Bebés mitad rusos y mitad griegos
En la casa de Atenea, ella se puso ropa cómoda, una pijama de shorts corto, calcetas a los muslos y una coleta, ella estaba preparando su clase para el día siguiente para sus estudiantes, cuando la guerra se escuchó

La chica fue a abrir, más hizo un gesto de desagrado cuando vió allí a Nathanael

— ¿Tan mal recibido soy? ¿qué te hice para que me desprecies así?

— Nada, pero no quiero ser parte de ese mundo tan violento al que perteneces, quiero una vida tranquila, Boss

— Querida, eso lo debiste haber pensado antes de hacer el amor conmigo y quedarte embarazada de mi hijo, soy parte del mundo de la mafia, eso ha sido por generaciones en mi familia, pero eso no me convierte en un monstruo, también tengo derecho de tener una familia, tengo derecho de amar y ser amado, déjame cuidar de ti, está vez lo voy a hacer mucho mejor, di que sí, Atenea, anda, no me tengas aquí en la puerta

— Cuando nazca el bebé, puedes visitarlo, no tenemos por qué forzar las cosas...

— ¿Forzarlas?
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