Ya era el medio día cuando nos marchamos del edificio donde Russo tenía su empresa, subimos a la limusina dando la orden Jonas al chofer para que nos llevara a uno de sus restaurantes, dejándome perpleja cuando lo escuche.El chofer paró casi una hora más tarde en el parking de uno de los restaurantes, nos abrió las puerta ayudandome Jonas a bajar. Nada más entrar en el local, el maitre lo saludó como si se conocieran de siempre haciendo que lo acompañaramos a un comedor privado, al llegar, Jonas me abrió la silla como buen caballero para que me sentara, sentándose él en otra silla al lado mio.— Espero que Russo me ayude a volver con mi hijo y meta a David y a Dominique entre rejas — le dije— Espera que nos sirvan la comida y hablamos, aunque el comedor sea privado aquí en Roma no te puedes fiar de nadie y como ya te dije que, entre ladrones no hay honor — me dijo Jonas.El camarero nos trajo una botella de vino, puso un poco en un vaso ofreciendoselo a Jonas, cuando lo probo y dio
Jonas se iba por las mañanas sin darme explicaciones de dónde iba y regresaba por las noches, dejándome siempre a dos de sus guardaespaldas vigilando la casa,Pero dos días después cuando llegó a la casa no vino solo, Jonas entró sonriente y cuando se echó a un lado pude ver a Liam detrás de él, el plato que llevaba en la mano se me resbaló cayendo al suelo haciéndose añicos, pero no me importo. Corrí hasta los brazos de Liam, dejándonos solos Jonas,Liam y yo juntamos nuestros labios apretando nuestras bocas mientras se comían, cuando ya no nos quedaba oxígeno nos separamos un poco abrazandome él y poniendo mi cabeza en su pecho nos sentamos en el sofá.— Cuando me ha dicho Jonas que estabas en Nueva York no me lo podía creer, Andrea mi amor, te echo tanto de menos cariño — me dijo Liam— Yo también te he echado de menos Liam, ¿cómo está nuestro hijo? — pregunté— Está muy bien, gracias a un inspector de policía amigo mío que lo encontró en una especie de tratas de niños, ahora nuest
Mi abogado me dio los documentos que sacó de su carpeta para que lo leyera, pero cuando empecé a leerlos, me quedé atónita sin comprender lo que estaba leyendo. Me quedé mirándolo muy extrañada, moviendo él la cabeza mirándome muy serio— Esto no puede ser ¿verdad? Liam no me haría esto — le pregunté— Es lo que él quiere Andrea, estuvimos hablando en mi despacho y me lo dejo todo muy claro — contestó— No, se que Dominique lo habrá obligado a exigir esto, no puede quitarme a mi hijo, no lo admito — respondí cayendo unas lágrimas por mis mejillas— Lo siento, pero no titubeo Liam cuando me hizo hacer este documento, Andrea tu no tienes nada y tu hijo con su padre lo tendría todo, piensatelo — me dijoMe levanté de la silla mirando a mi abogado sin comprender nada, Liam quería que le diera toda la custodia de nuestro hijo, me puse las manos en la cabeza moviéndola negativamente, diciendo que no podía ser, tenía que hablar con él, no podía creérmelo. Me volví a sentar enfrente de mi abo
Liam se quedó muy abatido con la confesión que nos hizo Jonas, le acaricie la cabeza con mi mano intentando besarlo en la mejilla, se quitó las manos de la cara mirándonos los dos, sus preciosos ojos hicieron que recorrieran por mi espalda un alo deseo, acercó sus labios a los míos, besándonos con pasión. — Bueno os dejo solos, creo que teneis mucho de qué hablar y Liam si me necesitas, sabes que os ayudare en todo lo que este en mi mano — nos dijo Jonas marchándose del dormitorio — Bianca yo, no sé qué decir amor mío, si no que lo siento, siento lo que has sufrido cuando el abogado te ha dado la noticia, yo no sé en que estaba pensando, perdoname por favor — me dijo — Olvidalo Liam, tenemos que pensar ahora, en que vamos a hacer, nuestro hijo nos necesita a los dos y yo ahora te necesito a ti — le respondí Nos tumbamos los dos encima de la cama besandonos como si no hubiera un mañana, Liam acaricio mi cuello con sus dedos, besandome despues, introdujo su mano por dentro de mi jers
Fui abriendo los ojos poco a poco habituando a la luz que había, cuando por fin ya pude ver bien, me di cuenta de que me encontraba en una habitación de hospital, espere para ver si entraba alguien viendo poco después a un hombre con bata blanca acompañado de dos mujeres vestidas también con la bata blanca — ¿Cómo se encuentra? La trajo la ambulancia en muy mal estado a la clínica — me dijo el doctor — Me duele todo doctor — respondí — Andrea la policía está esperando en la sala para interrogarla, ¿se siente con fuerzas para responderles? — me preguntó — De acuerdo, dígales que pasen, aunque me duele mucho la cabeza — respondí — Ahora le pondrá la enfermera un calmante, esté tranquila — contestó La policía entró en la habitación acercándose hasta la cama donde yo me encontraba — Buenas señorita, soy el inspector Smith, queremos hacerle varias preguntas ¿se siente con fuerza para responderlas? — me preguntó — ¿Qué desean saber? aunque no me acuerdo muy bien que me pasó — cont
Me quedé de pie en la calle indecisa si acercarme a la casa donde vivía Claudia o marcharme, ya que a los pocos minutos llegó al domicilio dos coches de la policía, cuando me decidí a acercarme a la casa, una fuerte explosión y unas manos fuertes me libraron de que nos pasara algo a mi hijo y a mi. Cuando me giré para ver quien me tenía cogida vi que era David, quise apartarme de él sin hacerle daño a mi pequeño, pero era más fuerte que yo. Intento subirme a un coche que allí se encontraba parado, pero de pronto escuche un disparo viendo caer lleno de sangre a David al suelo, me escondi detras de otro coche dándome cuenta que sus sicarios salieron del vehículo disparando con sus armas a los policías que allí se encontraban, apreté a mi hijo contra mi pecho y cerré los ojos, mientras mi cuerpo temblaba como una hoja.Pasó bastante tiempo cuando deje de escuchar aquellos disparos, note como dos manos me cogian de los brazos levantandome del suelo, me gire viendo que era Liam, nos abraza
Me llamo Andrea, tengo veinticuatro años y vivo con mi abuela en el piso que tenemos alquilado, porque desde que mis padres murieron en un accidente de tráfico, el banco me embargó el piso donde vivía con mi abuela enferma, teniendo que ponerme a trabajar, sirviendo y limpiando un bar por la noche y en una oficina por el día, para sufragar los gastos médicos y las medicinas de mi abuela, quedándonos poco dinero para comer y los gastos del piso. Tengo dos amigas, Lorena que tiene un año más que yo y Katia de mi misma edad, que me ayudan en lo que buenamente pueden, ya que Katia trabaja en una floristería y Lorena en una tienda de ropa, aunque ellas tienen familia, viven solas y tampoco les llega el dinero para mucho.Una mañana, estaba limpiando las oficinas cuando, Liam el CEO me bloqueó el paso entre su cuerpo y la pared, mirándonos los dos a los ojos.— Si quisieras, no tendrías que limpiar, yo te daría lo que me pidieras — ¿A cambio de qué? ¿sexo? No me interesa — le contesté
Los escuché y los vi cuando se marchaban, cogiendo los dos el ascensor, pero antes me di cuenta que Liam dio un portazo a la puerta de su despacho como si estuviera enfadado, aunque yo seguí limpiando las oficinas, encontrándome a mi encargada delante de mí antes de que yo terminara de limpiar.. — Andrea, déjalo todo como está y pásate por la oficina — me dijo muy seria — ¿Pasa algo? — pregunté — En la oficina hablamos — me contestó Cuando termine de limpiar las oficinas, guarde todo, subí a mi coche marchándome a la empresa de limpieza donde mi encargada ya me esperaba en su despacho. Nada más entrar la vi mirándome muy seria, haciendo que me sentara en la silla que había enfrente de ella. — Andrea lo siento, pero ya no necesitamos de tus servicios — me dijo — No me haga esto, sabes que cuido de mi abuela enferma y tengo muchos gastos, por favor — le dije cayéndome una lágrima por la mejilla — Lo siento, por favor coge el sobre de tu finiquito y que tengas suerte, — me dijo