, sentí como Liam apretaba mis pechos, sintiendo el calor de su cuerpo pegado a mi cuerpo y su boca en mi cuello — Eres mia Andrea, no lo olvides — me dijo haciéndome gemir pellizcando mis pezones. — Tienes prometida — fue lo único que pude susurrarle, sintiendo un placer indescriptible — Tu hijo solamente puede ser mío, no te permitiré que lo vuelvas a ver, me perteneces — me dijo mientras sentía su miembro duro en mis nalgas. Después de hacer el amor en la ducha, salimos los dos secando mi cuerpo Liam, pasando suavemente la toalla por mis zonas erógenas haciéndome gemir mientras me miraba. Liam una vez se hubo secado el cuerpo se vistió marchandose de mi casa dejándome sola. Me vesti y bajando al garage cogi mi coche acercandome a la residencia donde estaba mi abuela para ver como estaba — Buenos días abuela ¿cómo se encuentra hoy? —
Después de la visita de Priscilla nos fuimos en el coche de David al Club en su coche, cuando llegamos como siempre nos saludó el portero sonriendo. Entramos en el local, quedándose en la barra David y Katia para pedir las bebidas, mientras Lorena y yo nos fuimos a sentarnos en los sillones. Poco tiempo después se acercaron a nosotras Liam y sus dos amigos, — Vamos a bailar Andrea — me dijo muy serio— No voy a bailar, estoy con David y mis amigas — le dije sin mirarlo— Esta bien cariño como quieras, en casa nos veremos despues — me dijo marchándose por donde vino con sus dos amigosEstuvimos en el Club hasta altas horas de la madrugada, cada vez que David me sacaba a bailar, ponía su boca en mi cuello haciendo que mi centro nervioso me hiciera sentir sensaciones inexplicables siendo tal el placer, que me hacía mojar mi tanga deseando hacerlo mio alli mismo. Estábamos tan cansadas de tanto beber y bailar decidiendo todos que ya era hora de regresar a casa, salimos del local y subim
Los dos nos fuimos de mi casa hasta la calle, donde David tenía su coche, puso mi equipaje en el maletero abriéndome después la puerta del vehículo como un caballero. Ya en marcha, le dije en qué residencia estaba mi abuela, al llegar bajé yo sola entrando en el edificio dirigiéndome a la habitación, entré viendo a la enfermera acomodandola en el sillón que tenía.— Hola abuela, ¿cómo está? — pregunté, pero no me contestó— No te preocupes Andrea, hoy no conoce a nadie — me dijo la enfermera— Tengo que irme un par de días fuera, ¿me llamará por si surge cualquier eventualidad? – le pregunté— Claro que si mi niña, vete tranquila cualquier cosa yo misma te llamaré — me dijo— Abuelita te quiero, — le dije, pero no me dijo nadaSubí al coche de David cayendo una lágrima por mi mejilla, dándose cuenta enseguida David— ¿Cómo está? — preguntó— Va a dias, pero me duele verla asi de esa forma — contesté Cuando llegamos al aeropuerto, pude ver el avión privado de David quedando impresiona
Sin mediar más palabras, se marchó de la habitación quedándome en posición fetal en la cama donde acababa de tener dentro de mí al hombre que yo amaba. Entre en el baño para lavarme, me puse unas bragas y bajé hasta el Hall donde me esperaba inquieto David. Subimos a la limusina y entonces me preguntó. — ¿Por qué has tardado tanto? a Priscila se la llevaban los demonios, ¿ha estado Liam contigo? — — Si, me ha cogido de sorpresa, pero no quiero hablar de él — le dije Por la noche para ir a la celebración me puse el vestido que David me compró. Largo, color malva, espalda abierta y escote marcando mis pechos. Cogida del brazo de David, entramos en la sala saludándonos varios de los invitados, nos mezclamos entre la gente hasta llegar a la barra del bar pidiendo David dos copas de champán. — La señorita no puede beber alcohol David, — escuche a Liam detrás de nosotros — Liam por favor, déjame en paz — le dije — Mi hijo no va a nacer alcohólico — me susurro Liam en el oído — Dejala
Me desperté asustada y mareada sin saber dónde estaba y que había ocurrido, me senté un momento en la orilla de la cama para mirar a mi alrededor, dándome cuenta de que estaba completamente desnuda, viendo a David durmiendo en la cama boca abajo y completamente desnudo también. Apoyándome en la orilla de la cama me pude levantar y poder llegar hasta el cuarto de baño, me miré al espejo preguntándome ¿qué había pasado realmente entre David y yo?— ¿Ya te has levantado? ¿como estas? — me preguntó, viéndolo apoyado en el marco de la puerta completamente desnudo— ¿Qué pasó anoche entre tú y yo? — le pregunté— Vamos a desayunar y te lo cuento todo, ¿necesitas ayuda para ducharte? — me dijo— No gracias, me puedo duchar yo sola, ahora ire a la cocina — le dijeDespués de ducharme, me sequé el cuerpo y me vestí en el dormitorio, acercándome después hasta la cocina donde David estaba haciendo el desayuno llevando solamente un pantalón corto, fijándome en sus perfectos abdominales. su espa