Provocando el deseo

Los días pasaron en la mansión Diamantis, Romina seguía atendiendo a su esposo diariamente, le daba los alimentos, pasaba horas a su lado conversando con él, así el hombre tuvo oportunidad de hacerla sentir su calidez

El Hades tocaba con mayor frecuencia a su esposa, ella disfrutaba de cada caricia, el hombre en la intimidad de su habitación era otra persona, una que tenía encantada a Romina, una de la que se estaba enamorando perdidamente

— Hola papi, ya regresamos del colegio, ¿cómo te encuentras hoy? ¿estás más saludable? — Daniela preguntaba con ojos brillantes, ella y Darriel habían vuelto a la escuela pero con una fuerte seguridad

— Estoy bien, princesa, mamá cuida de mí muy bien, mírame, seguro que ya recuperé el color, ella me obliga a comerme las verduras — eso último el padre lo susurró

— Recupérate pronto, papá, tenemos que continuar con nuestras clases, a este paso el pequeño Lucien, el pequeño Eleazar y su primo Nathanael, me van a superar en preparación, ahh... por qué
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